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  • La capacitación en los puertos: una deuda estructural que Argentina debe saldar

    » SL24

    Fecha: 30/05/2025 20:00

    Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp En el episodio 38 de Up River, el ciclo de entrevistas conducido por Nicolás Carugatti y Jorge Metz en el canal Fisherton Plus, Miguel Garín —director de desarrollo internacional de la Fundación Valenciaport y uno de los mayores referentes en gestión logística de habla hispana— trazó un diagnóstico profundo sobre una de las principales falencias estructurales de Argentina: la falta de inversión sistemática en capacitación de personal vinculado al sistema portuario y logístico. “No puede haber desarrollo portuario sin personas capacitadas. Y no puede haber personas capacitadas sin programas estratégicos, integrales y permanentes”, sentenció Garín, quien también es doctor en economía y ha trabajado junto a autoridades portuarias de América Latina, Europa y África. El eje central del diálogo giró en torno a cómo la falta de formación adecuada se traduce en ineficiencia, pérdida de competitividad y desconexión entre el sector público, el privado y el académico. “En Argentina hay excelentes recursos humanos, pero desarticulados, sin un marco común ni una política de Estado que promueva la profesionalización en todas las áreas del sistema logístico y portuario”, afirmó. Lo que no se ve, pero se siente Garín se encargó de señalar que la falta de capacitación no es visible a simple vista, pero se evidencia en cada operación ineficiente, en cada trámite burocrático innecesario, en cada contenedor demorado, en cada buque mal atendido, en cada accidente evitable. “Cuando un operador no conoce las normas internacionales, o un funcionario público no entiende el lenguaje técnico del sector privado, el resultado es el mismo: una pérdida de tiempo, de dinero, de oportunidades”, explicó. Mirá también El Gobierno terminó de armar el equipo de la nueva Agencia Nacional de Puertos: designaron a siete funcionarios clave En ese sentido, destacó el modelo español como ejemplo de integración entre formación técnica, política de Estado y desarrollo institucional. “En España existen centros de formación portuaria vinculados a cada puerto de interés general, con programas homologados y carreras técnicas, universitarias y de posgrado directamente relacionadas con el funcionamiento del sistema logístico-portuario”, detalló. ¿Dónde está el cuello de botella? Durante la charla, Nicolás Carugatti preguntó directamente qué debería hacer Argentina para revertir esta situación. La respuesta de Garín fue clara: “Hace falta decisión política. La capacitación es una inversión que siempre se paga sola. No es un gasto. Pero requiere una visión de largo plazo que, lamentablemente, ha faltado en muchos países de la región”. Y luego dejó un dato contundente: “El 80% de los programas de mejora logística que fracasan lo hacen no por falta de infraestructura, sino por falta de recursos humanos formados y articulados”. Esa falta de articulación fue otro punto abordado. Garín remarcó que “no tiene sentido que las universidades, los organismos públicos y las empresas privadas trabajen cada una por su lado. Se necesita una hoja de ruta compartida, con indicadores, objetivos, y un marco normativo que promueva y exija la profesionalización del sector”. El espejo de la Hidrovía El conductor Jorge Metz —ex subsecretario de Puertos y Vías Navegables— trajo al debate el ejemplo concreto de la Hidrovía Paraná-Paraguay, uno de los corredores logísticos más importantes de América del Sur, pero cuya licitación sigue estancada. “¿Cómo puede licitar un país un sistema de esta envergadura sin contar con cuadros técnicos preparados para redactar los pliegos, analizar las propuestas o controlar las concesiones?”, se preguntó Metz. Garín coincidió: “La Hidrovía es el caso testigo. Se discute hace años, pero no se ha hecho una sola inversión relevante en formar a los técnicos que la van a gestionar en el futuro. Hay que pensar en la Hidrovía no solo como un canal físico, sino como un sistema institucional, tecnológico, ambiental y humano. Y ese sistema hoy está incompleto”. ¿Por qué España sí pudo? Frente a la consulta de Carugatti sobre cómo fue el proceso que llevó a España a consolidar su modelo portuario, Garín explicó que “no fue de un día para el otro. Requirió una ley marco, una agencia nacional de formación portuaria, y acuerdos con universidades y centros tecnológicos. Hoy España tiene puertos como Valencia o Bilbao que no solo son eficientes, sino que son hubs de conocimiento y capacitación”. También valoró el rol de la Fundación Valenciaport, una institución que él mismo ayudó a expandir en América Latina. “Trabajamos con muchos países, pero nos sigue sorprendiendo cómo Argentina, teniendo el talento y la infraestructura, no logra armar un ecosistema formativo sólido en este sector”. La clave: integrar lo público y lo privado Uno de los conceptos más repetidos por Garín fue la necesidad de unir el interés público con la ejecución privada. “Los mejores programas de formación que he visto son aquellos donde el Estado pone las reglas del juego, las universidades diseñan los contenidos, y el sector privado los valida y retroalimenta”, explicó. En ese sentido, criticó las políticas cortoplacistas: “Muchos gobiernos lanzan becas aisladas, cursos sueltos o diplomaturas sin continuidad. Eso no sirve. Hay que pensar en una escuela nacional de logística y puertos, con sedes en las principales regiones portuarias del país”. Mensaje para la región del Gran Rosario Cerca del final del programa, Garín dirigió un mensaje especial a la región del Gran Rosario, uno de los polos agroexportadores más importantes del planeta: “Tienen todo para ser líderes: puertos, carga, talento, historia. Pero les falta el eslabón más importante: el conocimiento sistematizado y compartido”. Y agregó: “Lo que pasa hoy en los puertos de San Lorenzo, Timbúes o Puerto San Martín debería estar siendo documentado, enseñado y replicado en toda la región. Pero no existe un mecanismo institucional que lo promueva”. Conclusión: no hay logística sin cerebro En el cierre, la frase más fuerte del episodio: “No hay logística sin cerebro. Podemos tener el mejor puerto, la mejor grúa, el mejor dragado. Pero si no tenemos gente formada, no sirve de nada”. Con esa frase contundente, Miguel Garín resumió en una línea la necesidad urgente de que la Argentina reformule su política de capacitación portuaria. Un mensaje claro para un país que depende, en gran parte, de que sus puertos funcionen bien, rápido, y con inteligencia.

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