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Parana » Paginajudicial
Fecha: 30/05/2025 19:23
El Jurado de Enjuiciamiento entró en la cuenta regresiva para dictar sentencia en el proceso contra la jueza Josefina Etienot. El procurador general reiteró que correspondía la absolución por haber vencido el plazo de seis meses desde la apertura de causa. He ahí el primer dilema que deberá resolver el tribunal. Los antecedentes y las opciones. Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial Como era previsible, no hubo acusación en el jury a la jueza Josefina Etienot y el tribunal pasó a deliberar en un escenario incierto sobre el futuro de la titular del Juzgado de Familia y Penal de Niños, Niñas y Adolescentes de Diamante. El procurador Jorge Amílcar Luciano García ratificó la que había sido su postura en el alegado de apertura en el jury a Etienot: que había vencido el “plazo fatal” de seis meses que tiene el Jurado de Enjuiciamiento para dictar una sentencia desde que se dispusiera la apertura de causa. “La ley no ofrece ningún tipo de alternativa a una interpretación diferente”, insistió García, en su rol de acusador en el proceso. García justificó su pedido de absolución de la magistrada bajo el argumento de que “en ningún caso el juicio podrá durar más de seis meses desde que el Jurado (de Enjuiciamiento decida la formación de la causa hasta la sentencia definitiva”, que establece la ley, algo que había sido desestimado por el tribunal en el inicio del debate. “Más allá de la exposición de los testigos y más allá del problema que había, porque las situaciones de violencia laboral eran anteriores a la asunción de la jueza enjuiciada, no hubo debate por la posición nuestra de no continuar en el entendimiento de que si lo hacíamos podíamos estar cometiendo un delito y porque tampoco hubo contrainterrogatorio de la defensa a los testigos”, insistió el procurador. La circunstancia fue inédita e insólita. La jueza acusada y sus defensores se ausentaron; el procurador guardó silencio, no formuló preguntas a los testigos y tampoco los hicieron los miembros del jurado. De modo que la dinámica consistió en un monólogo de cada uno. “Nunca visto”, se animó a decir un operador judicial. Lo cierto es que la postura del procurador pone al Jurado de Enjuiciamiento ante una encrucijada: en esas circunstancias, sin acusación, ¿se puede avanzar hacia una condena que implicaría la destitución de la magistrada o corresponde, sin más, la absolución? Esta disyuntiva se planteó en el jury al juez Carlos Rossi, denunciado por haber dispuesto la libertad condicional de quien luego asesinó a Micaela García; y en aquel momento una mayoría dijo que el Ministerio Público Fiscal, en su rol de titular de la acción pública, “no está obligado a acusar” y, en ausencia de acusación se debía determinar la absolución del magistrado. En contrario, el abogado Jorge Campos, constitucionalista y ex fiscal de Estado, consideró entonces que el Jurado de Enjuiciamiento podría dictar una sentencia de condena aun cuando no hubiera acusación fiscal porque el jury es “un juicio político, no un juicio penal”, que tiene una finalidad distinta y, como tal, “tiene un cierto grado de discreción en la apreciación de la causal de mal desempeño, que no requiere ley penal previa para especificar todas y cada una de las posibles hipótesis de mal desempeño y que es sustanciado por un organismo eminentemente político”. Campos, citando a Manuel Montes de Oca, dijo entonces que el jury es “un procedimiento político, cuyo objeto no es tanto castigar delitos, como sustituir a un mal funcionario por otro que sea bueno, a fin de obtener un gobierno que también lo sea”. Podría ser una frase del saber popular, pero pertenece a un abogado reconocido. Hostigamientos y amenazas Josefina Etienot enfrenta una acusación por mal desempeño. Fue denunciada el 20 de septiembre de 2023 por el Tribunal de Superintendencia del Superior Tribunal de Justicia (STJ) y suspendida en su cargo por situaciones de violencia institucional y laboral hacia una ex secretaria y una profesional del equipo técnico interdisciplinario de los tribunales; y por haber dictado una disposición que ordenaba revincular a una adolescente con un matrimonio al que le habían revocado la guarda de dos hermanos a raíz de una denuncia por violencia y maltrato, incluso desoyendo las recomendaciones de los equipos técnicos y del Ministerio Pupilar. De hecho, el varón se negó a volver a la casa y dos meses después la revinculación quedó sin efecto, a raíz de que la adolescente denunció haber sido víctima de abuso sexual infantil. Los testimonios versaron sobre el clima laboral que se vivía en el Juzgado de Familia y Penal de Niños, Niñas y Adolescentes y los empleados describieron las situaciones de violencia laboral que dijeron haber sufrido de parte de Etienot. Una ex secretaria dijo haber recibido un discurso violento, hostigamientos y amenazas de parte de la magistrada desde que llegó al juzgado e incluso afirmó que en ocasiones los gritos se escuchaban desde fuera del despacho. La funcionaria, que ya no trabaja en Diamante, explicó que había diferencias de criterios en torno al abordaje profesional, principalmente en los casos de violencia de género. Según dijo, Etienot no compartía el paradigma de analizar los casos con perspectiva de género y eso generaba conflictos. Recordó que en una ocasión le llevó a su despacho una exposición policial donde constaba la denuncia de una mujer violentada y sugirió convocarla para que aclarara, ampliara o ratificara la denuncia, pero la jueza se negó a hacerlo. Al día siguiente, volvió a planteárselo en virtud de la intervención que había tenido el Ministerio Público Fiscal y entonces la jueza reaccionó violentamente: “¿Por esta pelotudez me venís a molestar? A mí, ningún fiscal me va a mandar, hacete cargo vos, perdé vos tu tiempo”, le gritó Etienot, según dijo. La jueza también tuvo encontronazos otra secretaria, que había llegado en reemplazo de la primera, y con las profesionales del equipo técnico interdisciplinarios de los tribunales de Diamante, como quedó registrado en los testimonios ante el jurado. Según dijeron, Etienot no les permitía usar el baño, tampoco la mesa de entradas ni solicitar asistencia al personal del juzgado a su cargo. Una psicóloga que se desempeñó en Diamante declaró que las situaciones de violencia hacia la secretaria comenzaron apenas arribada Etienot, y luego el hostigamiento fue enfocándose hacia otras personas del juzgado y del equipo técnico interdisciplinario. “Hubo un hostigamiento progresivo y los relatos eran angustiantes”, contó la profesional. “Cuando uno le daba una devolución que no le gustaba, ella reaccionaba. Todo este tsunami de agresiones afectó nuestra labor judicial”, aseguró la profesional que se ha desempeñado en el equipo técnico disciplinario. Las reuniones con ella eran cada vez más fuertes, nos desestimaba como profesionales, nos decía las cosas de mala manera, nos confrontaba. Cada vez que había reunión era algo tedioso para nosotros porque no sabíamos con qué iba a salir”, agregó. Varios testigos incluso refirieron que el contexto laboral que había en el juzgado cuando estuvo a cargo de Etienot provocó que debieran acudir a tratamientos de salud mental para poder atravesar el stress. “Un día, enojada, nos dijo que buscáramos un abogado, que nos iba a destruir, que no queríamos trabajar”, contó otra trabajadora del juzgado. “No eran solo las palabras, sino el tono de su voz, la gestualidad. Fue una situación horrible”, agregó. Los testimonios forman parte de la prueba que deberá analizar el Jurado de Enjuiciamiento que preside la senadora Gladys Domínguez e integran los vocales Gisela Schumacher, Leonardo Portela y Miguel Ángel Giorgio, el diputado Marcelo López y los abogados Gonzalo García Garro y María Victoria Giménez. Deberán dar a conocer su veredicto en treinta días corridos. La cuenta regresiva empezó a correr el 29 de mayo.
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