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» El Sur Diario
Fecha: 30/05/2025 18:50
El conflicto se desató el martes 27 de mayo, cuando la empresa Acindar —propiedad de la multinacional ArcelorMittal— confirmó el cierre por tiempo indeterminado del Tren Laminador Número 2. La medida implica la pérdida de más de 130 puestos de trabajo pertenecientes a Cooperar 7 de Mayo, una cooperativa con más de una década de vinculación sostenida con la planta siderúrgica de Villa Constitución. La paralización generó una inmediata respuesta: los trabajadores afectados iniciaron una huelga con respaldo de la Comisión Interna y la Comisión Directiva de la UOM local, denunciando lo que consideran un ataque directo a sus condiciones laborales. Desde el gremio señalan que no se trata de un hecho aislado, sino de un accionar sistemático que busca desentenderse de los derechos laborales de los cooperativistas, tratándolos como simples monotributistas para eludir responsabilidades. El cierre del tren afecta directamente a trabajadores que ya habían sido reestructurados en 2014, cuando se puso en marcha el Tren Laminador N°1. En aquel momento, se prometieron tareas nuevas que no se cumplieron plenamente. Ahora, sostienen, la empresa va más allá y avanza con la desvinculación total de los equipos ligados al tren cerrado. La situación se agravó aún más el miércoles 28, cuando Acindar comunicó la eliminación de las tareas de acopio y despacho de alambrones en la playa río —el principal espacio operativo de Cooperar—, y el retiro de los nueve trabajadores que cumplían funciones en el Tren SBQ, donde la cooperativa operaba en tres turnos evacuando rollos del Tren N°3. A pesar de su disponibilidad permanente —las 24 horas, los 7 días de la semana— y de realizar tareas esenciales como carga y descarga de buques o despacho de material ferroso, los trabajadores de Cooperar no fueron incluidos en la reciente suma extraordinaria otorgada al personal directo y contratistas, ni contemplados en el esquema de suspensiones rotativas. Desde la UOM Villa Constitución remarcan que este conflicto no puede entenderse de forma aislada. Señalan como principal responsable a la paralización de la obra pública impulsada por el gobierno nacional desde la llegada de Javier Milei a la presidencia. La caída de la demanda de acero y el ajuste generalizado explican, en parte, la profundización de políticas de achique por parte de ArcelorMittal, en línea con un modelo que promueve la flexibilización y la precarización laboral. “El ajuste golpea a todos los trabajadores por igual, sin importar sector ni color político. Por eso, más que nunca, la unidad es fundamental”, advierten desde el sindicato. Y reafirman su exigencia: pleno reconocimiento de los derechos laborales de los trabajadores tercerizados y defensa incondicional de cada puesto de trabajo.
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