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  • Cayó un sospechoso por el robo a la joyería en Morón: lo atraparon cuando hacía un boquete para entrar a un banco

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 30/05/2025 18:31

    La Policía Bonaerense detuvo a uno de los sospechosos por el millonario robo a una joyería de Morón Un hombre fue detenido luego de intentar ingresar a un banco con la modalidad de boquetero. Al avanzar con la investigación, la Justicia lo acusó como autor del robo a una joyería del centro de Morón ocurrido a principios de mayo. También aprehendieron a otras cinco personas vinculadas al hecho. El detenido fue identificado como J.F.C.F., un ciudadano chileno de 30 años, con domicilio en el barrio de Villa Palito, partido de La Matanza. Según informaron fuentes policiales a Infobae, el hombre fue arrestado el 18 de mayo tras intentar entrar a la sucursal del Banco Macro, ubicada en el partido bonaerense de Escobar, más precisamente en Colectora Este de Panamericana y Ruta 26, en la localidad de Ingeniero Maschwitz. Jesús Francisco Carcamano Fuenzalida tras ser detenido En ese intento de robo, de acuerdo a la investigación parcial, el sospechoso quiso perforar una de las paredes laterales del banco para ingresar desde un local lindante, es decir, con el mismo método que una banda asaltó dos semanas antes la joyería de Morón. El plan se frustró cuando se activó el sistema de alarmas del lugar y personal policial de la Estación Departamental de Seguridad de Escobar llegó rápidamente al lugar. El sospechoso intentó escapar, pero lo atraparon a pocas cuadras, en Colectora Este y Mendoza. El dato relevante para los investigadores es que ese mismo domicilio de Villa Palito donde vivía Carcamano Fuenzalida ya venía siendo vigilado desde hacía días, en el marco de la causa por el robo a la joyería. El boquete por el que ingresaron los delincuentes que robaron la joyería A partir de esa detención, la Unidad Funcional de Instrucción N.º 7 de Morón, a cargo del fiscal Matías Rappazzo, reunió pruebas suficientes y solicitó una orden de allanamiento para dos casas ubicadas en el mismo barrio Almafuerte, popularmente conocido como Villa Palito, donde se creía que se ocultaban otros involucrados. Este viernes, finalmente, se hicieron esos procedimientos. En los operativos fueron aprehendidas cuatro mujeres, de 41, 38, 22 y 22 años, quienes quedaron a disposición del Ministerio Público Fiscal para ser correctamente identificadas y notificadas. Durante los allanamientos, los agentes secuestraron seis teléfonos celulares y una cédula de identidad chilena a nombre del detenido, que será incorporada a la causa como evidencia. Dos de las cuatro mujeres aprehendidas La investigación señala que el robo a la joyería Litsa de Morón fue llevado a cabo por al menos tres vehículos distintos. Uno de ellos fue identificado gracias a cámaras de seguridad como un Volkswagen Nivus blanco, con patente duplicada. Las imágenes muestran que los ladrones llegaron al lugar a las 00:29 de la madrugada y escaparon a las 01:10. Más tarde, a las 02:17, un sistema de lectura de patentes captó nuevamente al mismo auto circulando por las calles Curupaití y Don Bosco, en dirección hacia Morón. También se vieron en los registros un Toyota Yaris gris y un Toyota Etios blanco, aunque todavía no se pudieron identificar sus dominios. El hecho había ocurrido durante la madrugada del lunes 5 de mayo, en un local ubicado sobre la calle Belgrano al 100, a metros de la Municipalidad de Morón y a solo dos cuadras de la comisaría 1ª del distrito. Celulares secuestrados en Villa Palito Se supo en su momento que el boquete fue hecho desde una peluquería lindera. La perforación, de unos 50 centímetros de diámetro, daba a una escalera interna del local, lo que les permitió a los ladrones moverse con libertad dentro del comercio. Jorge, el dueño del negocio, contó que los delincuentes desactivaron las cámaras de seguridad y se llevaron los equipos DVR donde quedaban almacenadas las grabaciones. “Se llevaron todo”, dijo tras el hecho. Lo más grave, según relató el propietario, es que la mercadería no estaba asegurada. “Hay que arrancar de cero, toda una vida laburando”, lamentó. El negocio tenía servicio de alarmas privadas, con sensores sísmicos que deberían haberse activado al hacer el boquete, pero el sistema no funcionó. “No me llamaron. La pared tiene sísmicos y, cuando tienen sísmicos, suenan las alarmas. Nadie reaccionó”, se quejó Jorge. “No tengo sospechas, pero no entiendo. Con un llamado, yo hablaba con el 911 y venían corriendo”. La investigación sigue en búsqueda de los otros sospechosos.

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