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Concordia » 7paginas
Fecha: 30/05/2025 17:05
Agustín Fitte, rionegrino de nacimiento, expresó su orgullo como «cuasi concordiense» de que la totalidad de la inversión que presentó Egger Argentina, de la que es su Director Financiero, sea el producto del trabajo de la planta de Concordia, de la que forma parte hace ya casi una década. En «Lo Que Queda del día», por Radio Oíd Mortales, el empresario contó que se trata de «una inversión de 20 millones de dólares, 100% financiadas con capital local, lo cual para mí como cuasi concordiense es realmente un orgullo, y que nos permite abastecer y crecer en mercados que para nosotros hoy son estratégicos: el 98% de toda esta producción se destina a Estados Unidos y Canadá y esto va a impulsar una mayor participación de mercado». Egger cuenta con 22 plantas en distintas partes del mundo, 18 oficinas comerciales y más de 11.000 empleados. Es el mayor productor mundial de tableros decorativos y coloca sus productos en más de 100 países. Y dentro de ese universo Egger, Concordia es la primera planta fuera de Europa. «Es la primera apuesta no europea», la definió Fitte. Acerca de por qué Concordia, reseñó que en 2017 cuando en las oficinas de Egger en Austria se toma la decisión de expandirse hacia estos mercados «se estaban analizando distintos países. Argentina es un país emergente que siempre está queriendo crecer un poco más. Es cuna de talentos y cuando Egger decide poner un pie fuera de Europa, decide que sea en un país en el cual va a poder retener o generar talento interno», expresó. En segundo lugar en importancia, destacó la disponibilidad de materia prima. «La madera es un recurso escaso a nivel mundial», afirmó y destacó que «acá en Concordia estamos en el medio de la cuenca, en el corazón», de la producción forestal. Y en tercer lugar la situación relativa de la planta de Concordia que «tiene una ubicación privilegiada para abastecer todo el mercado nacional. Esas tres razones son las que llevan a Egger en su momento a tomar la decisión». Destacó que «esta inversión en la línea de molduras fija a Egger y a Concordia como un gran polo exportador de la Mesopotamia. Nosotros estamos invirtiendo en molduras, pero al mismo tiempo estamos invirtiendo en incremento de capacidad en nuestras líneas principales, que son las que dan el tablero para fabricar la moldura, porque entendemos que realmente nosotros queremos vender este 40% más de molduras, pero además, cuando el mercado local despegue, tener la disponibilidad de todos esos productos». Acerca de qué hace falta para que el mercado local despegue, respondió que «creo que le falta consolidación. Creo que se acabó la Argentina del movimiento por actividades homogéneas». Explicó que hasta ahora «todas las actividades se movían medio por igual, crecíamos o bajábamos en el mismo mercado. Hoy creo que es una Argentina heterogénea en sus actividades, hay actividades a las que les está yendo mejor, otras actividades que la están peleando, otras a las que les está yendo mal. Y creemos que en el mediano plazo recién vamos a empezar a ver una construcción que empieza nuevamente a ser motor de crecimiento. A mí siempre me gusta decir esto, la actividad de la construcción siempre fue motor de crecimiento. Nosotros no nos tenemos que olvidar de eso. Hoy ese motor viene más despacio, pero no ha dejado de serlo». Desdeñó el impacto de la defección del sector público en la actividad de la construcción porque «nuestro rubro realmente se mueve por la inversión privada, no la pública. Es la constructora que levanta el edificio, el shopping, los vestuarios o las nuevas oficinas. Entonces sí es verdad que a través de la obra pública indirectamente se podría decir que hay un impacto positivo en la construcción, pero nuestro rubro es la construcción privada». Dijo que la construcción «no se perdió» como refugio de valor y que a partir de la promoción del crédito y del establecimiento de reglas que la incentiven «en el mediano plazo» empezarán a aparecer los flujos de inversión. Estimó que «en el segundo semestre o primer semestre del año que viene», pueden empezar a materializarse algunas de las señales. «Hoy es un mercado que está raspando la olla». Dijo que «el cambio de objetivo de economía financiera a economía real, debería empezar a tener un efecto. Y por otro lado, las compañías privadas de grandes capitales también nos estamos dando cuenta de que estamos más y más preparados para invertir regionalmente. La Argentina es un país muy rico en recursos y sobre todo en talentos». «Estos son los momentos donde más invertimos», destacó. «Invertimos más en talento, invertimos más en capacitación, invertimos en ser un polo exportador, invertimos en generar mayor producción para estas líneas para estar preparados para el crecimiento», expresó y aseguró que «más y más nos damos cuenta de que la búsqueda de eficiencias internas nos está permitiendo ser muy competitivos y eso va a derivar finalmente en mayor tracción en el consumo local: si yo tengo mayor producción que igualmente puedo ir colocando, absorbo mejor los costos fijos, lo que se traduce en un precio más competitivo. Entonces, es una rueda que tiene que traccionar. Esos engranajes se están moviendo», aseguró. «Lo que Queda del Día» le preguntó si en ese cambio de «economía financiera a economía real» perdió peso el sector financiero de las empresas, muy presente hasta hace poco. Respondió que «el modelo de Egger es distinto al de otras compañías. Tenemos un modelo de gestión de dirección muy colaborativo». Describió que «nosotros no tenemos la función de un gerente general. Tenemos una directora de logística, una directora de ventas, un director que hace la regionalización de esas ventas, un director de planta y el director financiero. Y en general todas las decisiones se toman de manera colaborativa». Advirtió no obstante que «en Argentina, así como en Sudamérica, empezó a ser muy importante la logística. Mover los productos cada vez es más caro y cada vez tenés que ser más eficiente. Empezó a ser muy importante el director de operaciones, buscando la eficiencia en el costo, la competitividad. Hoy en día cualquier ineficiencia se paga caro». Remarcó que en un contexto donde la infraestructura logística es limitada, las empresas tienen que ser particularmente flexibles en la materia. «Es muy importante tener claridad estratégica en el negocio. Muchas veces nosotros enviamos nuestros productos no de la manera más eficiente, sí, pero nosotros tenemos que cumplir una promesa de valor a nuestro cliente. Por otro lado, 100% tenemos que trabajar con la ciudad, con la provincia, con la nación, para lograr llevar nuestros productos de manera más eficiente». «Hoy, por ejemplo, toda esta producción de la inversión la estamos llevando vía camión hasta el puerto de Zarate y después vía container. No tenés alternativas», mencionó. Respecto de las posibilidades en ese rubro, remarcó que «mi visión es, y lo digo como concordiense adoptado, que en Concordia realmente tenemos la capacidad para ser un centro neurálgico en la región, en la Mesopotamia». «Tenemos la posibilidad, si nos apresuramos, de consolidar, como la madera, todos aquellos productos que se fabrican de Concordia para arriba que usan la misma modalidad que nosotros cuando lo venden en los grandes centros de consumo», agregó. «Y esto no tiene que ver en analizar barco versus tren o versus camión. Me parece que cada solución necesita una herramienta distinta. Lo importante es que la herramienta sea la adecuada para esa solución. Y me parece que eso es lo que nosotros tenemos que buscar en una competencia interna. Si logramos centralizar todo eso, creo que tenemos mucha capacidad. No nos metamos en el tema puerto de barcazas, pero es importante seguir promoviendo estas acciones», reflexionó. Aprendices trabajando en otras plantas del mundo Volvió sobre el talento local y destacó la experiencia del «programa de aprendices». «Yo he tenido la posibilidad de trabajar en otros lugares dentro de la Argentina: el talento técnico que hay en Concordia no es fácil de encontrar en la República Argentina. Y lo digo realmente orgulloso. Nuestro programa de aprendices, la gente que nosotros tenemos trabajando hoy en día en Concordia, es gente que siempre quiere aprender más». «Trabajamos directamente con escuelas técnicas. Un programa de cuatro años. Les permite a las personas, a los chicos y chicas que vienen de las escuelas técnicas llevarse un título a los cuatro años que están trabajando con Egger. Nosotros ya tenemos aprendices que están trabajando en otras plantas del mundo, por ejemplo. Entonces, esta cuna de talentos va generando que Concordia sea una buena estrategia para Grupo Egger». «Somos la única planta en América Latina», remarcó de nuevo con orgullo. Contó que «este nuevo proyecto de molduras llevó a que la gente tenga que relacionarse con proveedores en inglés, relacionarse con proveedores en portugués. El desarrollo de nuestra comunidad es importante y el mayor valor creo que tiene es esa capacidad de aprendizaje, de poder ver un proyecto de inversión industrial en el largo plazo y cómo eso le retorna a la misma comunidad». Aseguró que «el talento se tiene que retener. En la industria, es muy caro que una persona se vaya. Hay una inversión enorme que realizamos en capacitación, en contenido». Contó que «de hecho, la antigüedad promedio de Egger es de 20 años». Fuente: Redes de Noticias
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