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Valle María » Vallemarianoticias
Fecha: 30/05/2025 05:36
Leonardo Airaldi está a punto de ser enviado a dos juicios en la Justicia Federal por narcotráfico, en Santa Fe y en Paraná. Además de las pruebas sobre drogas, en la causa entrerriana se plasmó la obsesión por las armas de fuego, las conexiones en este rubro en Rosario y, otra vez, sus vínculos con las fuerzas de seguridad. Casi una obsesión por tener armas de guerra y balas siempre a mano. En la madrugada del 22 de julio de 2022, efectivos de Gendarmería Nacional interceptaron una camioneta VW Amarok en calle Gorritu al 5.600 de la ciudad de Rosario. Le pidieron la documentación personal y del vehículo al conductor, aunque ya sabían quién era Leonardo Roberto Airaldi, porque lo venían siguiendo desde hacía un tiempo. Pensaban que se dirigía a llevarle drogas o armas a uno de los narcos de la banda Los Monos que en aquellos días se disputaba a tiros el territorio de los barrios Ludueña y Empalme Graneros. Droga no tenía, pero armas y municiones le sobraban. Incluso una pistola que pertenecía a la Policía de Entre Ríos. Aunque luego en esta investigación no se llegó a demostrar una actividad de comercio de armamento, el productor agropecuario de Diamante iba a quedar expuesto en diversas situaciones de tenencia y compra de fierros, que incluso salpicaron a personas cercanas a él. Hoy está a un paso de ser enviado a juicio por narcotráfico junto a otras 14 personas, donde también aparecen armas de fuego como parte natural de cualquier escena. “Soy un agente inorgánico de Inteligencia de la Policía de Entre Ríos”, les dijo Airaldi a los gendarmes aquella madrugada a las 3.20, en una zona picante de Rosario, frente a un taller mecánico. Aunque parecía una excusa para zafar del procedimiento, los uniformados advirtieron que una de las pistolas figuraba en el registro de la ANMAC como perteneciente a la fuerza de seguridad provincial. Desde entonces, en Rosario lo tienen a Airaldi como un narcopolicía, lo cual ha profundizado la desconfianza mutua entre las fuerzas de cada provincia al momento de cruzar información para distintas investigaciones sobre narcotráfico. En la puerta del conductor, había un pistola calibre 9 milímetros, sin marca ni denominación a la vista que tenía una munición en su recámara y 11 municiones en el cargador, así como también otro cargador con siete balas. En el sector de la caja de cambios, Airaldi llevaba dos cargadores, ambos con 13 municiones cada uno, también 9 milímetros. Sobre el asiento del medio, en la parte de atrás de la camioneta, había un maletín con un arma de fuego marca Glock, con número de serie, calibre .22 sin cargador, dos cargadores sin municiones y un adaptador y manual de instrucciones. En una mochila había una bolsa con 13 balas, un cargador con diez municiones, dos cargadores con 14 balas más cada uno, todas del calibre 9 mm., así como 65 proyectiles calibre 40que estaban en su caja comercial, y otras 35 municiones .32 que también estaban en su caja, como comprados en algún comercio legal. Airaldi no iba solo en la chata, sino que lo acompañaban Jimena Irupé Burne (su novia, una joven oriunda de Strobel), Zulema Beatriz Troncoso (de Diamante) y Lucas Alejandro Peralta (rosarino). Llevabanalgo de cocaína para consumo personal y prácticamente una farmacia: ocho pastillas de Vimax Flash 50 (utilizado para la disfunción eréctil), seis jeringas y agujas, cinco tabletas con 138pastillas de Clonazepam, una tableta con cuatro pastillas de Calmador Tramadol (analgésico opioide), una tableta con cinco pastillas de Tranquinal (para la ansiedad), una ampolla de Bendadryl, siete de Claxicamin y otros medicamentos de venta libre. Además, había una balanza de precisión, 360 dólares y 151.960 pesos. En el acta de procedimiento los gendarmes dejaron constancia que Airaldi reconoció como propias dos armas de fuego, dos cargadores y una mochila, y que exhibió solamente credencial de arma Nº 7120548, correspondiente a la Glock. La Justicia rosarina dispuso una serie de allanamientos en las viviendas de Airaldi, Burne y Troncoso, donde encontraron flores de marihuana y otros elementos. Pero el único que quedó imputado y detenido fue el estanciero. Poco después, el 12 de septiembre de 2022, el Colegio de Jueces de Primera Instancia en lo Penal de la Ciudad de Rosario, lo condenó a la pena de tres años de prisión por el delito de portación ilegítima de arma de guerra atenuada, en calidad de autor. Airaldi pasó más de dos años alojado en la Unidad Penitenciaria Nº11 de Piñero, cerca de Rosario. A poco de ingresar, fue pedido para su pabellón por un peso pesado de la delincuencia rosarina que le daba protección. Algunos dicen que era mano derecha del jefe de la barra de Rosario Central, que en ese momento y hasta su asesinato a fines del año pasado era Andrés Pillín Bracamonte. Si el diamantino tenía aceitados contactos en la localidad santafesina, ahora en la cárcel desde la cual se ordenaban homicidios a mansalva, los podía ampliar y profundizar. Pero lo que terminó siendo más relevante de toda aquella trama fue lo que encontraron en el celular IPhone 11 de Airaldi, tras las pericias realizadas mediante extracción forense (UFED). Su análisis permitió la elaboración de un informe preliminar por parte de la Delegación de Inteligencia Criminal e Investigaciones Paraná de la Prefectura Naval Argentina, en el que se advirtieron conversaciones relacionadas a la hopótesis criminal que venía siendo investigada en otra causa en la cual su nombre sonaba de lejos: el hallazgo de 30 kilos de cocaína de máxima pureza en Puerto Gaboto. Previamente ya se habían publicado los vínculos entre el puestero de una isla de Las Cuevas al que le encontraron el millonario cargamento narco y Airaldi, quien era su patrón. Esto se confirmó en aquellas conversaciones donde incluso aparecían imágenes de los ladrillos de cocaína en los mensajes intercambiados. Por esta causa que instruyó el fiscal federal de Santa Fe, Walter Rodríguez, Airaldi será juzgado y afronta una pena elevada. Mientras tanto, en Entre Ríos su suerte sellada por los contactos en el Estado iban a terminar. Primero tuvo una causa judicial donde volvió a quedar expuesto en cuanto al manejo de armas de fuego de grueso calibre. El 19 de diciembre de 20223, llegó un oficio a la Dirección de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos por parte del Juzgado Federal Nº2 de San Martín (provincia de Buenos Aires). Se trataba de una medida ordenada en el marco de una investigación contra la organización narco liderada desde la cárcel por el Zar de la cocaína, Miguel Ángel Mameluco Villalba. Los investigados de ese caso que buscaban revelar tanto el tráfico de drogas como el lavado de activos advirtieron que uno de los hijos de Mameluco circulaba en una camioneta VW Amarok que pertenecía al productor agropecuario de Diamante, Leonardo Airaldi. Los efectivos policiales localizaron y secuestaron el vehículo que se encontraba en la casa de la novia de Airaldi y en el interior encontraron, por supuesto, un arma y municiones. Airaldi tiene aún la causa abierta y en trámite en la Fiscalía de Diamante por la portación de esa arma. La pistola calibre 9 mm se encontraba a nombre de Tania Gisel Kranevitter, expareja de airaldi. Luego se supo que esta mujer tenía más armas registradas a su nombre en la ANMAC, que en su mayoría desconocía ser su propietaria. Esta mujer reconocía como de su propiedad dos armas marca Glock, pero otras de las que aparecía como titular en el registro oficial no admitía ser su dueña. Por ejemplo, aquella que se encontraba dentro de la camioneta requisada y secuestrada por la Policía en diciembre de 2023. Cuando ella vio en los medios la foto de la credencial de ANMAC con sus datos personales, le estallaron los nervios. El instante en que se da cuenta quedó registrado en la escucha telefónica cuando hablaba del episodio con otra persona y en un momento amplía la imagen que ilustraba la noticia y observa su nombre: “La reputísima madre, esa arma está a mi nombre”, dijo. Ante la sorpresa y las preguntas del interlocutor, agregó: “Está mi DNI, yo no firmé nada de ninguna arma. Tengo el corazón a dos mil, qué hijo de puta. ¿Cómo va a tener un arma a mi nombre? Que forro de mierda que es, vos te das cuenta de que yo cuando cuento las cosas yo sé que la gente a veces piensa que exagero, que cuento las cosas porque estoy enojada, pero él no puede ser así conmigo, no. Todo lo que está pasando se lo tiene merecido”. En esta conversación registrada en el marco de la investigación de la Justicia Federal aparecen datos relevantes acerca de la relación de Airaldi con la fuerza de seguridad provincial: “Es raro porque él con la policía en teoría estaba todo bien”, le dice la otra persona a Kranevitter, sorprendida por el allanamiento al hombre que parecía intocable. La mujer le aclara: “No, está todo bien con la parte de la Policía corrupta Edu. Nosotros deberíamos estar hablando por WhatsApp, no por llamada común. Ahí te llamo”. También hubo otro episodio relacionado con una pistola calibre 40 que estaba a su nombre. Airaldi fue a la casa de Kranevitter junto al sargento de la Policía provincial, Roberto Fabián Coronel (detenido como integrante de la banda narco), y le dejó la pistola. La mujer le dijo que se la llevara, pero el hombre se la dejó igual. Luego, ella se dirigió a la Fiscalía y la entregó. Con o sin el consentimiento de su expareja, Airaldi tenía un aceitado acceso a las armas de fuego. Según las investigaciones llevadas adelante en el marco del expediente por narcotráfico, el productor agropecuario iba frecuentemente a la armería La Escondida, ahora conocida como Armería Paraná, que el año pasado fue allanada en el marco de una investigación por comercio de armas de fuego entre bandas delictivas de la capital provincial. En esta pesquisa se determinó que dos personas compraban pistolas 9 mm y las registraban a su nombre, pero luego las entregaban a bandas en disputa en la zona oeste de la ciudad. Al parecer, Airaldi también iba y compraba armas y municiones con asiduidad en este mismo comercio. En otra escucha telefónica, se advirtió que también trataba con la Armería El Dorado, que sería de la provincia de Buenos Aires. Quien llamó al comercio fue Kranevitter. Allí le cuenta que en la ciudad de Rosario le habían secuestrado una Glock que tenía registrada con todos los papeles, junto a otra que le había regalado la Policía de Entre Ríos. En realidad, se refería al procedimiento en que Airaldi cayó detenido en calle Gorriti, y lo que buscaba era agilizar el trámite para transferirlas. “Cuando me inspeccionaron el vehículo yo tenía una Browning que me había regalado la Policía de Entre Ríos, que a esa le había dado de baja la policía, yo no tenía papeles (…) Hoy en Rosario si vos tenés un arma, pasás a ser el delincuente más grande del mundo por más que tengas papeles”, le dijo al hombre que la atendió en el comercio. “La Browning me la regaló Ricardo Frank, ¿se acuerda que estuvo de Director de la Policía de Entre Ríos?”, acotó. El día de los allanamientos de marzo del aó pasado, cuando se desbarató la organización dedicada al narcotráfico, no hallaron una gran cantidad de drogas pero sí encontraron un búnker lleno de armas de fuego en la estancia de Airaldi en la isla El Pillo, en Las Cuevas. Según el detalle del acta policial, se encontraron una escopeta de doble caño sin marca ni numeración visible, también una escopeta calibre 16 UAB de dos cañones marca Vat Bros, otra calibre 16 UAB marca Winchester, una carabina calibre 22 LR Rubí Extra, otra carabina calibre 44 marca Colt, una escopeta calibre 16, otras dos calibre 12 y otra calibre 36 UAB. También contaba con un arma larga más marca Zafer en el domicilio que compartía con su pareja en Diamante. Además se había mencionado que en aquel lugar encontraron una pistola 9 mm que pertenecía al servicio penitenciario de Santa Fe. En la causa por narcotráfico aparecen más referencias a la cuestión armamentista. Uno de los procesados, Nicolás Godoy, habla con una persona mientras se graba la conversación. El muchacho le cuenta sobre los trabajos que realiza para Airaldi, mientras dice que le gusta la plata y que debe cobrar por cada cosa que hace. En un momento refiere tratos con personas de la ciudad de Rosario que podrían estar relacionados al comercio de armamento y municiones, tal como se sospechó cuando lo detuvieron a Airaldi en aquella ciudad: “Iba a ir a mandarle plomo a Los Monos allá. Si ellos vienen pa´acá, nosotros ibamos a ir pá ya a mandarle plomo también”, dice Godoy. Fuentes consultadas al respecto consideran que podría tratarse de un alarde de Godoy, más que una acción preponderante en el trato con alguna banda rosarina. Luego cuenta que otro allegado, un tal Manco, quiere traicionarlo a Airaldi en los negocios del otro lado del río Paraná, pero no le confía: “Yo ir, si es pal Leo sí, pa´ este pajero no, este es un pobre pirincho, un paspao. El Leo por lo menos tiene quien lo aguante”. Armando Balcaza, procesado y detenido en esta causa federal como mano derecha de Airaldi, también tenía un manejo de armamento importante y de asistencia en este aspecto al patrón. En diciembre de 2022 Leo le pide un arma que el transportista tendría guardada junto con cargadores y municiones. Además le dice que un cargador le había quedado en Rosario, al mismo tiempo le recomienda estar armado en el campo ya que le había llegado un rumor de que los podían atacar a tiros. En síntesis, parte de la conversación fue así: -Estoy necesitando la bebé que tenés vos, la otra anda bien, la 22 que tenías vos. -Sí, pero se acuerda que el cargador quedó en Rosario. -Nos encontramos por ahí en el cruce o vemos dónde nos encontramos. -¿Con todo? ¿Se la llevo completa? -Claro, exactamente, con todos los cargadores y balines. Y fijate si conseguís otra cosita así, entonces compramos para que vos tengas también, cualquier cosa la cambiás por algún payaso allá, pero conseguí algo urgente, así vos tenés algo en la cintura, porque me llegó un puterío ¿me explico? La verdad es que a mí no me va a hacer nada nadie, pero por ahí a mi gente capaz que sí. No es gente del rubro de nada, es otro tipo de gente ¿me entendés? Por último, otro ejemplo que surgió en esta investigación sobre Airaldi y su prepotencia con las armas, fue un violento episodio que protagonizó en Diamante. Surgió en una escucha telefónica donde Gisel Kranevitter le dice a Armando Balcaza. “Sabés lo que me enteré el otro día? Que andaba no sé qué barrio y se le atravesaron unos chicos en moto. Y que se recontra re mil calentó y que los empezó a correr, a correr hasta un barrio que se llama 23 de Septiembre, y que ahí los encontró, se les atravesó adelante, se bajó, los apuntó con la pistola y uno de los chicos se hizo pis encima. ¿De verdad en eso va a terminar? ¿De verdad tenés que hacerle eso a un chico?, dijo la mujer. Dos juicios en puerta Leandro Airaldi tiene un largo futuro de encierro. C on dos causas federales por narcotráfico a gran escala, las penas que pedirán las fiscalías de Entre Ríos y Santa Fe se avizoran bastante altas. A inicios de febrero, el fiscal federal santafesino, Walter Rodríguez, formuló el requerimiento de elevación a juicio contra el productor agropecuario y expresidente de la Sociedad Rural de Diamante, al concluir la investigación que lo vincula con el almacenamiento de 30 kilos de cocaína en una vivienda de la localidad costera de Puerto Gaboto, departamento San Jerónimo. Estaban bajo la cama en la casa donde vivía el puestero de Airaldi en la isla El Pillo, Diego Torres, quien hasta ahora continúa prófugo. Este hombre ha quedado muy comprometido no solo por el hallazgo del millonario cargamento de droga, sino por los mensajes que intercambió con Airaldi sobre los ladrillos de cocaína que había recibido. Era quien hacía el trabajo por tierra y agua en la inhóspita zona de islas entre Las Cuevas y Gaboto. Aunque ofrecen una alta recompensa de 3 millones para encontrar a Torres, algunos creen que su destino podría haber sido un ajuste de cuentas por el cargamento que perdió. En este expediente, la Fiscalía ubica a Airaldi como el líder de una organización narcocriminal. Por su parte, el fiscal federal de Paraná, Leandro Ardoy, presentó el requerimiento de elevación a juicio de la causa que fue instruida por el juez federal Leandro Ríos, que tiene como imputados al productor agropecuario de Diamante, Leonardo Airaldi, y otras 14 personas, por conformar una organización dedicada al narcotráfico, que funcionaba en Diamante y Paraná, y con fluidos nexos en la ciudad de Rosario. Según el requerimiento fiscal. Leonardo Roberto Airaldi era el organizador, proveedor y financiador de la red narco. Se le atribuye haber elaborado o diseñado una estructura funcional para facilitar delitos de tráfico de drogas, distribuyendo tareas y administrando recursos humanos y materiales. La Fiscalía sostiene que Airaldi dirigía a sus asistentes y colaboradores mediante órdenes emitidas por diferentes vías. También aplicaba y disponía de recursos humanos, materiales y financieros para la adquisición, transporte, distribución y venta de drogas. Por esto, el productor agropecuario podría terminar con dos elevadas penas, que luego se deberán unificar. No se vislumbra su libertad en un futuro más o menos cercano. formuló Análisis de la
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