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» Diario Cordoba
Fecha: 30/05/2025 04:14
La excelencia a la que se puede aspirar a través del conocimiento debería estar relacionada, en principio, con el progreso. De esta última palabra deriva el adjetivo ‘progresista’, ese que, cada día, a cualquier hora, pegue o no con el contexto, pronuncia cualquier miembro del Gobierno. Lamentablemente, las palabras se emplean por costumbre y, en la mayor parte de los casos, con total desconocimiento. A esa ignorancia ha apelado esta primavera Pilar Lucio, vicepresidenta y consejera del Consejo de Seguridad Nuclear, afirmando alegremente que, para ocupar un puesto como el suyo, «no hacen falta conocimientos técnicos extraordinarios en esta materia, aunque evidentemente ayuda» (sic). Para que la creyesen, en efecto, no sería necesaria una promesa. Ante la Comisión para la Transición Ecológica, quiso adornar aún más su ya original punto de vista añadiendo «pero ¡cuidado!, a lo mejor tener demasiados conocimientos también es contraproducente». Probablemente tenga razón y, por ello, los científicos y los técnicos altamente cualificados deben abandonar España. Y es que quisieron ir demasiado lejos en la profundización de un saber que ahora supone un obstáculo para desempeñar el trabajo que, en un país diferente al nuestro, correspondería a los más preparados. La provincia canadiense de Ontario recibe mañana a un joven ingeniero nuclear, español, cordobés y ciudadano del mundo. Después de contribuir con interminables horas de esfuerzo al correcto funcionamiento de varias centrales y garantizar la seguridad de estas, ha hecho caso a la consejera y, para no perjudicar con un exceso de conocimiento, se marcha allá donde todavía quieren a los mejores. Aquí os esperamos, Nene, para que regreséis cuando el saber vuelva a tener prestigio. *Lingüista
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