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  • La importancia de los perros de asistencia y su rol en la salud emocional de personas con discapacidad

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 30/05/2025 02:47

    Data Animal - Usar animales de forma terapéutica En el marco de un nuevo episodio de la segunda temporada de Data Animal, producido por Infobae desde Casa Spotify, Mercedes Iacoviello, especialista en intervenciones asistidas con perros y líder del Proyecto Salta Violeta, compartió su experiencia y conocimiento en torno al rol que pueden ocupar los perros en la vida de personas con discapacidad. A lo largo de la conversación, abordó desde el impacto emocional de convivir con un animal hasta los entrenamientos específicos que requieren los perros de asistencia, sin perder de vista las responsabilidades éticas que esto implica. Una convivencia que transforma: el perro como compañero de vida En un primer momento, Iacoviello explicó cómo la sola convivencia con un perro puede impactar de forma positiva en la vida de cualquier persona, y especialmente en quienes enfrentan alguna discapacidad. “El hecho de tener que estar pendiente de lo que necesita un animal nos mantiene alertas, te invita a moverte”, sostuvo. Esto repercute directamente en la capacidad física, pero también en el aspecto social y emocional. “Conversar sobre tu animal activa tu vida social. Además, tratar de entender qué le pasa, cuáles son sus emociones, te conecta con tus propias emociones”, detalló. Esta dimensión relacional del vínculo humano-animal adquiere aún más valor cuando se trata de personas que atraviesan desafíos psíquicos, físicos o sociales. La convivencia con perros puede transformar la vida social, emocional y física de personas con discapacidades, según expertos Perros de asistencia: una preparación específica para un acompañamiento técnico Más allá del perro de compañía, la especialista explicó que existe una figura diferenciada: el perro de asistencia. Se trata de un animal entrenado para convivir con una persona con discapacidad y realizar tareas que mitiguen los efectos de esa condición. “Hay convivencia, pero después de haber preparado al perro para poder ayudar”, aclaró. Estos perros no se improvisan. “La definición es muy precisa: tienen que estar formados para realizar al menos tres conductas que mitiguen los desafíos de la vida cotidiana”, afirmó. Además del entrenamiento técnico, deben tener una predisposición natural: sociabilidad, calma y deseo de colaborar. “Eso tiene que venir de fábrica”, advirtió. El proceso de formación puede durar dos años o más, y se realiza en escuelas especializadas. “Cuando el perro ya está formado, se lo acopla a la familia con la persona que lo necesita”, explicó. Más allá de la convivencia: servicios asistidos con animales Una tercera alternativa se presenta cuando no es posible convivir con un animal. En esos casos, los perros pueden cumplir una función clave a través de las intervenciones asistidas. Se los entrena para participar de actividades en escuelas, hospitales o centros terapéuticos, brindando beneficios emocionales y sociales a personas con discapacidad sin necesidad de compartir el mismo hogar. Los perros de asistencia requieren años de entrenamiento específico para cumplir tareas que mitiguen los desafíos de sus dueños (Imagen Ilustrativa Infobae) “Son perros que disfrutan el contacto con personas que no conocen. Eso es importante: tienen que estar preparados para eso”, subrayó la especialista. ¿Todas las familias pueden tener un perro de asistencia? Precaución ante la recomendación médica Muchas veces, la sugerencia de tener un perro parte de un profesional de la salud, pero esto puede ser problemático si no se evalúan las condiciones reales de la familia. “Un perro no se receta, no es un remedio”, advirtió Iacoviello. “Con la mejor voluntad, un terapeuta recomienda un perro, y la familia comienza a buscar sin desear realmente convivir con un animal. Eso termina mal”. Casos cercanos a la especialista muestran que muchos de estos perros son relocalizados a los 8 meses, porque la familia no puede sostener la demanda. “En vez de ser un beneficio, es un perjuicio. Porque es una pérdida más para la persona”, lamentó. Un perro no es un remedio y hay que evaluar y generar las condiciones para que esté con una familia, dijo la experta ¿Qué tipo de perros pueden ser de asistencia? Iacoviello aclaró que cualquier perro que cumpla con las condiciones necesarias puede convertirse en can de asistencia. “Tiene que tener talla grande si va a prender una luz o tirar de una cuerda, pero no tiene que ser de una raza específica”, indicó. También hay proyectos que entrenan perros de refugio. “Obviamente, hay que seleccionar entre cientos aquel que tenga las condiciones y disfrute la tarea”, dijo. Pero advirtió: “No cualquier golden o labrador puede ser perro de asistencia. Muchos no disfrutan del entrenamiento o no logran desarrollar las conductas necesarias. No es automático”. La ética del trabajo con animales: una prioridad Uno de los temas más profundos del episodio fue el debate ético: ¿están los animales al servicio del ser humano? Para Iacoviello, la clave es que el animal también disfrute de lo que hace. “Hay maneras de ver eso. Nos hablan con sus gestos, si se alejan, si se acercan, si están tensos o relajados”, explicó. Los labradores y golden retrievers se destacan como razas comunes, pero ningún ejemplar es apto para ser perro de asistencia (Imagen Ilustrativa Infobae) También la especialista contó su caso personal como ejemplo de eso: “Mi perrita Pepi ama ir al hospital. Ama que la acaricien, le gusta la gente sentada, sillas de ruedas por doquier. Está feliz. Pero yo tengo que estar atenta. Hay días que mira para la puerta. Bueno, es como todos. Yo también me canso de socializar. Y ese día nos vamos”. Finalmente, Iacoviello llamó a evitar la idealización del animal como “solución a todos los problemas”. “La gente supone que un cachorro adorable va a resolver todo, pero se necesita una crianza que acompañe y una familia comprometida”, remarcó. “Cuando hay una situación de discapacidad, eso se suma como un factor más. Si el animal no se adapta, si la familia no tiene tiempo, terminan frustrados, y eso puede generar abandono”, advirtió. También subrayó la importancia de formar a los profesionales de la salud. “Hoy, por primera vez, se están dando cursos sobre familia multiespecie, incluso en plataformas médicas”, reveló. Mercedes Iacoviello dejó en claro que la relación entre perros y personas con discapacidad puede ser profundamente beneficiosa, siempre y cuando esté basada en el respeto, la preparación adecuada y el deseo genuino de convivir con otro ser. “Si se hace bien, es maravilloso. Pero si no, puede ser perjudicial. Y ahí el cuestionamiento es bienvenido”, concluyó.

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