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Fecha: 29/05/2025 10:14
La importancia del agregado de valor al maíz a través del bioetanol, y la urgente necesidad de impulsar una nueva ley de biocombustibles en la Argentina para ello fue la temática central de un panel del Congreso Maizar 2025 integrado por los diputados nacionales Atilio Benedetti (Entre Ríos), Carlos Gutiérrez (Córdoba) y Belén Avico (Córdoba), con la moderación de Víctor Accastello (ACA), subgerente general de ACA. Tres legisladores nacionales de las provincias de Córdoba y Entre Ríos abordaron la importancia del agregado de valor al maíz, específicamente a través del bioetanol, y la necesidad de avanzar en un nuevo marco legal que incremente el corte de los combustibles renovables con los fósiles, medida que es solicitada desde hace tiempo por toda la cadena de valor maicera. La diputada nacional por Córdoba (PRO) Belén Avico, oriunda de Río Cuarto, destacó la relevancia de la provincia en la producción de maíz: de cada tres toneladas a nivel nacional, una se produce en territorio cordobés. Por otro lado, explicó que dos de cada tres toneladas de maíz se exportan sin procesar, lo que resalta la necesidad de agregar valor en origen, para potenciar la productividad de las pymes vinculadas a la producción y generar empleo regional. A modo de ejemplo, mencionó el alto costo logístico que supone el transporte de maíz al puerto, es decir, de Río Cuarto a Rosario: representa el 25% del valor del grano. Avico enfatizó también el rol que tiene Córdoba a nivel nacional como líder en la producción de bioetanol de maíz, ya que produce el 75% del total. “En el último año, esto implicó la molienda de más de 1 millón de toneladas, equivalente a aproximadamente el 6% de la cosecha provincial total”, precisó. Para la legisladora por Córdoba, es estratégico llevar este tema al debate, y consideró central avanzar hacia una nueva ley de biocombustibles, con el objetivo fundamental de incrementar el corte mínimo de bioetanol, al menos, al 15% en la nafta. El diputado nacional por Entre Ríos y presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Atilio Benedetti, compartió su perspectiva. En su doble rol de legislador y de productor agropecuario, se declaró admirador del modelo de Brasil, destacando su “revolución productiva” en agregado de valor, generación de divisas, empleo y posicionamiento mundial, lograda a través de la coordinación público-privada. En cuanto a la política de agregar valor, resaltó la experiencia de Entre Ríos, provincia que ya agrega valor al maíz provincial transformándolo principalmente en proteína animal (leche, carne aviar, huevos, carne de cerdo). Benedetti caracterizó el contexto actual del gobierno nacional, señalando que, a pesar de haber asumido con amplio apoyo popular, tiene baja representación legislativa, y prioriza el equilibrio fiscal por encima de otras consideraciones, en especial las que vienen desde el sector productivo. Destacó que el Gobierno no considera el cambio climático un problema significativo, ni adhiere a la Agenda 2030, con una posición que –a su juicio– es una apuesta fuertemente sesgada por el desarrollo hidrocarburífero. Para el diputado entrerriano, estos factores presentan dificultades para el avance de una nueva ley de biocombustibles, ya que aumentar la mezcla impacta fiscalmente, al no tributar como sí lo hacen los combustibles fósiles. No obstante las dificultades, Benedetti compartió la buena noticia de que hay voluntad del gobierno de avanzar en una nueva ley que prevé un incremento, aunque modesto, del corte de bioetanol del 12% al 15%, y del biodiésel, del 7,5% al 10% en un plazo de 2 años. Por otro lado, identificó un desafío adicional para los gobiernos provinciales, a quienes el gobierno nacional les delega la responsabilidad de desarrollar la biomasa y su utilización. En sintonía con esa postura, el diputado nacional por Córdoba Carlos Gutiérrez, ex ministro de Agricultura provincial y firmante de un proyecto de ley de biocombustibles que cuenta con el apoyo de la liga de las provincias bioenergéticas, enfatizó la importancia estratégica del agregado de valor y la matriz “vaca viva” para el interior del país. Señaló que, después de 19 años desde la primera ley de promoción y desarrollo de los biocombustibles en el país, “es triste y preocupante que Argentina no logre avanzar de la misma manera” que Brasil, donde ya no se discuten cuestiones básicas (“la fórmula del engrudo”, puso como ejemplo) y se avanza en consensos institucionales para abordar el cambio climático y priorizar la agenda del campo. A la hora de buscarle un porqué al atraso que tiene Argentina en materia de biocombustibles, sugirió que, más que hacer las cosas mal, quizás no se están haciendo las cosas necesarias, como una fuerte autocrítica interna en el Congreso y fortalecer institucionalmente al sector. A la hora de repasar la fortaleza de los proyectos de ley de biocombustibles que hay en el Congreso, consideró que el que cuenta con el apoyo de la “liga bioenergética” tiene una “expresión más alta de acuerdo y contenido”. Gutiérrez criticó la postura del Gobierno, que “si bien en los papeles puede tener buena voluntad, a menudo muestra un discurso que no se traduce en una agenda productiva concreta”. Recordó, a modo de ejemplo, cómo intentos de avanzar en temas del sector, como la reducción de retenciones, han sido bloqueados. También planteó diferencias con respecto a la posición de las petroleras dentro del negocio de los biocombustibles. Se mostró partidario de mantener la posición del proyecto que lleva su firma, de que las empresas ingresen a la producción a partir del corte del 12%, a diferencia del proyecto oficial, que plantea liberar el mercado. Otra diferencia con la posición oficial se relaciona con la posible importación del biocombustible: mientras que los legisladores aseguran que el bioetanol debería ingresar en la medida que el producto nacional no sea competitivo, desde el Gobierno aseguran que no debería haber restricciones. “Si Donald Trump estuviera gobernando el país, seguramente no habría posibilidades de importación”, bromeó el legislador. Más allá del contenido del proyecto de ley de avanzar hacia una mixtura del 15% de las naftas con el bioetanol, la intención de los legisladores es dejar las bases para seguir aumentando el corte. “Debemos copiar a Brasil y Paraguay, que ya están con un corte significativamente superior al nuestro, aunque con una trayectoria en el sector menor a la nuestra”, puntualizó Gutiérrez. Como parte de la estrategia para fortalecer un nuevo marco normativo que apunte al desarrollo de los combustibles renovables, el legislador cordobés llamó a tener una mayor unidad del sector, “en defensa de la Vaca Viva”, para valorar su importancia y lograr ser incluidos de manera efectiva en las mesas de decisión, más allá del discurso oficial.
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