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» Sin Mordaza
Fecha: 28/05/2025 20:03
La Unión Agrícola de Avellaneda se convirtió en el principal sostén de Vicentin, al aportar soja y girasol para la reactivación de las plantas industriales de San Lorenzo y Ricardone. En medio del proceso concursal más prolongado de la provincia de Santa Fe, su intervención fue clave para evitar el colapso operativo de la firma agroindustrial. El nuevo esquema de contratos de fazón permitió a Vicentin procesar materia prima ajena con su infraestructura, y así cumplir con el pago de los sueldos de marzo y abril, desactivando un conflicto gremial inminente. La UAA había sido uno de los pocos actores que siguió respaldando a la compañía durante la crisis, y su compromiso fue ahora ratificado y ampliado. A partir de junio, Vicentin ingresará en la etapa de cramdown, que habilita la presentación de propuestas de compra por parte de terceros. Mientras tanto, la empresa suma nuevos contratos —incluido uno con la brasileña Ammagi— y sostiene operaciones con firmas como Cargill, Bunge, LDC y ACA. Sin embargo, la deuda post concursal sigue creciendo y la estructura aún opera por debajo del punto de equilibrio. En el norte santafesino, la planta de Avellaneda sigue a la espera de aportes de materia prima. Las deudas acumuladas con proveedores como la cooperativa eléctrica local amenazan con paralizar la última unidad productiva activa en esa región.
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