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» Corrienteshoy
Fecha: 28/05/2025 04:40
Beatriz Mesa : «El Sahel busca recuperar la relación bilateral con España» El Sahel ha servido como escenario de uno de los mayores fracasos de la política exterior europea en la última década. Lo que comenzó como una ambiciosa intervención militar en 2013 para frenar el avance del yihadismo, y encabezada principalmente por Francia, terminó en marzo de 2024 con la retirada de las tropas, que dejaron tras de sí un balance negativo. A lo largo de estos años, la amenaza terrorista en la región no solo sobrevivió, sino que proliferaron los grupos armados que contribuyeron aún más a erosionar la soberanía de los Estados sahelianos.Beatriz Mesa , periodista especializada y autora del libro 'El fracaso de Occidente en África' (Almuzara, 2024), analiza en profundidad las causas de este colapso en una entrevista con ABC. Según la experta, las estrategias europeas en la región fueron construidas sin comprender ni atender las dinámicas locales que alimentan los conflictos. Una desconexión que derivó en un profundo rechazo hacia los actores occidentales y que dejó la vía libre para que naciones como Rusia o China pudieran ejercer su influencia en el continente sin ningún tipo de contrapeso.—¿Qué le impide a África manejarse por sí sola? ¿Por qué necesita de actores externos? Ya sean Occidente o Rusia o China…Noticia Relacionada estandar Si El Sahel se convierte en el epicentro del terrorismo global Andrés Gerlotti Slusnys—Europa logró desarrollarse en los siglos XIX y XX gracias a sus propias revoluciones industriales. La industrialización de un país es fundamental, y ese es el problema de África: tenemos los recursos, pero no la infraestructura ni la tecnología necesarias para transformarlos. Y la tecnología viene del exterior. Si a Occidente realmente le preocupa el futuro de África podríamos pensar en cómo apoyar procesos que fortalezcan su autonomía económica. Ahora está surgiendo un nuevo discurso de soberanía nacional por parte de los Estados del Sahel en el que se cuestionan los contratos mineros, donde el 80% de las ganancias se va fuera y solo el 20% queda dentro.—Algunas naciones que basan su economía en la explotación mineral no suelen destinar los beneficios para desarrollar otras áreas productivas, ¿la abundancia en recursos naturales es una maldición para estos países?—En el caso del Sahel ni siquiera hemos llegado a ese punto en el que su economía se haya podido asentar exclusivamente en la explotación mineral, porque todavía no hemos podido materializar eso. Para crear empresas que transformen esos recursos, primero hay que tener control sobre ellos. En Malí, por ejemplo, su recurso más importante es el oro y el algodón, pero solo benefician a una pequeñísima élite. ¿Y qué pasa con la población que vive alrededor de las minas? Hay un aspecto muy importante en los códigos mineros que es desarrollar la comunidad en donde se sitúa esa mina pero lo que vemos es pobreza extrema a su alrededor y eso es inaceptable.—Un informe reciente del Índice Global de Terrorismo señala que más del 50% de los atentados se concentran en el Sahel. ¿Qué sucede en esa región que permite la proliferación del yihadismo ?—Es que ni siquiera estoy de acuerdo con esos datos porque este tipo de informes recogen cualquier tipo de conflicto, ya sea comunitario o delincuencial, y lo asocian al terrorismo internacional. Esto es un problema muy serio y con falta de rigurosidad a la hora de de explicar la amenaza. En primer lugar, porque no estamos ante una amenaza global. En el Sahel no enfrentamos una amenaza global como la que se vivió en Europa o en Oriente Próximo tras el 11S. Los grupos armados que se parapetan en los eslóganes de la yihad responden a situaciones locales. Es decir, a una situación de injusticia social, liderazgo local, o a una situación comunitaria en donde, por ejemplo, hay facciones que quieren emanciparse y que no quieren verse más sometidas al poder de otras facciones dentro de su misma etnia. No estamos ante una franquicia a un yihad global en el Sahel, esto es un error de estudio. La verdadera amenaza en la región es el crimen organizado: el tráfico de drogas, de armas y el ajuste de cuentas entre grupos. Esto representa nuestro día a día en el Sahel y es lo que lleva a la gente hacia la violencia.—Cuando ocurrieron los últimos golpes de Estado en el Sahel, desde Occidente se miraron con alarma, pero desde la región de un modo optimista. ¿Cómo evalúa estos cambios de régimen?—Los últimos golpes de Estado del Sahel no son golpes de Estado per se, como los que hemos vivido en el pasado en la historia contemporánea de África. Estos han sido apoyados por movilizaciones sociales. Son golpes de Estado que responden a una contestación de soberanía, y esto la gente no lo entiende. Son respuestas al fracaso de las intervenciones extranjeras, como las de Francia y EE.UU., que fueron incapaces de frenar la violencia ni mejorar las condiciones de vida, con lo cual los militares han encontrado una ventana de oportunidad para volver a una silla presidencial.«En África, estamos retrocediendo en materia de libertades y derechos fundamentales»Sin embargo, más allá de lo que se logre en términos de seguridad económica, hay otro problema emergente: los militares están cerrando el espacio público. La libertad de expresión y el acceso al espacio público como lugar de debate están siendo gravemente afectados. Estamos retrocediendo en materia de libertades y derechos fundamentales, con controles sobre los medios de comunicación, detenciones de líderes políticos y periodistas, con lo cual las señales que nos están enviando no son buenas. Esto no augura un buen futuro para estos regímenes militares, ya que una sociedad civil cada vez más activa está emergiendo para denunciar y criticar el giro hacia sistemas autocráticos impulsados por los nuevos liderazgos militares.—¿Cuál es la diferencia entre la manera de actuar entre Rusia y Occidente y los resultados que se están obteniendo?—El resultado es negativo, ya que se están atacando civiles, lo cual afecta la imagen de la intervención de Wagner y, especialmente, la de los Estados del Sahel. Si estos ataques continúan, será perjudicial para el futuro de los regímenes militares, ya que perderán credibilidad ante sus poblaciones. Pero también puede ser bueno para estos Estados del Sahel porque están consiguiendo lo que no consiguieron los europeos: la recuperación territorial de zonas que habían quedado en manos de los grupos armados.—¿Qué oportunidades tendría España en el Sahel, considerando que, a diferencia de Francia, no es percibida como una potencia neocolonial?—Hemos dejado una buena herencia. No se nos ha visto como operadores neocoloniales, sino que ha habido una relación de igual a igual. Esto lo puedo confirmar por mi experiencia trabajando en las bases militares y me consta que hay una ambición por parte de los Estados del Sahel, o una necesidad, de recuperar las relaciones bilaterales con España. Una relación que se podría mantener más allá de la bandera de Europa. Porque es cierto que España se retira en solidaridad con Francia, pero puede mantener una cooperación bilateral, como ocurre con la Guardia Civil española y la participación de GARSI (un proyecto de colaboración en materia de seguridad), que continúa trabajando con las poblaciones locales y los Estados del Sahel. Por otra parte, Europa tiene que repensar su estrategia con respecto al Sahel después del caso de Francia, porque no podemos hablar de un fracaso de Europa en su globalidad. Yo hablo de un fracaso de Europa a partir de una Francia que sí que ha fracasado. Eso hay que recomponerlo y reestudiarlo.—¿Cómo puede Occidente colaborar de manera efectiva?—Hay una absoluta desconexión con lo local. No hemos querido preguntarle a África cuáles son sus percepciones de amenazas. No hemos sido capaces de preguntar a las poblaciones cuáles son sus necesidades básicas o cuáles son los proyectos de desarrollo que realmente necesitan.—¿Porque siempre se vio el problema con una perspectiva europea para el problema africano?—Eurocentrista y neocolonial. Una posición absurda que no ha dado resultados… Fuente: https://www.abc.es/internacional/beatriz-mesa-sahel-busca-recuperar-relacion-bilateral-20250525043843-nt.html
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