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Gualeguay » eldiadegualeguay
Fecha: 28/05/2025 02:41
La alcaldía de Río de Janeiro aplicará una nueva norma que limita la música en vivo y las ventas sin permiso en Copacabana e Ipanema. Los testimonios de trabajadores y vecinos que se oponen a la medida por su impacto cultural y económico. Desde el 1 de junio, entrará en vigencia una nueva normativa que prohíbe actividades comerciales no reguladas, música en vivo y ventas ambulantes en la franja costera de Río de Janeiro. La medida, impulsada por la alcaldía de Eduardo Paes, abarca las emblemáticas playas de Copacabana e Ipanema y generó una fuerte controversia por su impacto cultural y social. El decreto fue firmado a mediados de mayo y, según la alcaldía, apunta a preservar el orden urbano, la seguridad pública y el medioambiente. Sin embargo, para muchos trabajadores y vecinos, representa un golpe directo a la identidad de la ciudad. “Es difícil imaginar Río de Janeiro sin bossa nova, sin samba en la playa”, expresó Julio Trindade, DJ habitual de Copacabana. “Mientras el mundo canta ‘Garota de Ipanema’, nosotros no podremos ponerla en la playa”. Restricciones que afectan la esencia cultural de la ciudad Además de limitar la música, la normativa exige que los quioscos abandonen sus nombres tradicionales —como “Onda Azul” o “Sereia Tropical”— y pasen a identificarse únicamente con números. La decisión, denuncian los comerciantes, perjudica la identidad comercial y la fidelidad de sus clientes. “No se trata solo de controlar el ruido. Esto es silenciar la esencia de Río”, indicó en un comunicado Orla Rio, la concesionaria que administra más de 300 quioscos. Para la empresa, la norma amenaza “el espíritu democrático, musical y vibrante” de la capital carioca. Resistencia legal y política en marcha El Instituto Brasileño de Ciudadanía presentó una demanda para frenar la implementación de la medida, argumentando que vulnera derechos laborales. Aunque un juez desestimó la acción por falta de legitimidad legal del organismo, el caso sigue en proceso de apelación. En paralelo, la Asamblea Municipal debate un proyecto de ley que podría suavizar la normativa. La propuesta limita el uso de altavoces en la arena, pero permite que músicos toquen sin permisos especiales. Aún no está definido si será tratado antes de la entrada en vigor del decreto. Impacto económico sobre miles de trabajadores La actividad informal en las playas mueve cerca de 4 mil millones de reales anuales (unos 710 millones de dólares), según cifras oficiales de 2022. Miles de personas viven de la venta ambulante de mariscos, empanadas, bikinis y otros productos. “Es trágico”, lamentó Juan Marcos, un joven de 24 años que vende mariscos en Copacabana. “Nos matamos trabajando para llevar algo a casa. ¿Qué vamos a hacer ahora?” María de Lourdes do Carmo, conocida como “Maria de los Ambulantes” y líder del movimiento MUCA, advirtió sobre la falta de permisos: “Los necesitamos, pero no los dan”. La alcaldía no informó cuántas autorizaciones entregó durante el último año. Comentarios
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