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  • ArteCo, una feria con el pulso del sincretismo litoraleño

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/05/2025 06:45

    Obras de Hernán Di Filippo, de Galería Chorizo, ganador del Premio In Situ La feria de arte contemporáneo de Corrientes, arteCo, cerró su séptima edición consolidándose como el gran evento artístico del NEA, como también su poder de (re) crear escenarios estéticos y, a partir de ellos, algunas reflexiones. Ya no es una novedad que las ferias y encuentros de arte se multiplican -salvo en la Patagonia- en el mapa y calendario nacional, más allá de los límites de la Ciudad de Buenos Aires que, aún así, continúa manteniendo cierta hegemonía sobre las cuestiones del mercado. Con dibujos desde 40 mil pesos hasta pinturas con el techo en tres millones, arteCo ofreció una variadísima muestra de esta construcción que ya lleva varios años de desarrollo y que permite que florezcan no solo galerías y espacios de arte autogestionados por artistas, sino también, en ese devenir, una mirada propia por fuera de las agendas citadinas, una suerte de no-contaminación de esa otredad, o una aproximación a estas desde la perspectiva de lo propio. ArteCo estrenó sede en la céntrica Galería Colón De hecho, el crecimiento pudo verse en el aumento de participantes con respecto a ediciones pasadas: 27 galerías y espacios de arte, 23 proyectos y colectivos y 36 artistas individuales -en total alrededor de 250 artistas- provenientes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que expusieron a lo ancho de los cinco niveles de las Galería Colón, un espacio céntrico recuperado para la ocasión y que forma parte, como ex cine, de la memoria cultural correntina, y que tendrá destino de shopping. “Creo que toda feria o evento cultural específico lo primero que hace es visibilizar a los actores: artistas, galeristas, gestores, curadores, etcétera. Hay un conocimiento y reconocimiento, muchas veces no se conocen y no saben que están haciendo los otros. Hay una afirmación de la escena: ¡aquí estamos, somos muchos y hacemos esto! Lo que permite potenciar el trabajo individual, generando una plataforma de networking, de intercambio de experiencias y posibilitando proyectar colaborativamente", dijo Joaquín Rodríguez, curador de esta edición, a Infobae Cultura, quien fue convocado por Beatriz Kunin, presidenta del Instituto de Cultura de Corrientes, ente organizador del evento. En ese sentido, arteCo no solo se ha consolidado como un destacado espacio expositivo en el almanaque ferial, sino que también refleja una profunda conexión con el territorio en el que se desarrolla. El especio albergó a 27 galerías y espacios de arte, 23 proyectos y colectivos y 36 artistas individuales Hubo, en la amplia variedad de propuestas, un corpus, un hilo no del todo invisible, que exploró cuestiones relacionadas a la región, y no específicamente al paisaje, que este a fin de cuenta en cuanto categoría, en cuanto fantasía que propone un único punto de vista, casi siempre romantizado, es sólo un elemento del territorio, que como construcción colectiva integra elementos naturales, sociales, políticos y estéticos. De la pintura, a la escultura, a las instalaciones, hay una agenda que se hizo presente y si bien se la puede linkear a orígenes globales, está arraigada en las propias tradiciones y sus desgracias, sus creencias y mitologías y que, como toda construcción, necesita surgir de algún lugar, tomar un punto de partida, unos cimientos, para desde allí edificar y expandirse, y esa es la Histora del arte. Hay, en muchos de los artistas, una mirada hacia el pasado, algo que -aunque pareciera inverorísimil- no siempre sucede. Este sincretismo litoraleño no surge de la nada, sino de la observación, de las relecturas, de una apropiación honesta, ya que no se esconden las referencias, los homenajes, la inspiración. Anísima tuvo un solo show en Taller Inminente Quizá, la artista que se mueve más en esta línea es la local Anísima, presentada en soloshow en Taller Inminente, con una pieza con una referencia a Abapuru de Tarsila de Amaral, que sintetiza esta percepción, junto a otra La Gauchita del Paraná, como apropiación de La joven de la Perla de Vermeer y La gioconda de da Vinci, ambas con una paleta Matisseana. También, en esta mirada se puede nombrar la obra de Hernán Di Filippo, (Chorizo), ganador del Premio In situ, que tampoco oculta sus referencias. Y la cuestión de la paleta, la presencia de Matisse, no fue menor. Hubo en lo pictórico dos tendencias en la colorimetría que resultan, por opuestas, llamativas. Por un lado, una reminiscencia a lo pop, psicotrópica incluso, matisses puros y profundos, chillones si es posible, mientras que del otro lado, ocres, colores enmudecidos bajo el barniz, como extremos de un mismo follaje: la exuberancia y el apaciguamiento de lo nocturno. En un acto antropofágico, pensando en de Andrade, el sincretismo litoraleño juega con los elementos existentes, los reconfigura, los presenta evidentes por momentos, en otros más ocultos, pero la cuestión del territorio -no del paisaje- está allí como una constante, con eso que se le atribuye a Tolstói sobre “pintar tu aldea para pintar el mundo”. Muchos artistas apuestan por una paleta exuberante, de tintes pop Pero el territorio es, decíamos, una construcción social. Tomemos por ejemplo a la obra del chaqueño de Puerto Tirol Erick Pertile con su Ecos de la tierra en Lur, que presentó un conjunto de esculturas a partir de tres conceptos principales: “Ecos del Fuego”, “Animales en peligro de extinción” y “Resiliencia de la naturaleza”. En el primero, utiliza fuego y humo para intervenir las obras, dejando huellas que evocan las vegetaciones quemadas. En el segundo, busca enaltecer la figura de los animales, muchos de ellos en peligro de extinción, con el objetivo de generar conciencia sobre su preservación. Mientras que en el tercer concepto celebra la capacidad de la naturaleza para reconstruirse, destacando las texturas y paisajes del país. Y es que el fuego no es solo un elemento de lo cotidiano, sino también protagonista de lo trágico, piedra basal de la cultura desde la Grecia antigua. Pertile relató cómo los incendios de 2022 cambiaron su foco de producción, pasando de la memoria personal a la cuestión medioambientales, cuando observó a un aguará guazú, un zorro grande casi extinto, en plena ciudad, deshidratado y ocultándose a la vera de un negocio, como también cuando yendo por una ruta se vio rodeado de una “nube de fuego”, lo que lo llevó a “reflexionar sobre un futuro distópico y la necesidad de proteger el medio ambiente”. Obras de Erick Pertile en Lur En El Vivero, Maria Bressanello presentó tanto una serie de retablos relativos al río y su fauna y los efectos de lo humano, como con una serie de dibujos realizados con la piedra carbónica de árboles autóctonos tras aquellos incendios, o Nant Ezequiel, en Crudo, en otro soloshow, creó un site specific de pequeñas maderas rectangulares intervenidas con escenas iconográficas muy puntuales, que parecía como si un Torres García se hubiera desmembrado para ocupar el territorio, que proponía una lectura directa sobre las problemáticas de la región. La Tierra sin mal, lugar legendario guaranítico, aparecía en su positivo y su negativo, por su plenitud y abundancia, como a través de las heridas infligidas por la desacralización de la intervención humana. Y es que el territorio se constituye, además, por lo relativo al fervor popular, sea a partir de lo religioso o lo pagano y, por supuesto, lo mítico. Algunas obras de Maria Bressanello, en El Vivero, y Nant Ezequiel, en Crudo Dentro de la profusión de referencias a la flora y fauna, los carpinchos tuvieron un lugar especial. Su presencia mediática, a partir de su presencia en barrios cerrados en la zona del Delta del Paraná, donde habitaban en humedales arrebatados, les otorgó una fama viral que, en tiempos de la hipercultura, citando a Byung-Chul Han, se convirtieron en objetos de consumo como muñecos o mochilas sin fronteras e, incluso, a partir de las pantallas se está generando un cambio lingüístico, sobre todo en las nuevas generaciones, en el que se interpone llamarlos capibaras, nombre no tan autóctono como el “carpincho”, y que es utilizado en todos los países del continente, incluso en Brasil. ¿Tiene esta popularidad mediática-mercantil alguna incidencia en su superabundancia representativa? Pero volviendo al sincretismo, en lo religioso dos figuras sobresalen: la Virgen de Itatí, principal ícono sacro de adoración, y el Gauchito Gil, ambos referentes de la provincia mesopotámica, de quienes hay un extenso corpus representacional ya tanto en el lienzo como en lo escultórico, e incluso están tan arraigadas que hasta aparecen en el Museo de Artes Tradicionales (MAT). El carpincho, la virgen y el gauchito podrían haber conformado núcleos en si mismos Sin dudas, la exarcerbación de este cruce entre lo religioso y lo histórico pudo observarse en una de las muestras inauguradas en el marco de la feria, en el Bellas Artes, donde Febe Defelipe presentó Corrientes tiene Paye Pop, curada por Julio Sánchez Baroni, con obras que yuxtaponen ambos imaginarios. La sirenas, o la mboiwuju, dueña del agua y los peces, tuvo también apariciones esparcidas de forma dálmata en la feria, siendo una pieza estilográfica de Leo Guardianelli (Pasaje15) una de las propuestas más originales con una creación plena de humor, donde el personaje mítico se encuentra en una pelopincho tomando un tereré, como último reducto posible para habitar bajo ese sol tremendo. Trabajos de Leo Guardianelli en Pasaje 15 Y es que lo identitario es también una renovación, un diálogo con las leyendas, los imaginarios y los usos del espacio, que trasciende lo meramente visual y nos coloca desde distintos enfoques sobre realidades que por cotidianas pueden parecer intrascendentes o anecdóticas pero que marcan también una forma de construir ese territorio. Es verdad que se crea a partir del entorno, eso es una verdad de perogrullo en cualquier parte del mundo, también que las experiencias y la sensibilidad propia, marcan la mirada de esa recreación subjetiva, la pulso del todo hacia una obra, un objeto, una idea, un párrafo. Y este sincretisimo litoraleño se expresa vibrante, por momentos audaz y en otros, evidente y soso. Y es que hay riesgos, claro, la idealización, la reproducción técnica del imaginario, puede convertirse en una especie de “lenguaje” artístico aceptable y perderse en repeticiones. Está, en la mano y en la idea, lo que distinguirá a unos y otros, como siempre ha sido. Como siempre será. Espacio del Proyecto Mesa Lo que es innegable es la pulsión de los tiempos de toda una cámada de artistas que buscan, prueban y vuelven a probar, una vitalidad que muchas veces es color, en otras sintética y que presentan una cosmovisión riquísima alejadas de alegorías del yo, que se corren del centro porque, como decía el curador Rodríguez, hay en esta escena del NEA un espíritu colaborativo. En un diálogo entre copas, un artista de la zona con un extenso recorrido nacional arrojaba una hipótesis sobre lo que se vió en la feria. Sostenía que “la independencia de sus artistas respecto a los circuitos comerciales tradicionales” les permitía “trabajar sin las presiones habituales de responder a intereses comerciales o galerísticos” y que si bien el evento proporciona la oportunidad de ingresar a ese mundo “no es algo con lo que tengan que vivir en lo cotidiano”. En este contexto, las propuestas artísticas de arteCo fueron un espejo de las tensiones y armonías de un territorio, que en tanto construcción social se expresan de manera personal. La feria no solo expuso obras, sino que también invitó a los visitantes a sumergirse en un espacio donde lo humano, lo natural y lo imaginario coexisten con un enfoque que combina lo estético con lo identitario, creando así un evento único en el panorama artístico, marcado por su capacidad de integrar el arte con el territorio de manera orgánica y significativa. El sincretismo litoraleño. ----- Premios ArteCo 2025 Obras de Luisina Roldán, Maximiliano Venturini y Bruno Yedro -Premio Adquisición UNNE: Maximiliano Venturini | Colectivo Moiras (Santa Fe) -Premio Adquisición Fausto Galería (Tucumán): Luisina Roldán (Rosario) | Galería Ballena (Mar del Plata) y mención honoraria, Juliana Mena | Galería de Arte Local 15 (Rosario) -Premio Formación Proyecto Púrpura: Bruno Yedro (Yapeyú) -Premio Amigos del Museo de BBAA de Corrientes: Obra “Libertad” de Bruno Yedro -Premio Residencia La Ira de Dios: Emme Canteros | Proyecto MESA (Chaco/Corrientes) -Premios In Situ: Proyecto Rizomática (Misiones) y Hernán Di Filippo | Chorizo Galería (Chaco)

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