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Gualeguaychu » FM Maxima
Fecha: 25/05/2025 16:32
Paz. Justicia. Verdad. Son las tres palabras que pide el Papa León XIV a la dirigencia política mundial. El viernes 16 de mayo se reunió con el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, y les dirigió un discurso sin ambigüedades. Y qué bien nos viene este mensaje al celebrar este 25 de Mayo nuestra Fiesta Patria. El Santo Padre comenzó especificando que la Santa Sede se plantea “una urgencia pastoral que la impulsa no a buscar privilegios sino a intensificar su misión evangélica al servicio de la humanidad. Ésta combate la indiferencia y apela continuamente a las conciencias, como ha hecho incansablemente mi venerado Predecesor, siempre atento al clamor de los pobres, los necesitados y los marginados, como también a los desafíos que caracterizan nuestro tiempo, desde la protección de la creación hasta la inteligencia artificial”. El jueves 8 de mayo, en su primer mensaje como sucesor de San Pedro, deseó la Paz a todo el mundo. La Paz que nos trae la Pascua de Cristo Resucitado. No es meramente la ausencia de conflictos. Lo especifica al Cuerpo Diplomático con esta primera palabra, la Paz: “Esto exige también una sincera voluntad de diálogo, animada por el deseo de encontrarse más que de confrontarse”. Cuánto tenemos que crecer en la Argentina para alcanzar la amistad social y promover la cultura del encuentro. Vemos con dolor que se ha vuelto moneda corriente la ofensa, la descalificación, la calumnia. Lejos de “estar todos en la misma barca” se impulsa el “sálvese quien pueda” que nos empuja al “todos contra todos”. Es necesario “desarmar las palabras”, insistía el nuevo Papa a los periodistas. Retomando el encuentro con el Cuerpo Diplomático, “la segunda palabra es justicia. Procurar la paz exige practicar la justicia. Es necesario, además, esforzarse por remediar las desigualdades globales, que trazan surcos profundos de opulencia e indigencia entre continentes, países e, incluso, dentro de las mismas sociedades”. El despilfarro de riquezas y lujos suntuosos es un insulto humillante para quienes carecen de agua, alimentos, educación, salud…; lo más elemental para ser respetada la dignidad humana. Y entonces, “la tercera palabra es verdad. No se pueden construir relaciones verdaderamente pacíficas, incluso dentro de la comunidad internacional, sin verdad. (…) Por otra parte, en la perspectiva cristiana, la verdad no es la afirmación de principios abstractos y desencarnados, sino el encuentro con la persona misma de Cristo, que vive en la comunidad de los creyentes”. Es necesario llamar a las cosas por su nombre, aunque duela. Sin edulcorar el drama y la tragedia de tantos pueblos y naciones. De este modo, la verdad “nos permite afrontar con mayor vigor los desafíos de nuestro tiempo, como las migraciones, el uso ético de la inteligencia artificial y la protección de nuestra amada tierra. Son desafíos que requieren el compromiso y la colaboración de todos, porque nadie puede pensar en afrontarlos solo”. Los hombres y mujeres que fueron protagonistas de la Revolución de Mayo de 1810 dejaron la comodidad de sus casas para acudir a la convocatoria del Cabildo abierto con la consigna “el Pueblo quiere saber de qué se trata”. La decisión institucional fue madurando en la conciencia generada por la participación ciudadana. También hoy es necesario pasar de ser simplemente habitantes que ocupamos un lugar, a considerarnos ciudadanos comprometidos con el bien común de la sociedad. Es necesario poner la mirada en los que van cayendo en el camino. Sostener a los débiles hace que seamos fuertes en el amor. Una Nación grande es la que sabe cuidar a los pequeños. Pido a Dios nos ayude a construir una Patria de hermanos.
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