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  • Caputo busca remonetizar con dólares del colchón y lograr un objetivo casi imposible: crecimiento al 5% por muchos años

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 25/05/2025 04:36

    Además de generar medidas, Caputo es muy activo en su mensaje a empresas y mercados REUTERS/Agustin Marcarian Con la estabilidad del tipo de cambio y la inflación en baja, el equipo económico va detrás ahora de otros objetivos. Quizás el más complicado es el de sostener un ritmo de crecimiento de al menos 5% para los próximos años. Las últimas medidas para que los argentinos se animen a usar los dólares del colchón tiene esa finalidad, como lo reconoció el propio Luis “Toto” Caputo en la presentación que realizó el jueves. Los datos de actividad del arranque de 2025 no son del todo alentadores. En marzo el EMAE cayó 1,8% respecto al mes anterior. La explicación fue la incertidumbre respecto al acuerdo con el FMI y la cobertura cambiaria ante el posible levantamiento del cepo. Abril tampoco habría sido mucho mejor. La consultora Equilibra calculó una merma de 0,8% respecto al nivel de marzo. Pero es un dato para tomar con pinzas: el mes pasado hubo muchos feriados, lo que dificulta la comparación. Rebote asegurado Este año, sin embargo, está prácticamente asegurado un rebote cercano al 5% luego de la caída del 2025. Los niveles actuales de actividad ya llegaron a niveles similares al de fines de 2017, el mejor momento de Mauricio Macri, aunque casi ocho años después. A su vez es un techo que se había tocado en 2011, justo coincidiendo con la reelección de Cristina Kirchner. En conclusión, la economía no crece hace ya prácticamente 15 años. Desde entonces todos los presidentes tuvieron un año de rebote, que se frenó rápidamente por distintos motivos. Javier Milei enfrenta el mismo desafío: no quedarse en el repunte tras una fuerte caída y poder romper ese techo de actividad, algo que se le viene negando a la Argentina hace ya años. El consumo no despega, los salarios aún no le ganan a la inflación acumulada desde 2023 y los que tienen ingresos mayores dedican buena parte a gastos que ganaron peso: luz, gas, expensas (Imagen Ilustrativa Infobae) No se trata de un objetivo sencillo. El consumo interno sigue sin despegar, mientras que los salarios aún están por debajo de la suba de la inflación acumulada desde 2023. Y los que tienen ingresos mayores dedican en buena medida esa suba a gastos que ganaron relevancia: pagar las tarifas de luz, gas y las expensas, por ejemplo. Por lo tanto, tienen menos ingreso disponible para las compras del supermercado. La balanza comercial, por su parte, va en camino a perder casi todo el superávit conseguido el año pasado. Los datos de abril son elocuentes: el superávit comercial fue de apenas USD 204 millones, una reducción de nada menos que 89% respecto al mismo mes del año anterior. Obviamente, un tipo de cambio mucho más bajo incentiva las importaciones -que subieron más de 40% en cantidad) y no impulsa las exportaciones. “A mediano plazo se espera una mejora notable. Para 2030 Argentina tendría un superávit energético de USD 25.000 millones”, señalaron desde la consultora Invecq. Pero para ese momento todavía falta mucho. Con este panorama, es evidente que hacen falta más dólares para enfrentar la demanda local para importaciones y para turismo. Por eso, en Economía apuestan a que esas divisas tarde o temprano llegarán a través de la cuenta capital: inversiones, financiación del exterior. Y también de aquellos dispuestos a usar sus dólares en vez de mantenerlos fuera del sistema. Las medidas que buscan alentar el uso de los dólares del colchón, sin embargo, no tendrán un impacto inmediato. No tienen nada que ver con el Plan Platita de otras épocas, que buscaba una mejora de corto plazo, pero a costa de más inflación y devaluación a futuro. El aliento a usar "dólares del colchón" no tendrá impacto inmediato (Imagen Ilustrativa Infobae) El objetivo es remonetizar la economía a través del aumento de la demanda de dinero. Pero esto ya no lo hará el Banco Central financiando al fisco o comprando dólares. El difícil objetivo de Caputo es que sean los propios argentinos los que saquen sus ahorros del colchón y lo usen para comprar e invertir. La eliminación de los regímenes informativos que obligan a bancos, escribanos, inmobiliarias, administradoras de tarjetas y hasta supermercados busca que el público y las empresas se muevan con mayor tranquilidad. Son esos dólares que la gente mantiene en el colchón los que, según la opinión de Caputo, ayudarían a recargarle combustible a una economía que se recupera, pero en forma despareja. Menos burocracia Quitar semejante burocracia es un espectacular avance. Pero no es suficiente en sí mismo para impulsar la actividad. Además, faltan proyectos que deben ser enviados al Congreso para modificar las leyes penal cambiaria y tributaria. Quienes utilizan dinero no declarado para comprar inmuebles o autos o hacer cualquier otra transacción precisarán certeza de que no serán investigados por ARCA acerca de la forma en que obtuvieron ese dinero o para reclamar impuestos adeudados. Especialistas antilavado señalaron que las nuevas reglas no ponen en riesgo el cumplimiento de las normas firmadas ante el GAFI. Es decir, no habría peligro para el sistema financiero de caer en la “zona gris”. Pero el mensaje del Gobierno sigue siendo demasiado benévolo para los que se mantienen en la economía informal. La explicación que dio Caputo es que esto sucede por la alta presión impositiva que se mantiene hace tantos años. No mencionó, sin embargo, que son muchos los que cumplen con el pago de los impuestos aún en esas mismas condiciones. Otro de los grandes objetivos del Gobierno dentro del plan trazado con el FMI es el regreso a los mercados financieros. “Sabemos que vamos a volver a colocar deuda para refinanciar nuestros vencimientos. Pero no tenemos certeza de cuándo podremos hacerlo. Por eso, decidimos incrementar el superávit primario de este año de 1,3% a 1,6% del PBI en el acuerdo con el Fondo. Algo nunca visto en un año electoral”, señaló un alto integrante del equipo económico en una reunión con banqueros. Mercado internacional Por lo pronto, algunas empresas ya hicieron buenas colocaciones y marcan el camino. Fue el caso de Pampa Energía que captó USD 300 millones a una tasa del 8% anual, es decir 350 puntos básicos sobre el rendimiento de los bonos del Tesoro americano. Telecom también está sondeando al mercado para tener recursos para afrontar la compra de Telefónica en Argentina. Asimismo, la ciudad de Buenos Aires estaría en el mismo plan para enfrentar los próximos vencimientos de este año. Algunas empresas hicieron colocaciones que marcan el camino, como Pampa Energía que captó USD 300 millones al 8%, solo 350 puntos sobre la tasa de los bonos de EEUU Pero más que el crecimiento, la baja de la inflación será la señal más poderosa para el oficialismo pensando en las elecciones legislativas. Distintas consultoras ya estiman que en mayo el índice podría estar cerca del 2% y la expectativa es que perfore ese nivel en los meses subsiguientes. Muchos sectores ya empiezan a mostrar bajas de precios. Si bien la deflación es un fenómeno más relacionado con los períodos recesivos, en este caso el origen parece ser diferente. La baja de aranceles y de impuestos internos para productos importados repercutirá en electrónicos, celulares y autos. Además, la mayor competencia importada en calzado, vestimenta, bazar, muebles y otros rubros también presionará a los precios a la baja. La madre de todas las batallas La caída de la inflación y la continuidad de la estabilidad cambiaria serán claves para que el Gobierno enfrente en las mejoras condiciones posibles “la madre de todas las batallas”: la elección en la provincia de Buenos Aires. El objetivo es asestarle una derrota a Cristina Kirchner en su territorio en una alianza entre La Libertad Avanza y figuras del PRO. Sería la antesala de lo que en Tribunales ya consideran inevitable: el rechazo del recurso extraordinario presentado por la ex Presidenta ante la Corte Suprema para frenar la condena en doble instancia por la causa Vialidad. Sería antes de fin de año y se trataría de una decisión de alto impacto político, porque implicaría la prisión domiciliaria en las mismas condiciones que hoy enfrenta Lázaro Báez.

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