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  • “Me sorprende la pasividad de un pueblo que mira por TV cómo les pegan a los jubilados y no hace nada”

    » Elterritorio

    Fecha: 24/05/2025 16:13

    Iván Moschner no para de actuar y dirigir, pero es consciente del mal momento de los actores en el país. Lamenta la falta de reacción de la sociedad y los artistas a la pobreza y la opresión sábado 24 de mayo de 2025 | 7:00hs. Iván Moschner es un artista reconocido no sólo por su capacidad sobre los escenarios sino también por su compromiso social. Porque cada vez que se expresa, sus mensajes están enfocados a la búsqueda de respeto por los derechos laborales, la educación, la salud y la justicia social. Desde su mirada las expresiones artísticas son siempre liberadoras de voces oprimidas, de necesidades insatisfechas y de reclamos sociales que intentan ser ocultados. Por eso desde su óptica los artistas “tienen que hacer salir a la superficie eso que está tapado para que se vea, porque el arte es una gran herramienta de denuncia social”. “Vuelvo a Misiones cuando puedo por mi familia y porque me encanta nuestra provincia”. Foto: Daniela Cortés Con actuaciones en cine, teatro y televisión, Moschner se ganó a puro pulmón un lugar de validación no sólo en nuestro país, sino también en el extranjero. Actualmente está ensayando la obra Ricardo III, de Shakespeare, que se estrenará a fines del mes próximo en el Teatro San Martín, de Buenos Aires, y que luego se presentará en distintas ciudades de España. El actor nacido en Puerto Piray, en una pausa de ensayo, dialogó con El Territorio. ¿Qué obra estás ensayando en el Teatro San Martín? Estamos ensayando la obra Ricardo III, de Shakespeare, que vamos a estrenar a fines de junio. Primero en el Teatro San Martín y después nos vamos de gira a España, donde la vamos a presentar en las ciudades de Madrid, Bilbao y Cádiz. Se trata de una obra que protagoniza Joaquín Furriel y donde la dirección está a cargo de Calixto Bieito. ¿Tenés otras obras actualmente en cartelera? Sí. ‘Para pibitxes del río’ es una obra que dirijo y que está en la sala El Grito, de Palermo. Y ‘Tintorero’ y ‘The raven. El Cuervo’, basada en el poema de Edgard Alan Poe, en la que actúa el actor misionero Ariel Aguirre. Y también estoy ensayando ‘Las Traiciones’, de Juan Andres Romanazzi, que se estrenará el año que viene. ¿Seguís militando en el Partido Obrero? Ahora no estoy militando. Pero sigo apoyando esas ideas. De hecho en las últimas elecciones porteñas voté a la izquierda. Creo que el resultado que se dio con el triunfo de La Libertad Avanza demuestra que aún no hay una toma de conciencia fuerte por parte de las grandes mayorías de lo que está pasando en nuestro país y no hablo solamente del ámbito de la cultura en el que trabajo, sino en todos los espacios. ¿Qué es lo que está pasando en nuestro país? Que el gobierno que dirige Javier Milei es un desastre para todos los trabajadores y para el pueblo en general, porque su único objetivo es manejar el país como si fuese una empresa con una calculadora en la mano haciendo números sin ver el rostro humano detrás de sus cuentas. Y además porque el objetivo del ajuste brutal no es sanear la economía local, como la quieren vender, sino exprimir nuestros bolsillos para darle todo al Fondo Monetario Internacional que es quien en realidad está dirigiendo nuestro país hoy. Milei es un títere. Lo manejan desde afuera. ¿Cuál es la situación de la industria de la cultura nacional? Crítica. Se acaba de anunciar la disolución del Instituto Nacional del Teatro. Dejaron sin presupuesto al Instituto Nacional del Cine Argentino. Hay un enorme desprecio desde este gobierno nacional hacia los trabajadores de la cultura local. Y es consecuente con la mirada que tienen de una sociedad del sálvese quien pueda. Por eso nunca coincidí con los que en los primeros meses de gestión de Milei hablaban de darle un tiempo a este gobierno. ¿Tiempo para qué? Para que destruya la organización social que en tantos años supimos construir. Es como dejarse matar sin dar pelea. Los artistas no podemos tener esa actitud pasiva. El arte siempre fue un medio de denuncia social. Es tiempo de dejar de llorar y organizarnos como sociedad. No entiendo el discurso de lamento sin una propuesta de acción concreta. Tenemos que reclamar la renuncia del secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, y poner alguien que realmente nos represente. ¿Cuál es el rol del arte y de los artistas argentinos actualmente? El arte en general y el teatro en especial es una herramienta de comunicación fantástica. Y con esto no estoy diciendo nada nuevo. La historia de la humanidad está llena de ejemplos que muestran a los artistas diciendo lo que las grandes mayorías sienten. Los gobiernos opresores siempre buscaron disciplinar a sus pueblos. Y en ese punto el arte es liberación. Ese es el compromiso social que no tenemos que perder los artistas. Un artista tiene que tener vocación por mostrar lo no se ve o no se quiere mostrar. La gran cantidad de argentinos que hoy no tienen para comer y por lo tanto menos para pagar una entrada de teatro, debieran tener en los artistas sus aliados. Si no, ¿para qué hacer arte? ¿Cuál es la situación laboral de los artistas? Durísima. Del total de actores y actrices argentinas, solamente tiene trabajo remunerado menos del 5% de esa población. Una pequeñísima minoría. Todos los demás tienen que trabajar en otra cosa y hacen teatro por amor al arte. Y los semilleros de nuevos artistas siguen creciendo porque felizmente contra viento y marea la llama sigue viva. Pero en el plano económico estamos muy mal. Somos realmente muy pocos los artistas que podemos vivir de esto. ¿Y qué grado de reacción social estás viendo? Eso es lo que más me sorprende. Que en general las mayorías están anestesiadas. Me sorprende la pasividad de un pueblo que está viendo por televisión cómo les pegan a los jubilados y no hace nada. Que los trabajadores sean despedidos de un día para el otro y no pase nada. Que la burocracia sindical siga siendo cómplice de la explotación de los trabajadores. Que los pibes prefieran un celular a ir a la escuela. Que los viejos no tengan para comprar sus remedios. Que ver gente revolviendo la basura o durmiendo en la calle se naturalice como parte de la normalidad. Es una realidad muy dura que golpea por todos lados, pero que aún no reacciona. ¿Rezás? ¿Creés en Dios? En las situaciones desesperadas, donde siento que no puedo manejarlas o que ya no dependen de mí, las encomiendo a Dios. Sé que existe. Pero no practico ninguna religión. Y soy muy crítico de la institución religiosa creada por los hombres de carne y hueso. Por eso mis asuntos con Dios los manejo yo, sin ningún tipo de intermediarios. ¿Tenés algún ritual o costumbre antes de subirte al escenario? Sí. Siempre. Pero varía en cada obra. Y lo tengo interiorizado como método de trabajo. Porque así como en la vida ningún momento es igual a otro, en los escenarios también siempre hay algo distinto. Entonces siempre antes de subir tengo un momento de introspección en que analizo qué necesita este momento de mí y qué puedo aportar. Mínimo una media hora antes de plena concentración en ese trabajo. Y antes de eso está todo el ritual del vestuario, el maquillaje, el encuentro con los compañeros. Todo va sumando para crear el ambiente necesario para la buena interpretación. Pero también está el acelere de cualquier laburo. Yo llegué a trabajar en algún momento en tres obras de teatro por día. O sea, salía de una y corría hacia la siguiente. Y tenía sólo unos 15 minutos para mi preparación de introspección personal. ¿Cómo hacés para meterte en el personaje y recordar los discursos y movimientos cuando estás haciendo dos o tres obras por semana? Y bueno... ese es el trabajo del actor. A mí me apasiona este laburo y por eso pongo todo lo que tengo para el personaje que me toque. Pero al revés de lo que me planteás de cómo recordar la letra, creo que el desafío del actor es cómo decir una y otra vez lo mismo -porque en todas las presentaciones decís el mismo discurso- sin que la letra suene de memoria o muerta. Cómo repetir la misma escena muchas veces y que siga estando viva. Imaginate una obra que tiene cinco funciones semanales. Ahí el desafío no es olvidar la letra, sino hacer viva la letra de cada función. Y eso es algo que el público lo nota y mucho. ¿Cómo es ensayar para una obra de teatro? Son entre dos y tres meses de ensayo previo al estreno. Los actores, cuando nos presentamos a una audición, ya conocemos la obra. Ya nos interiorizamos en el personaje. Y después, si somos elegidos para ese papel, viene el trabajo de estudiar el guión, de interpretar lo que quiere el director. De intercambiar con los demás actores que participan. Es como una caja de muchas herramientas que sirven para distintas cosas. La formación y la capacidad de cada actor o actriz determina cuántas de esas herramientas saben usar. Y para memorizar las letras, ¿cuál es tu técnica? Nada nuevo. La de estudiar y repetirla una y otra vez hasta memorizarla sin el papel delante. En mi casa siempre tuve un espacio en el que me acomodo para estudiar. No es nada del otro mundo. Es una alfombra en la que me siento. Desconecto alarmas, celulares y todo tipo de contaminación visual o sonora y me pongo a estudiar. Lo puedo hacer por la mañana apenas me levanto y otras veces a la noche antes de acostarme. Son máximo unos 45 minutos en los que pongo mi mente en blanco para memorizar los guiones. Es una técnica que me enseñó hace 40 años Inda Ledesma, una gran profesora de teatro. ¿Pensás volver a vivir a Misiones en algún momento? Sí. De hecho estoy pagando una casa en Posadas, que quizá sea mi lugar en algunos años. Siempre que puedo viajo para allá y no sólo porque tengo a mi madre y gran parte de mi familia, sino también porque me gusta nuestra provincia y cada vez que voy me cargo de mucha energía linda. Pero por ahora mis compromisos laborales están en esta ciudad. Perfil Iván Moschner Actor Nació en Puerto Piray, tiene 61 años. Cursó sus estudios primarios y secundarios entre esa localidad y la capital misionera, a la que llegó la familia acompañando el trabajo de su madre docente. Cuando terminó 5º año en la Escuela Normal Mixta, emprendió viaje a Buenos Aires. Estudió en la Escuela Nacional de Arte Dramático. “Recuerdo mi imagen de niño siempre levantando la mano cada vez que la maestra preguntaba quien quería actuar en los actos escolares. Soy feliz por haber logrado trabajar de lo que me apasiona”, señaló. Trabajó en teatros independientes y también en las principales obras de la calle Corrientes. Actualmente dirige obras en teatros independientes y trabaja como actor en el Teatro San Martín. Como actor hizo teatro, cine y televisión.

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