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» on24
Fecha: 23/05/2025 15:02
El Grupo Joven de la Fundación Libertad elaboró un informe que compara el nuevo esquema impulsado por el gobierno con los modelos de Chile, Estados Unidos, España y Canadá. Una mirada técnica sobre los cambios, sus implicancias y el lugar de Argentina en el mapa migratorio global ¿Qué tan fácil es migrar hoy a la Argentina? Esa es la pregunta central del último informe elaborado por el Grupo Joven de Fundación Libertad, integrado por estudiantes universitarios y jóvenes profesionales que promueven las ideas de la libertad en América Latina. El documento presenta un análisis comparativo del nuevo régimen migratorio argentino en relación con modelos internacionales vigentes en Chile, Estados Unidos, España, Canadá y la Argentina previa a la reforma. La investigación parte de un hecho clave: la reforma migratoria será implementada por Decreto de Necesidad y Urgencia y representa una modificación sustancial en la política migratoria del país, históricamente reconocida por su enfoque inclusivo. Requisitos y acceso: más barreras para permanecer Hasta 2025, la ciudadanía argentina podía obtenerse tras dos años de residencia, incluso sin haber regularizado el estatus migratorio. Con la reforma, se exige residencia continua y legal, además de medios económicos comprobables y antecedentes penales limpios. El rechazo automático a personas con antecedentes y la expulsión inmediata de quienes ingresen por pasos no habilitados posicionan a la Argentina en línea con modelos más rígidos como los de Chile o EE.UU. Derechos limitados para migrantes en situación irregular Otro punto crítico es el acceso a servicios. La reforma restringe el uso gratuito del sistema de salud y habilita a las universidades a cobrar aranceles a estudiantes extranjeros. Esto marca un quiebre con la histórica política de integración argentina y se asemeja al enfoque de Estados Unidos o Chile, donde los derechos dependen del estatus migratorio. Deportación más ágil, pero con tensiones legales La expulsión automática en casos de delitos o ingreso irregular agiliza procesos, pero genera interrogantes sobre las garantías jurídicas mínimas. Mientras países como Canadá sostienen el debido proceso hasta agotar recursos, Argentina opta por una vía más expeditiva, similar a la de Chile o España en situaciones de urgencia. Burocracia persistente y necesidad de modernización Pese al endurecimiento normativo, la burocracia migratoria en Argentina sigue siendo lenta e inconsistente. Falta de claridad legal, procesos duplicados y escasa digitalización afectan tanto a migrantes como a las propias instituciones. Sin inversión en capacidad técnica, el nuevo modelo corre riesgo de colapsar. Seguridad y control fronterizo: nuevo eje prioritario Controles más estrictos en pasos habilitados y mayor vigilancia en frontera buscan responder a una lógica de orden, al estilo Estados Unidos o Chile. Sin embargo, el informe advierte sobre los riesgos de reproducir crisis humanitarias si no se acompaña con infraestructura y protocolos adecuados. Impacto económico y social: menos gasto público, más informalidad El nuevo régimen reduce el gasto estatal eliminando beneficios para inmigrantes irregulares, pero podría generar mayor informalidad y presión sobre el mercado laboral no calificado. El informe sugiere que el modelo argentino se acerca al utilitarismo migratorio observado en EE.UU., donde los derechos no siempre acompañan al aporte económico de los migrantes. El análisis del Grupo Joven de Fundación Libertad concluye que la Argentina deja atrás una tradición inclusiva para sumarse a una tendencia global de mayor regulación y control migratorio. A partir de ahora, migrar será más difícil, y dependerá no solo del deseo de arraigo, sino también del estatus legal, los vínculos familiares, el poder adquisitivo y la formación profesional.
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