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  • 2.159.850 euros

    » Diario Cordoba

    Fecha: 23/05/2025 07:06

    El Ayuntamiento de Córdoba ha dado los primeros pasos, cosa que está muy bien, para poner en pie la renovación integral del eje de las Ollerías (anoten: 30.000 metros cuadrados), prometida primero por José Antonio Nieto y, después, por José María Bellido en sus dos comparecencias electorales. El tiempo de demora no puede recibir, creo, reproche alguno ya que, para activar una obra como esta, había que contar obligatoriamente con la Ronda del Marrubial rematada como parece encontrarse. El problema estriba en la letra menuda de lo que sí sabemos de la reforma de las Ollerías. Urbanismo ha establecido un tope máximo de inversión, copio y pego del informe oficial, de «2.159.850 euros». Para que tengan una referencia, la segunda fase de la carretera de Trassierra se licitó por 1,7 millones y los 22.000 metros cuadrados de la última obra del Marrubial estuvieron cerca de los tres millones, a lo que hay que sumar lo invertido en las primeras intervenciones de la actuación y los sobrecostes. Si repasan la hemeroteca, resulta que lo que propuso el PP en primera instancia fue levantar las Ollerías a la altura de Molinos Alta para crear un parking subterráneo de frontera para, seguidamente, reacondicionar la superficie haciéndola más humana. La segunda de las versiones aseguraba que el aparcamiento soterrado se llevaría a Colón, en la zona donde paran los autobuses. La cuestión es que Ollerías era una apuesta de alto presupuesto, transformadora, de gran impacto y muchas molestias, donde la necesaria actuación en superficie estaba acompasada con medidas de movilidad real. Y eso no cuesta 2.159.850 euros. Que es una porquería de pasta. El Ayuntamiento tiene perfecto derecho a cambiar de idea, a reprogramar actuaciones, a organizarlas y a descartarlas si no fuesen viables. Lo que no parece muy indicado es el trágala. Si para mover una curvita en la Ronda Norte se han tirado meses negociando, lo lógico es que una intervención tan tocha como la de las Ollerías (que se ha limitado a lo que va desde la plaza del Moreno hasta la Fuensantilla dejando fuera parte del eje y calles anexas), que es hoy un scalextric caótico de carriles, tenga un cierto debate social sobre qué queremos y qué podemos pagar. En el Marrubial hubo toros por llegar a los cuatro carriles y su distribución entre privados y servicio público. En este caso, a pesar de que el impacto será mayor, todo es silencio oficial. El riesgo es el de siempre. Reformas estéticas y grandes frases de campaña que se quedan en chapuzas menores cuando llega la hora de la verdad obligando a segundas y terceras intervenciones de gasto público, que no decaiga. Para trasladar a las avenidas la errática política de páramos (perdón, grandes parques de la ciudad) casi mejor nos quedamos con las manitas quietas. A las actuales Ollerías me remito para saber que todo es susceptible de empeorar en esta vida. *Periodista Suscríbete para seguir leyendo

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