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Federal » El Federaense
Fecha: 21/05/2025 22:03
En una reveladora emisión de su programa Malos Pensamientos, el comunicador Orlando Petinatti volvió a poner en el centro de la discusión un testimonio inquietante que remonta a tiempos oscuros en la historia de Uruguay. La entrevista, originalmente realizada en 2014, reluce con nuevas luces gracias a la audaz decisión de Petinatti de compartirla nuevamente con el público, once años después. Testimonio de una búsqueda de identidad La protagonista de esta entrevista, una mujer de 39 años que se presenta como hija de un militar que capturó a José Mujica, ha vivido con la incertidumbre sobre su origen. Desde pequeña, su vida estuvo marcada por los secretos familiares y un ambiente de miedo real. En sus propias palabras, ella describió: “Mi papá nos contaba historias, pero no podíamos decir nada”. Nacida en agosto de 1975, la mujer cita sus experiencias con su padre, quien a menudo se mostraba severo y distante. “A veces me tiraba afuera al patio, donde me dejaba a oscuras sin comer”, confesó, pintando un retrato de una infancia llena de sombras y preguntas sin respuestas. Su creciente sospecha sobre ser hija de desaparecidos se basa en la falta de documentación sobre su nacimiento y una peculiaridad médica que la llevó a preguntarse sobre los chequeos que debió haber tenido como cualquier otro niño. Revelaciones familiares El relato de esta mujer no se detiene en su propia experiencia, sino que toca el emocionante relato sobre cómo su padre, durante su carrera militar, tuvo un rol significativo en la captura de Mujica. “Él levantó la tapa, Mujica lo ametralló, y papá le cayó arriba”, compartió. Conocer la historia de su padre, quien relataba episodios de tortura y opresión, le dejó una marca indeleble. La entrevistada se siente atrapada en un conflicto familiar que es también un dilema moral: cómo reconciliar las atrocidades narradas y su posible conexión con la dictadura. Un pasado que persiste En la charla, la mujer también hace referencia a la figura emblemática de Elena Quinteros, una de las detenidas desaparecidas, sugiriendo que su padre podría haber tenido interacciones con ella. “No sé si sus historias son verdad o no, pero no creo que una persona fantasíe con tantas cosas”, afirmó, evidenciando la lucha interna por discernir entre la realidad y el legado de su padre. Desde su separación y el posterior cambio de vida de su padre tras la dictadura, dicha búsqueda de verdad ha continuado, impulsada por la necesidad de conocer sus raíces. La lucha por la verdad La mujer expresó su deseo de saber quiénes podrían ser sus verdaderos padres, a pesar de que el miedo y la advertencia de su padre sobre las personas asociadas a la izquierda la han mantenido alejada de organizaciones como Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. Con cada fragmento de la historia que comparte, se percibe el dolor de una vida marcada por el silencio y la represión. Así, el testimonio ofrecido en el programa de Petinatti resuena como un eco de los sucesos pasados, brindando un espacio para la reflexión sobre la identidad, la memoria y la verdad en un país que sigue lidiando con sus demonios. Al tomar la decisión de airear esta seria conversación, Petinatti recuerda al público que es esencial confrontar las sombras del pasado si realmente se desea avanzar hacia un futuro más claro.
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