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  • IVA compartido: una mochila para las provincias

    » La Capital

    Fecha: 21/05/2025 09:11

    En el gobierno santafesino reciben con sospecha los anuncios nacionales sobre eventuales cambios en el régimen impositivo. Cayó la coparticipación de Ganancias por modificaciones de administración tributaria. La actividad que no despega Entre el jueves y el lunes pasado operaron los vencimientos de los anticipos del impuesto a las ganancias para empresas. Por su magnitud, esos tres días de recaudación están entre los más esperados por los ministros de Economía de las provincias porque constituyen un ingreso potente y estacional que les permite acumular de cara a obligaciones importantes que convergen a fin de año. En base a proyecciones del Consejo Federal de Inversiones (CFI), el fisco santafesino esperaba hacerse con $ 230 mil millones pero ingresaron $ 110 mil. La razón de esa decepción, explican desde la Casa Gris, es que la agencia de recaudación nacional dio vía libre a las grandes empresas de descontar quebrantos relacionados con ajuste por inflación, que estaban en el terreno de las controversias. Ya en abril, los fiscos provinciales habían visto pasar recursos coparticipables por cambios normativos en la administración de Ganancias y el IVA. Baches que sumaron al efecto que la desaceleración de la actividad económica, medidas tanto en la secuencia mensual como en la comparación con 2023 ya que el 2024 fue de enorme caída, provoca en la recaudación federal y provincial. Desde el Ministerio de Economía de la provincia ven detrás de estos episodios normativos algo más que un intento del gobierno nacional de favorecer a las empresas resignando recursos coparticipable. Los incluyen en una secuencia que incluye las periódicas ofensivas contra el sistema impositivo provincial y los anuncios generales, sin mayores precisiones, como los de la creación de un IVA compartido. “La intuición es que son parte de una estrategia de acumulación política, potenciada tras la elección de la ciudad de Buenos Aires, que apunta a acorralar las provincias por vía de decisiones fiscales”, analizan desde el Ministerio de Economía santafesino. El cerco La hipótesis es que, en la medida que se resigne recaudación coparticipable y se presione para eliminar tributos locales, los Estados del interior se verán “privados” de compartir los beneficios de una futura reactivación. Si este mecanismo de pinzas incluye más presión para avanzar con “el ajuste por el ajuste mismo”, las administraciones provinciales quedan en tensión con sus representados, que cada vez dependen más de sus servicios públicos. Este análisis, en su aspecto más político, va más allá y pone al gobierno de Maximiliano Pullaro como blanco. “Santa Fe es un modelo incómodo porque bajó el gasto en baje eficiencia pero no abandonó la inversión pública”, enfatizan. IVA y venía Más allá de esta hipótesis particular, en la cartera económica de la provincia están convencidos de que la idea del IVA compartido que lanzó “sólo con títulos” el ministro de Economía, Luis Caputo, es parte de esta estrategia de acecho. No porque no sea una discusión válida, porque de hecho es un sistema que se discutió en Argentina y existe en otros países, sino porque su implementación abre “múltiples variables” de impredecibles consecuencias. “Un IVA mochila que tenga en el componente provincial una tasa única, con el fisco nacional administrando la compensación de saldos fiscales es una cosa pero alentar una competencia fiscal entre provincias es mucho más complejo”, analizan. Un informe del Iaraf pone a Santa Fe como una de las provincias que saldrían derechas si cobrara una alícuota equivalente a la diferencia entre lo que se quedaría la Nación (entre 9% ó 10%) y la tasa actual del impuesto (9%). Pero habría 18 provincias que, para mantener sus ingresos, deberían elevar su parte. En los casos más extremos, a más del 50%. La Gran San Luis Estas estimaciones son modélicas. También habría alteraciones según el criterio de administración de saldos que se elija. Si es por destino de la operación gravada, los distritos más poderosos como ciudad y provincia de Buenos Aires; si es por origen, podría haber un aliciente para que algunas empresas “muden”, como en décadas pasadas, sus domicilios fiscales a territorios de menor tributación. En este razonamiento, lo que inquieta a los administradores tributarios santafesinos es que las provincias que tendrían más dificultades, y que a su vez son las más dependientes de la Nación, sean las más tentadas para “promocionarse” en una competencia fiscal. A cambio, quizás, de algún tipo de fondo compensador o de subsidio directo. “Esto cerraría con un objetivo de cercar a los distritos que tienen mayor espalda, justamente para minar su autonomía”, dijo. Por ahora son hipótesis construidas en base a una secuencia de hechos y declaraciones dentro de los cuales, los funcionarios santafesinos incluyen el reciente acuerdo entre el gobierno nacional y Córdoba por la deuda por el financiamiento del déficit de la Caja de Jubilaciones. Desde la cartera económica de Santa Fe no ven ese acuerdo con expectativas respecto del reclamo que por el mismo motivo lleva la provincia ante la Corte Suprema, porque los vecinos arribaron a ese acuerdo en el marco del sistema de compensación de deudas cruzadas con el Estado nacional, al que no se sumó la administración santafesina, por ser netamente acreedora. Sí saludan el reconocimiento, por parte del Ejecutivo central, de que esa deuda existe. Y, de paso, toman nota de un escenario que en los próximos meses verá asomar acuerdos bilaterales o parciales entre Nación y algunas provincias, que confronten contra el multilateralismo promovido por los gobernadores que, por ejemplo, participaron en el foro “multipartidario” organizado por el CFI en Paraná. En esa cumbre hubo reclamos de equidad fiscal, por infraestructura y en relación a la necesidad de una mirada “productiva y federal”. La economía en la meseta Si bien en el Ministerio de Economía provincial lo ven como una disputa para capturar los efectos de una futura reactivación, el escenario real es que ese repunte está lejos de ser una realidad consolidada. Por el contrario, en el marco de lo que consideran una evolución “heterogénea” dentro de los sectores económicos que se desempeñan en el territorio santafesino, los números de la recaudación no se muestran especialmente saludables. Aunque la comparación con el crítico 2024 muestran saltos importantes, los niveles de ingresos siguen por debajo de 2023 y además muestran un declive en la medición sincrónica, desde finales del año anterior. En términos reales, un 6,7% menos entre noviembre y abril, en en términos nominales, y con una inflación acumulada en el período del 15,4%.

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