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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 20/05/2025 11:39
Martes, 20 de Mayo de 2025, 9:10 Redacción EL ARGENTINO El “tapón fiscal” de Milei: blanqueo exprés sin control cruzado. El gobierno de Javier Milei avanza con un nuevo blanqueo de capitales que será instrumentado por decreto y permitirá el ingreso de dólares no declarados sin la obligación de presentar declaraciones juradas de bienes y ganancias. La medida, calificada por especialistas como un “tapón fiscal”, desmantela el sistema automático de información entre la AFIP y el Banco Central, dejando las operaciones sospechosas fuera del radar del cruce de datos. “Sin declaraciones juradas no hay cruce automático, y las maniobras irregulares sólo se detectarán caso por caso, de forma artesanal”, explicó un tributarista consultado. El mecanismo remite a la amnistía fiscal dispuesta en los años noventa por el menemismo, y revive facultades derogadas en 2002 por el gobierno de Eduardo Duhalde. El objetivo oficial es captar los dólares fuera del sistema, en un contexto de reservas escasas y creciente presión sobre el tipo de cambio. El presidente lo dijo sin rodeos: “A mí no me importa de dónde sacó los dólares, no me importa en lo más mínimo”. Y frente a quienes cuestionan la inequidad con los contribuyentes cumplidores, agregó: “Lo lamento por el que no se pudo escapar. El que pudo huir del ladrón, genial”. El anuncio, que el ministro Caputo había adelantado como una “sorpresa”, apunta a reunir hasta 10.000 millones de dólares. En paralelo, el gobierno evita hablar de la escasez de divisas y prefiere sostener el relato de la “remonetización”, pese a que el crecimiento de la deuda en pesos contradice el discurso de austeridad monetaria. Según un informe de la consultora Equilibra, la economía necesitará 214.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para cumplir con metas del FMI, atender vencimientos de deuda, cubrir el déficit de cuenta corriente y sostener el ahorro en divisas del sector privado. La apuesta del gobierno es clara: captar dólares a cualquier precio, incluso si eso implica desactivar herramientas básicas de control fiscal y financiero. Una jugada que, para muchos, no sólo premia a los evasores, sino que abre un flanco delicado en la lucha contra el lavado de dinero.
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