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Federal » El Federaense
Fecha: 20/05/2025 11:25
El reality que ha capturado la atención de cientos de espectadores, Gran Hermano, ha hecho de su casa un hogar no solo para los participantes humanos, sino también para adorables mascotas. Este año, la residente más entrañable de la casa fue Paris, una galguita rescatada que rápidamente se ganó el cariño de los “hermanitos”. Sin embargo, debido a complicaciones de salud, tuvo que abandonar el certamen, dejando un vacío difícil de llenar. En respuesta a esta situación, El Supremo dio la bienvenida a los dos perros de Juan Pablo “Devi” De Vigili: Jaime y Bartolo. Estos adorables caninos llegaron en un momento especial, coincidiendo con la visita de Diva, la hermana del participante, quien forma parte de un mini certamen dedicado a familiares y amigos. El ingreso de los perros parece haber sido una medida de cautela y, incluso, una respuesta a incidentes pasados que la producción prefiere evitar. El año anterior, el programa tuvo algunas controversias con voluntarias rescatistas que intentaron retirar al perro Arturo, debido a comportamientos violentos de algún participante. Esta vez, la presencia de Jaime y Bartolo se ha manejado con más cuidado. La Inseguridad de los Caninos No obstante, en la última edición, Santiago del Moro, conductor del programa, lanzó una advertencia a Juan Pablo sobre la posible eliminación de sus perros. En una conversación directa, dejó en claro que si el participante es eliminado, los animales también tendrían que irse. “Devi, te quiero decir algo. Si vos te ibas esta noche, te llevabas tus perros,” explicó del Moro, insinuando que la decisión de mantener a los perros depende de la mayoría dentro de la casa. Este comentario ha generado cierta inquietud entre los seguidores del programa. Muchos se preguntan si la presencia de los perros se ha convertido en una ventaja estratégica para Juan Pablo, un factor que podría influir en las votaciones y decisiones del resto de los concursantes. Una Doble Responsabilidad La situación de los animales en el reality refleja la complejidad de convivir con ellos en un entorno competitivo y, a veces, tensional. Mientras que estos peluditos aportan alegría y tranquilidad a la atmósfera de la casa, también pueden ser objeto de estrategias y cálculos por parte de los participantes. En conclusión, la historia de Juan Pablo y sus perros en Gran Hermano es un recordatorio de que en un juego donde las emociones son intensas, el bienestar animal no debe pasar desapercibido. Las decisiones sobre su futuro están en juego, y solo el tiempo dirá qué sucederá con Jaime y Bartolo en esta peculiar convivencia.
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