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  • “Los más supuestos revolucionarios no han renunciado a las mieles que desató el capitalismo”

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 20/05/2025 11:12

    Curiosamente, en las múltiples notas de homenaje ante su reciente fallecimiento, no se hizo referencia a tales palabras, a menos que haya encontrado. En cambio, se hizo foco en su estilo de vida austero y sencillo, lo cual podría relacionarse más bien con la filosofía estoica que con el socialismo. En palabras de Séneca, uno de las mayores representantes de ese movimiento filosófico: “No es el hombre que tiene poco, sino el que desea más, el que es pobre”. Los líderes socialistas, por lo general, no han tenido mucho de austeros que digamos, más bien, salvando excepciones, han sido ricos, poderosos y codiciosos. Fidel Castro fue listado por la revista Forbes como uno de los mandatarios más adinerados del mundo. Así, también tenemos casos como el cantante Carlos “Indio” Solari, considerado por la citada revista como uno de los artistas más ricos de la Argentina, quién no se ha privado de disfrutar repetidas veces de la maravillosa Manhattan, situada en el corazón del capitalismo mundial, luego de dedicarle años atrás, un álbum completo a la revolución bolchevique de octubre de 1917. Cabe reconocer que, al menos “el Indio” conquistó la fortuna en base al talento artístico, en cambio el revolucionario cubano lo hizo sometiendo a un pueblo entero a la miseria y el oprobio. Es cierto que “Pepe” Mujica criticó en varias ocasiones al sistema capitalista, imbuido de influencias socialistas que mantuvo a lo largo de su vida. Pero en un destello de lucidez afirmó ante periodistas, palabras más palabras menos, lo siguiente: “El capitalismo desató en el mundo una cosa maravillosa: domesticó a la ciencia y la metió (sic) en el incremento de la tecnología y multiplicó la productividad del trabajo por todas partes y ¡cambió al mundo!... Si mato la necesidad de ganancia de la inversión empresarial, no estoy jodiendo a la empresa, estoy matando al motor que permite multiplicar los panes… los más supuestos revolucionarios no han renunciado a las mieles que desató el capitalismo, tienen todas las comodidades que ha generado”. Otras personalidades ligadas al mal llamado “progresismo” han hecho descubrimientos similares. Veamos el caso de Bono, cantante de la banda U2, quien afirmó en la universidad de Georgetown lo siguiente: “La ayuda es solo un parche, el comercio y el emprendimiento capitalista sacan a mucha más gente de la pobreza”. Otro caso es el de Joaquín Sabina, quien en 2022 fue muy claro en sus afirmaciones, dijo el español: “La deriva de la izquierda latinoamericana me rompe el corazón, justamente por haber sido tan de izquierda. Ahora ya no lo soy porque tengo ojos y oídos, y cabeza, para ver lo que está pasando, y es muy triste” . La historia es muy elocuente: desde la revolución industrial, iniciada a fines del siglo XVIII, se avanzó más en ciencia, tecnología, reducción de la pobreza, salud y mejora en calidad de vida en general que en todos los años de historia anteriores. Hoy, cualquier persona de clase media tiene más comodidades que el más poderoso de los reyes de la época medieval. La pobreza extrema por su parte, que a principios del siglo XIX afectaba a alrededor del 90% de la población mundial, hoy solo la sufre menos del 20% de la misma, y en descenso (al respecto recomiendo visitar OurWorldinData.org). A pesar de la derrota teórica del comunismo y demás movimientos antiliberales, así como de la apabullante evidencia empírica a favor del sistema basado en la propiedad privada y el comercio libre (una de las más elocuentes, aquella referida a que cuando la gente vota “con los pies”, jamás elige socialismo), el monstruo antiliberal sigue al acecho. Cabe mencionar el triste caso de la tiranizada Venezuela, cuyos exiliados en años recientes llegarían a 7,7 millones de personas según la agencia de las Naciones Unidas para refugiados. Lo llamativo es cómo, ante tamaña evidencia, se sigue insistiendo con experimentos socialistas o estatistas de marcado perfil anti liberal. Una respuesta posible es que, la defensa de la economía de mercado siempre resulta menos popular o políticamente incorrecta que su ataque sistemático y prejuicioso. En definitiva, el socialista afirma que busca un mundo más justo y equitativo, desligado de las “impersonales” fuerzas del mercado, y que los liberales no entienden que detrás de los números hay personas. Lo que ignoran tales bien pensantes es que, si los números no encajan, entonces las personas sufrirán las consecuencias. Los argentinos hemos sufrido con dureza crisis inflacionarias y de deuda, motivadas por la falta de equilibrio fiscal a lo largo de casi toda nuestra historia. Afortunadamente, la actual administración está logrando revertir desequilibrios macroeconómicos persistente heredados, así como buscando cierta apertura y desregulación en una economía cerrada e ineficiente, no sin previos costos sociales, ni fuertes desafíos en el horizonte. El ordenamiento macro, aunque imprescindible, no es suficiente. Juega un papel crucial la Educación Financiera, la cual brinda conocimientos y herramientas para la mejora en nuestras decisiones de ahorro, inversión, y manejo del dinero en general. Todo ello involucra también un importante cambio de mentalidad, superando el sesgo anti mercado, anti empresarial, anti aperturista, y reconociendo las causas de nuestro fracaso en nuestra propia historia de experimentos populistas, proteccionistas, de graves desórdenes fiscales y monetarios, en lugar de seguir buscando culpas más allá de nuestras fronteras tal como un confeso ignorante en economía, el autor Eduardo Galeano, nos convenció perniciosamente de hacerlo.

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