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  • CARTA A UN AMIGO TRABAJADOR. Y A SU VOTO

    » El siglo web

    Fecha: 20/05/2025 11:08

    Querido Compañero: ¿Cómo estás? Espero que al recibir esta carta te encuentres muy bien. Veo que recientemente has vuelto a hacer de las tuyas: votaste otra vez a quienes te empobrecen.Y que ahora lo harán con mayor celeridad, envalentonados por tu voto. Sin esperanza de persuadirte, con la intuición que cuando termines de leer estas líneas te caeré peor de lo queya te caigo, te envío esta carta para cumplir, así lo creo, un deber ético. Con todos sus errores y faltas, cuando estudias la historia, el hecho es que los proyectos nacionales y populares (Nac&Pop) aumentan el número (vos incluido) de personas que pasan a pertenecer a la clase media. Entonces, la pregunta que muchos nos hacemos es: ¿Por qué esa clase media recientemente parida (vos incluido) detesta al proyecto Nac&Pop que la llevó ahí? Creo, querido compañero, que nadie que se precie de ser un ciudadano perteneciente a esa franja errática que denominamos (más erráticamente todavía)“clase media”, proclamaría orgulloso que vota por un programa Nac&Pop. Mi interpretación (tal vez errada, querido amigo) es la siguiente. Los programas Nac&Pop son reformistas. No son revolucionarios. No cuestionan el derecho de propiedad privada. No alteran los sujetos del mercado. No crean ni cambian los actores en el teatro de la economía política. El dueño del capital seguirá haciendode dueño del capital.Y el trabajador,para sobrevivir, le tendrá que seguir vendiendo lo único que tiene: su fuerza de trabajo.Ya sea física o intelectual. Porque yo soy abogado, pero soy tan trabajador como vos. No vivo de las rentas de mis campos, ni de los alquileres de mis departamentos, ni de los intereses de mis bonos, ni de las ganancias de mi empresa. Simplemente porque no tengo ni campos, ni departamentos, ni bonos, ni empresas. No soy dueño del capital. Entonces, para vivir, tengo que vender mi fuerza de trabajo intelectual haciendo y contestando demandas judiciales. Y ni eso, ya que como las notificaciones y los oficios los tengo que diligenciar yo mismo, también estoy vendiendo mi fuerza de trabajo física. Entonces compañero, el capitalista es un miembro del mercado aventajado. Nosotros, los trabajadores, también somos miembros.Pero subordinados. El tema es que el mercado, que es ese espacio en donde se compran y vendenlas mercancías (ya sea una tira de asado, un pasaje de bondi o el servicio de la luz) es un ámbito dominado materialmente porlosdueños del capital. Dueños del capital a los que nosotros llamamos capitalistas.Los dueños del capitalson nuestros patrones para quienes les trabajamos. Pero los dueños del capital dominan el mercado tambiénculturalmente. Además de ser los dueños de la firma que nos contrata, son los dueños de los medios que nos informan, de las productoras de los entretenimientos que nos entretienen y poseen las redes sociales a través de las que interactuamos. Y ahora, del algoritmo que mapea en la nube nuestras preferencias y que conocemejor que nosotros mismos las cosas que nos gustan. A veces, querido amigo, cuando llegan al gobierno, los proyectos Nac&Pop nos mejoran un poco la vida. Nunca van a abolir la propiedad privada, ni la repartirán entre nosotros. Pero, al menos, van a intervenir un poco enese espacio que es el mercado. Y lo intervendrán (solo un poquito, no te vayas a creer que mucho) para que nos paguen mejores salarios. Y que no nos aumente tanto el precio de las mercancías (la tira de asado, el pasaje en bondi o el servicio de la luz) que tenemos que consumir para sobrevivir. La consecuencia de los gobiernos Nac&Pop es que, nosotros los trabajadores, vamos a seguir siendo tan miembros del mercado como ya loéramos antes. Solo que ahora nos va ir algo mejor. Vamos a poder consumir más. Sin que nos salgamosde nuestroestatus de trabajadores (nuestro salario nunca nos va a dar para que nos compremos 2000 hectáreas en Pergamino y vivamos del arriendo) vamos a estar un poco mejor. Entonces, el mercado nos va a gustar más. Y ese mayor gusto por el mercado se dará no solo porque podamos comprar cosas materiales. También consumiremos toda esa basura cultural que viene con el mercado: con nuestros Smart TV nuevos, vamos a absorber toda la información sesgada que nos dan los medios.Y que la pantalla plana gigante nos la hará agradable. Nos abonaremos a Disney Channel y nuestros hijos verán la Princesa y el Sapo donde Tiana se hace rica solo con el fruto de su esfuerzo. Ynuestros hijos se lo creerán, y nosotros también. Veremos Gran Hermano y naturalizaremos un juego donde los seres humanos se eliminan los unos a los otros por guita. Con nuestros IPhone recién comprados, estaremosmucho tiempo en Instagram y Tic Tocbebiendo los mensajes de odio contra todos los que son diferentes a nosotros. Y aquellos mensajes que nos mande el algoritmo que ya se dio cuenta que tenemos ganas de ir aconocer Miami. Y a lo mejor vamos.Con el dólar barato creo que, haciendo un esfuercito, podemos. Sabes la envidia que les vamos a dar a nuestros primos pobres… Dos minutos después de estas experiencias tan divertidas, seremos más capitalistas culturalmente de lo que lo son nuestros patrones materialmente. Patrones a quienes admiramos,además, porque desde abajo los vemos a ellos allá en la cima. Y nuestras opiniones en favor del mercado, ese espacio donde nos estamos sintiendo más empoderados (sino mirá todo lo que nos acabamos de comprar) se van a radicalizar. Seremos soldados dispuestos a dar la vida por el mercado, cosa que no hacen ni nuestros propios patrones. Cinco minutos después, estaremosmaldiciendo(peor que nuestros patrones) a los gobiernos Nac& Pop que nos trajeron acá. Nos cierra más que todo lo bueno que conseguimos es solo fruto de nuestro propio esfuerzo y sacrificio. Eso nos pone la autoestima allá, arriba. Además: ¿Te acordás lo que nos enseñaron cuando hacíamos catecismo sobre la cuestión sacrificial y que teníamos que sufrir como desgraciados hoy aquí para poder ir al cielo mañana? Bueno, esto es parecido. Solo que, como en el capitalismo el deseo de consumo es infinito, nunca llegaremos. Pero tenemos a quien culpar de nuestra frustración:a los gobiernos Nac&Pop que, en esta liturgia capitalista, encarnan los valores del infierno. La evidencia para sacarnos de esta narcosis consumista en la que caímos, tiene que ser brutal. Esta carta que te mando no alcanza ni ahí. Solo con otro 2001 recobraremos la consciencia material de quienes somos realmente. Así tal vez, votaremos mejor. Pero eso será hasta que levantemos un poco la cabeza de nuevo. Entonces, nuestro avatar cultural virtual empezará a otra vez a hacer lo suyo, desplazando nuestro cuerpo material. En ese momento, ya estaremos listos de nuevo parare-iniciar todo el circulo vicioso. La tendencia a repetir los mismos errores, psicológicamente habla de un conflicto no resuelto.Y que queremos solucionar. Pero no sabemos cómo hacerlo. Así que volvemos a hacer lo mismo, a pesar que nuestra experiencia nos ha enseñado que no funciona. En mi caso, al escribir estas líneas inútiles, se trate de mí no aceptación de que soy incapaz de persuadir a mis semejantes. En tu caso, por ahí se trate del rechazo a tu propia identidad. Nada que no se resuelva con un poco de terapia. Solo trata que tu psicóloga (a la quea pesar de la mayor angustia de estos dias, los pacientes se les están cayendo) no sea otra fundamentalista del mercado como lo éramos nosotros cuando nos iba un poquito bien. Que, si lo es, te va a dar más cuerda en eso de odiarte a vos mismo por lo que realmente sos. Te mando un abrazo. Espero verte pronto, pero no será para un café. Está carísimo. javier Por JAVIER ORTEGA, Doctor en Derecho Público y Economía de Gobierno. Docente UNDAV, UNLa, UNQ. CARTA A UN AMIGO TRABAJADOR. Y A SU VOTO

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