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» tn24
Fecha: 20/05/2025 10:10
La reciente caída en la Ciudad de Buenos Aires encendió otra alarma dentro del peronismo, que ahora se enfrenta a la urgencia de reconstruir la unidad y definir liderazgos claros si pretende hacer frente a la avanzada de La Libertad Avanza en las próximas elecciones. El tropiezo electoral de Leandro Santoro en CABA se sumó a los reveses sufridos en Salta, Jujuy, Santa Fe y Chaco, y dejó una conclusión ineludible para el PJ: sin unidad, no hay competitividad. Sin embargo, las diferencias internas siguen trabando un acuerdo definitivo. Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, principales figuras del espacio, llevan meses sin dialogar y cada sector sostiene posturas irreconciliables sobre quién debe conducir el proceso. Mientras tanto, el oficialismo nacional impone el ritmo del debate electoral. Con un discurso de polarización extrema —libertad vs. justicia social— y candidaturas que priorizan el sello antes que los nombres, el gobierno de Milei avanza con éxito en distintas provincias. La estrategia libertaria gana terreno, y el peronismo parece responder tarde. En ese contexto, sectores del kirchnerismo presionan por una foto de unidad entre CFK y Kicillof, pero desde el entorno del gobernador aclaran que la imagen final será la consecuencia de un pacto real, no un gesto simbólico sin contenido. El dilema bonaerense es clave: si no hay acuerdo en la provincia más poblada del país, la ruptura del peronismo podría ser inevitable. Cristina recibió recientemente a intendentes alineados con Kicillof en el Instituto Patria, en un intento por tender puentes. Pero todavía no hay definiciones. Las dudas persisten: ¿quién lidera? ¿cómo se ordenan las listas? ¿qué rol jugará CFK? Mientras tanto, el reloj electoral avanza. El PJ intenta reacomodarse en un tablero que ya no controla, con una oposición que marca el ritmo, un electorado cada vez más desencantado y una interna que, si no se resuelve pronto, puede sellar otra derrota.
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