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Basavilbaso » Riel FM
Fecha: 18/05/2025 14:05
La misa de instalación, cargada de símbolos tradicionales pero también de gestos de cercanía, marcó el inicio de una etapa que el nuevo pontífice imagina centrada en una Iglesia “que camina con los excluidos”, según expresó en una homilía extensa y teológicamente densa. Inspirado profundamente en San Agustín -su maestro espiritual como religioso agustino- y en la figura de Pedro como pastor “que ama incluso desde su fragilidad”, León XIV delineó las bases de su proyecto pastoral. “Pedro no debe ser un jefe por encima de los demás, ni un líder solitario”, afirmó. “Está llamado a servir a sus hermanos, no a dominarlos”. La frase evocó directamente las advertencias de su antecesor, el papa Francisco, contra el clericalismo. Sin evitar temas sensibles, el nuevo pontífice criticó el modelo económico global “que explota los recursos de la tierra y margina a los pobres”, e insistió en que la Iglesia debe abrirse al mundo como “una sola familia” y no encerrarse “en su pequeño grupo”. También reafirmó una visión tradicional sobre la familia, al declarar que esta “debe fundarse en la unión estable entre un hombre y una mujer”, una postura que ya había adelantado ante el cuerpo diplomático días antes. Aunque evitó mencionar de forma explícita a la comunidad LGBT o al aborto, su lenguaje marcó un giro con respecto al tono más inclusivo de Francisco, quien promovía el acompañamiento pastoral sin modificar la doctrina. Una autoridad basada en el amor Para León XIV, la autoridad papal no debe basarse en el poder, sino en la caridad de Cristo. En ese sentido, su elección del nombre papal no es casual: León XIII, pionero de la doctrina social de la Iglesia, fue evocado como referente en la homilía, con citas directas de la encíclica Rerum Novarum y el compromiso de ser “mediador de justicia y paz”. Pese a su estilo sobrio y sin frases efectistas, León XIV dejó entrever un mensaje de fuerte calado espiritual: “Una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo”. En contraste con el carisma comunicativo de Francisco, el nuevo pontífice opta por la densidad doctrinal más que por el impacto mediático. La prensa italiana interpretó la homilía como una señal de continuidad teológica con Juan Pablo II y Benedicto XVI, aunque con un marcado enfoque social propio de América Latina. Mientras Avvenire destacó “el equilibrio entre tradición y apertura”, La Stampa advirtió que “la palabra amor puede convertirse en barrera si no se acompaña de gestos concretos de inclusión”. León XIV asume el papado en un momento de desafíos internos complejos: reformas inconclusas, escándalos financieros, demandas sobre el papel de la mujer en la Iglesia y crecientes divisiones eclesiales. Aunque no ofreció respuestas concretas a estos temas, sí dejó clara su brújula: una Iglesia servidora, unida, y centrada en el amor como acción transformadora. Con el recuerdo emocionado de Francisco -“el pastor que nos bendijo desde el cielo en Pascua”-, León XIV inicia su pontificado afirmando continuidad espiritual, pero también marcando su propio camino: uno donde el amor no sea consigna, sino camino eclesial.
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