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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 18/05/2025 13:44
Domingo, 18 de Mayo de 2025, 7:00 Por Sandra Insaurralde Es récord el trabajo de pluriempleo en Argentina. 2,4 millones de hombres y mujeres trabajan más de 16 horas por día. Pero lo que más preocupa a los analistas es la calidad del empleo: se trabaja más cantidad de horas, aparece el multiempleo y los trabajadores cada vez tienen menos derechos. “En casa vivimos el día a día”, contó Andrea a El Argentino. Andrea es empleada doméstica formalizada, pero con 54 años se vió obligada a buscar otras actividades laborales. “Trabajo en servicio doméstico para dos personas mayores, 83 y 84 años. Pero desde el año pasado estoy en otras casas. En algunas voy tres veces por semana y en otra voy sólo una vez”. Andrea afirmó que “la plata no nos alcanza”. A pesar de la situación de multiempleo, la familia mencionó que “manejamos bien la plata que ingresa, lo que pasa es que las cosas aumentan todos los días”. El deterioro del empleo formal sumado al bajo poder adquisitivo de trabajadoras y trabajadores ocurre en un contexto en el que el Gobierno avanzó en una flexibilización laboral con la extensión del periodo de prueba, la creación de figuras como los “colaboradores”, del fondo de cese laboral que busca suplantar las indemnizaciones y la eliminación de sanciones a quienes no registren a sus empleados. Andrea cobra 70.000 mil por semana en su trabajo formalizado. 4.500 por hora en el servicio doméstico que ofrece en otras casas y puede que, algunas veces “entre algo con el microemprendimiento de artesanía, porque a veces se vende algo. Por ahora sólo estoy haciendo por encargo. Es muy difícil que en la actualidad la gente de Gualeguaychú te compre”, comentó Andrea, que también, mantiene un pequeño emprendimiento de tejido, pintura y cerámica. Claudio Lozano, coordinador del del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), señaló que “cada vez más, el trabajo se apropia de nuestro tiempo de vida. Según el informe realizado por el IPyPP, en el 4° trimestre del 2023 se trabajaba 65 horas semanales. Mientras que en el 4° trimestre de 2024, el tiempo dedicado al trabajo por parte de los pluriempleados ascendió a 84,5 horas semanales, es decir, 16,8 horas diarias. No son workaholics (adictos al trabajo), son sobrevivientes”. Con su título gastronómico, además hace viandas saludables El poder adquisitivo del trabajador “Estoy trabajando en una fábrica metalúrgica - comentó Guillermo a El Argentino-, trabajo 9 horas, pero para trabajar esas horas tengo que estar casi 12 horas fuera mi casa” La transformación del mercado laboral tiene como protagonista a la caída del salario real que sumado a la inflación obligó a muchas familias a recurrir al ingenio para resistir. “Tuvimos que hacernos de otro trabajo - describió Guillermo que organizó junto a su señora un comercio en su casa - porque hubo muchos recortes de este gobierno y nos pegó de lleno”. Al referirse a las consecuencias del deterioro en su salario Guillermo comentó, “nos influyó mucho el recorte del transporte público, nos consume mucho más dinero ir al trabajo y a los chicos ir al colegio. Súmale, además la carga tributaria, los impuestos son impagables, hablo de la luz, el gas y todo lo que te descuentan por trabajar, los impuestos no están acorde a lo que uno gana. Antes por lo menos se podía pilotear, ahora no. Además, claramente el poder adquisitivo de un empleado metalúrgico se vino abajo”. Estrategias para sostener el ingreso familiar En la actualidad tener trabajo formal ya no garantiza estabilidad ni progreso. Según Lozano: “Cuando decimos que 2,4 millones de personas tienen otro empleo, estamos hablando del 12% de los ocupados. Otro dato que se agrega es que el 30% de los asalariados formales vive por debajo de la línea de pobreza. Es legítimo preguntarse, en este contexto, si el trabajo sigue siendo una herramienta real de ascenso social”. Aquella cifra se eleva al 70% entre los que tienen trabajo informal y es aún más preocupante entre los desempleados. Existe, entonces, una relación evidente entre la calidad de vida y el empleo. Analía es directora de escuela y en diálogo con El Argentino contó sobre qué la llevó a buscar otra actividad para generar mayores ingresos. “Hubo motivos financieros que me movilizaron a finales de enero a comenzar con una actividad extra, tenía que solventar los gastos de una niñera. Quería hacer las cosas bien y para hacer las cosas bien era un 70% de mi sueldo para solventar ese trabajo, por lo tanto el pagar a una niñera implicó que buscara más fondos”. “Jubilado y monotributista: trabajar entre 8 y 12 horas diarias de lunes a lunes” La docente y directora de escuela vende productos cosméticos, “si bien el plus de esta actividad es el encuentro con la gente y que son productos que buscan el bienestar de las personas, hace mucho tiempo que tendría que haber empezando, porque la realidad del país, de la provincia y de los sueltos docentes es muy deprimente. Nuestros salarios son muy bajos, por eso mucha gente está dejando de elegir la docencia o estudian docencia y después comienzan a trabajar haciendo otras cosas. Es triste, pero es la realidad que tenemos.” Profesionales recurren a múltiples oficios Leandro, empleado público, diversificó sus fuentes de ingresos. Además de cumplir con su horario de 6 horas por la mañana, puso un consultorio nutricional que lo atiende por las tardes y también ha tenido que organizar clases particulares en algunas ocasiones. “Estoy terminando entre las 21 y 22 horas atendiendo pacientes como para que rinda un poco el dinero”, mencionó el profesional a El Argentino. Viviana, egresada universitaria en el rubro de la comunicación, debió distribuir su semana entre el trabajo en un medio local, la docencia y además apoya a la economía familiar con un emprendimiento asociativo. “El único día a la semana que no trabajo es el sábado, ahí puedo hacer algo para la casa y pasar tiempo con la familia. Es una realidad, cada vez trabajo más pero la plata rinde cada vez menos”, afirmó la comunicadora. Ana, una joven que trabajaba en una empresa de comida con jornadas de 12 horas y salario parcialmente en negro, con su titulo gastronómico hace viandas saludables. “Esta recontra difícil la situación, en el empleo que tengo que es más o menos formal, no me pueden poner en blanco por completo porque eso les lleva mucha plata a ellos, no les conviene y ahora mucho control de eso no hay, así que me imagino que voy a pasar mucho tiempo en esta situación”, manifestó la gastronómica a El Argentino. Horacio de 64 años, jubilado y monotributista, se vio en la necesidad de comenzar a desempeñarse en la seguridad privada. “Cada uno trabaja entre 8 y 12 horas de lunes a lunes. En alguna oportunidad cada quince días tenemos algún franco - comentó el jubilado a El Argentino -. La plata no alcanza, yo tengo que pagar un alquiler y entre los problemas que hay con la obra social y los medicamentos que se fueron por las nubes, este trabajo me ayuda un montón”. El panorama laboral argentino se aleja del objetivo histórico de ocho horas diarias por jornada. Lozano, analista del IPyPP concluyó: “A contramano de todo, en Argentina volvemos a jornadas laborales del siglo XIX, ya que hoy los argentinos que tienen pluriempleos trabajan extensas jornadas de 16 horas diarias. En general, Argentina transita un modelo laboral que reparte más penurias que derechos. Una precarización planificada, que transforma el trabajo en sacrificio. Hasta que el nivel adquisitivo de los trabajadores se ponga en valor, esta situación no va a cambiar”.
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