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» Elterritorio
Fecha: 18/05/2025 13:25
La joven que siempre quiso estar en la pantalla pero que tuvo un largo camino hasta cumplir su sueño, se estrenó en la superproducción del momento y se convirtió en una de las militares que debe guiar a Ricardo Darín en una de las expediciones. domingo 18 de mayo de 2025 | 8:00hs. Karina Portillo se formó en la escuela militar y gracias a eso, en parte, llegó a El Eternauta. Aquella niña que no quería perderse actuar en ningún acto, que soñaba con ser como Xuxa, que se crió entre la rusticidad del barro entre majestuosas araucarias, no aquietó su corazón hasta hacer de la actuación su profesión. Con persistencia, ímpetu, convicción se convirtió en una líder militar en El Eternauta, la serie mundial del momento. La historia de ‘Alma’ inspira a seguir los anhelos sin perder entereza y dejándose guiar por el amor. Karina Portillo tiene 37 años, es actriz, colorista, peluquera de oficio, nació en Eldorado y se crió en San Pedro, “ese pueblito que recuerdo con tanto amor”, alegó la joven sobre el lugar del que alberga los mejores recuerdos de su infancia, donde jugaba a hacer muñecas de barro. Quizás esa rusticidad le dio otras aptitudes, fortaleza y simplicidad admirables. Tuvo escenas clave junto a Darín. La primaria la cursó en el Instituto San Francisco, de San Pedro, donde no perdía oportunidad para sumarse en los actos, esa sensación de que sobre el escenario era su momento le encantaba, así como también poder correr por la tierra y tirarse de los cerros con amigos y primos. “Cuando me preguntaban qué quería ser de grande, decía que quería ser como Xuxa, todos se reían, me preguntaban si sabía bailar y yo automáticamente bailaba o hacía un acting”, contó. “Tenía re contra claro que ese era mi sueño, y esa lucecita del arte nace ahí, en mi querido San Pedro”, expresó. Hasta sus 10 años sus padres sostenían una relación a distancia. Su padre vivía en Buenos Aires y tanto su mamá como su papá solían viajar con ella para mantener y fortalecer el vínculo familiar, hasta que decidieron establecerse juntos en Buenos Aires. La vida en la gran ciudad para nada opacó aquel sueño y ante tanto insistir, sus padres la llevaron a algún que otro casting. Y así también llegó la formación. Comenzó con clases de teatro-comedia musical en el Abasto, donde en ocasiones Enrique Pinti impartía talleres. “Lo recuerdo como si fuera ayer, nos enseñaba oratoria, cómo manejar el cuerpo, lo tomaba como diversión, era adolescente en ese momento y me incliné por el modelaje”, recordó. Como les pasa a muchos, la entrada a la vida adulta la alejó de aquel sueño de aparecer en pantalla. Comenzó a dedicarse a la peluquería, que es su oficio desde los 18 años hasta ahora, guardando entre sus manos aquella habilidad de peinar a sus primas. Además realizó cursos de auxiliar de farmacia, enfermería e incluso cumplió servicios en fuerzas como Prefectura Argentina. “Qué loco, porque uno no se da cuenta de que cada accionar y cada decisión que uno toma tiene un porqué, tiene un motivo. Muchas veces me cuestioné por qué me metí en la fuerza, el sueño de mi mamá Sonia era ser policía”, contó y reconoció haberle costado mucho el curso de instrucción militar. “Ahí comencé a hacer monólogos, me paraba al frente del aula y hablaba a modo de humor, se corrió la voz de que a tal hora Portillo hacía el monólogo, se llenaba el aula para verme, nos reíamos muchísimo y así lo superé”, recordó sobre la formación militar. Entre varios motivos, la promoción 18 de marineros, quedó como una enriquecedora experiencia porque la actriz pidió la baja voluntaria. Pandemia de por medio, su madre regresó a su pueblo de origen, San Pedro, y ella, en tanto, abrió su peluquería ‘Amor a qué’, en la Costa argentina, con la idea de que el amor “tiene que ser tu guía. Haber logrado su propio emprendimiento resultaba muy satisfactorio, sólo que sentía muy profundamente que le faltaba volver a actuar. En medio de sus reflexiones sobre cómo volver a escena, le llegó la noticia de que buscaban actrices con perfil militar, y sin saberlo se le avecinaba una oportunidad de ensueño. “Me comuniqué, mandé material y fui seleccionada para dos escenas que se iban a filmar en el centro de Buenos Aires”, contó. “Fue algo increíble, muy emocionante, no lo podía dimensionar”, detalló sobre cómo llegó a compartir elenco con actores de la talla de Ricardo Darín. Fue la primera vez que pisó un set de filmación y tomó dimensión de lo inmenso del proyecto. En un primer momento comenzó como extra, participó de dos escenas en un camión militar en el capítulo 4. Filmó dos veces a la semana y regresó a su casa con la sensación de haber vivido una de las experiencias más extraordinarios de su vida. Efectivamente, esas dos escenas fueron como la antesala de un nuevo llamado. “A los dos días me llamaron para decirme que había sido seleccionada para el grupo expedición, que era de diez personas. No puedo explicar la emoción que sentí, de repente me dieron 15 fechas distintas y entre siete y ocho locaciones diferentes. Fue una locura, estar actuando frente a una pantalla, pasé de usar una máscara a que se viera mi rostro, a que la gente pueda conocerme y hacer más tangible esto de haber logado un sueño”, detalló. Pasó así a tener el papel de la líder del equipo. Fue ahí que se cruzó a Darín. Intercambió diálogos y escenas. Karina es quien en un momento le hace una seña para que corra detrás suyo. “Fue épico, no podía aterrizar sobre lo me estaba pasando, aunque Darín tiene una forma muy profesional de hacerte bajar a tierra y que estés muy presente, eso ayuda muchísimo, muy fluido todo, mucha empatía, respeto y ese trato de igual, de colega, es increíble”, valoró. “Me siento afortunada, de que mi primera gran producción haya sido El Eternauta”, enfatizó al contar, que luego ese ímpetu la llevó a la temporada 2 de Envidiosa, el spin off de El Marginal, División Palermo II y El tiempo de las moscas, experiencias también muy enriquecedoras. “Hay que entender que hay una etapa de preparación para que el día que llegue la gran oportunidad, estés preparado, hay que disfrutar de cada escalón”, remarcó. Con la misma magia de niña, sin embargo explicó: “Me encantaría retomar ese sueño de ser cómo Xuxa, estar cerca de los pequeños, o ser parte de alguna novela como Chiquititas en su momento, sería magnífico y también un sueño es hacer algo en Misiones, algo bien nuestro, eso sería inmenso”, contó sobre las aspiraciones o el rumbo que quiere darle a su carrera entre la nostalgia y las ganas de volver a ver a los suyos, habiendo ya cumplido un sueño. No en vano tiene como nombre artístico Alma esta ‘almita misionera’.
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