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  • Domingo clave para saber quién se queda con la mitad del electorado

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 17/05/2025 19:50

    ¿Tan clave será la elección de hoy en CABA? ¿Tan determinante será para saber qué pasará en Buenos Aires con la alianza entre La Libertad Avanza el PRO? A juzgar por los dichos, la cosa está terminada. ¿Cómo hacen para volver del revoleo verbal de las últimas semanas? ¿De los reproches públicos entre el presidente Javier Milei y el expresidente Mauricio Macri, a la postre decantado como reavivado líder de su sector? Aunque en la dimensión de la política argentina se suele coquetear con lo bizarro, el factor tiempo influye. Después de este domingo todo quedará muy cerca, para definir, y la verdad que no da para una foto entre Milei y Macri. Por más esfuerzos que hagan Cristian Ritondo y Diego Santilli que, dicen las malas lenguas, ya tendrían todo acordado para dar el salto y tocar la campana. A priori las encuestas tiran que será Leandro Santoro quien saldrá victorioso en las urnas. Radical, amigo personal de Alberto Fernández, es el menos refractario de ese espacio para el electorado de la Capital Federal. Igual, si se confirman los números previos, será más o menos el porcentaje histórico del peronismo que casi nunca pudo ganar en ese distrito salvo con el exministro menemista Antonio Erman González. Aunque los números favorecen a Santoro, lo que realmente está en juego es quién liderará el espacio opositor: Milei con su estilo confrontativo o un PRO que intenta no perder protagonismo. El detalle es la división del voto de derecha y centroderecha que difícilmente les alcance para ganar. La pulseada, así la planteó LLA, es para ver quién tiene más votos, así de simple, y le impone condiciones al perdedor. Es la táctica del todo o nada, a la que el Presidente es tan afecto. Le dio resultado porque se lo habría de cuestionar. Es peligroso, claro, porque se expone a una derrota y a una negociación de destino incierto con su primero político del PRO. Fue más lejos la táctica aún, con el objetivo un poco desembozado de cooptar dirigentes, algo en lo que obtuvieron resultados dispares y el enojo unánime de Macri que les dedicó varias filípicas. En los comicios regionales de la semana pasada, la suerte de LLA también fue dispar. Ganaron en Chaco en alianza con Zdero, actual mandatario, dieron el golpe en Salta capital, aunque perdieron la provincia y en San Luis y Jujuy es complicado analizar lo que pasó. Aunque el puntano Poggi es aliado de la Casa Rosada, no es un libertario puro ni mucho menos. El armado de Karina Milei en el interior fue sometido a su primer examen y la nota sigue abierta. Empezará a dilucidarse hoy con lo que suceda en CABA y su correlato en la Provincia. La estrategia presidencial de polarizar y tensionar al máximo podría consolidar apoyos o debilitar alianzas clave, en una campaña donde cada gesto tiene consecuencias que trascienden el resultado electoral inmediato. El riesgo que corre la “armadora” del Presidente es tan grande como algunos cuestionamientos internos que recibe. Ahí cuentan los roces con Santiago Caputo, el poderoso asesor, que no confía demasiado en su estrategia. Es que ese caos más o menos ordenado, es un sello de los tiempos que corren. Y la LLA ha hecho escuela sobre eso. Por ahora todo se perdona. El Indec le trajo buenas noticias al oficialismo con un índice bastante por debajo del mes pasado. Pragmatismo que le dicen porque el Ministro de Economía apeló a todos los métodos para matar de un tiro las subas más grandes. Hasta retó por redes a las automotrices y concesionarias que amagaban con incrementos por encima de la expectativa inflacionaria. Lo mismo hizo con los supermercados a los cuales apuntaló en su pelea con los distribuidores y fábricas. Se sumó el Presidente también que no se cansó de repetir que para el año que viene la inflación será cosa del pasado. Es que el Gobierno atraviesa horas cruciales para su futuro. Logró salir del cepo sin sobresaltos, pero el camino hasta las elecciones de octubre está lleno de peligros. Es la principal apuesta. Al costado quedan las peleas con los periodistas, los gritos y las descalificaciones. Es un estilo de gobernar y construir relato que rompe con el pasado, aunque si tienen que apelar a viejas prácticas no lo dudan. Las sospechas de corrupción, con el Caso $Libra incluido, parecen ya no afectar la imagen presidencial. Fue el impacto del principio, pero la velocidad de los acontecimientos va dejando todo atrás. La pelea con el PRO tampoco causa desgaste. Hay algo clave en esta historia. Las hilachas del pasado reciente, demasiado presentes todavía. En CABA asoma un recambio generacional, aunque ahí está Horacio Rodríguez Larreta para zarandearlo. O el propio Macri. En Buenos Aires y en cada rincón de la Argentina sigue Cristina. Lo mismo le pasa a los radicales que se han quedado sin referentes frescos. Si hasta Martín Lousteau, joven cronológico, está desgastado. La política es una máquina de comerse referentes. Va de la mano con el enojo de una sociedad que se cansó de las mentiras y los fracasos. Milei está en medio de ese proceso. Ahora tiene que mostrar resultados. De eso se trata gobernar. Algo que consiguieron poco sus predecesores. Todavía tiene esa ventaja.

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