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» Diario Cordoba
Fecha: 17/05/2025 18:09
No le faltarán historias que contar a sus hijos a Javier Lara Grande (Montoro, 1985), un futbolista -ya ex desde el pasado enero- cuya trayectoria resulta singular, salpicada de momentos entre lo sublime y lo surrealista, hitos para bien y para mal, un ir de acá para allá con un estilo de relacionarse con el balón que a unos emocionaba y a otros irritaba. Su devoción por la estética -ruletas, rosquitas, taconazos y otros productos balompédicos de orfebrería fina- quedó fuera de toda duda desde que era un chaval en la cantera del Córdoba CF y hasta que tres dias antes de la última Nochebuena disputó sus minutos crespusculares en el césped con la camiseta azulina del Linares, la última de las trece casacas que defendió en dos décadas como profesional. Javi Lara, en su etapa en el Córdoba CF. / A.J. González Fue trotamundos en las divisiones más duras del país, estrella en la Liga India, autor del primer gol del Éibar en Primera División y capitán del Córdoba CF, el club en el que se formó y al que retornó en su madurez -rebasada la treintena- para experimentar en carne propia uno de los periodos más delirantes: el de la etapa de Jesús León -paisano suyo- y la destrucción deportiva, económica y social de la entidad a finales de la pasada década. Pocos como él reflejaron el caos del Córdoba CF, un lugar donde su íntimo sueño de triunfo devino en una tortura brutal. "¿Cómo hemos podido llegar a esto?”, reflexionó Lara en una carta abierta, en la que confesaba que "nadie merece" pasar por un trance como el que vivió en El Arcángel. Lara celebra el primer gol del Éibar en Primera, en Ipurúa ante la Real Sociedad. / Javier Etxezarreta / Efe Lara, que había renunciado ante la presión del club a una cláusula de renovación por objetivos -número de partidos disputados-, se vació al final de la Liga 18-19 en Segunda División. "Dejamos el fútbol profesional de manera oficial y sí, digo oficial, porque llevábamos mucho tiempo sin ser un club profesional en el día a día”, explicaba el montoreño, quien dejó escrito su diagnóstico como legado a los que estuvieron y a los que vendrían después: "Os digo que esto no es el Córdoba, son circunstancias que se han dado pero el Córdoba no es lo que habéis vivido". "Yo iré donde me quieran como jugador y como persona”, afirmaba en su adiós. Tenía entonces 33 años. ¿Retirada? Ni mucho menos. Le quedó tiempo para firmar todavía un par de ascensos a Segunda División -con el Ibiza y el Alcorcón- y superar el medio millar de encuentros oficiales disputados con los colores del Real Unión, Elche, Tenerife, Lucena, Ponferradina, Eibar, Atlético Kolkata, Alcoyano, Córdoba, Alcorcón y Linares. "Ha sido la cabeza la que ha dicho hasta aquí", confesó en su carta publica de despedida. Javi Lara junto a Xavi Hernández en un Barcelona-Éibar en Primera División. / Toni Albir / Efe Lara, blanco Paladín de la transparencia, Javi Lara entró a jugar al fútbol a todos los foros posibles. Hasta en el del periodismo. "Siempre he intentado mostrarme como soy. A veces, eso me ha dado problemas, pero pienso que la transparencia en el fútbol es fundamental. Y así espero que me recordéis, como una persona transparente y cercana", expresó en su adiós. En varias ocasiones apareció en el programa El Chiringuito de Jugones, donde entró al trapo con ironía y acidez en el permanente debate entre madridistas y barcelonistas. El montoreño se definió sin ambigüedades para sumarse a la causa blanca. "El Barça es una moda pasajera, el Real Madrid es eterno", llegó a decir en frente de Lobo Carrasco en el plató de Josep Pedrerol. En el día en que anunció su retirada del fútbol, los mensajes de los compañeros -de la rama blanca- del programa deportivo cayeron el tropel en las redes. "Fuiste, eres y siempre serás un grande, Javi. Un orgullo tenerte entre mi círculo de amistades. Y vaya pedazo futbolista que se nos va", le dejó escrito Tomás Roncero, brazo armado del madridismo mediático. ¿Qué hace ahora? El pasado 22 de enero, la Unión Deportiva Ibiza le abrió, otra vez, sus puertas. Javi Lara, con los depósitos de cariño de la afición a tope por los recuerdos de su etapa de jugador, fue presentado como nuevo director deportivo del club insular. En medio de las aguas turbulentas de un curso fallido, el presidente Amadeo Salvo completó con el montoreño un dúo cordobés para reflotar la nave. En el banquillo está Paco Jémez, otra personalidad arrolladora. El cóctel está funcionando y el cuadro pitiuso pelea por volver a Segunda por la vía de los play off. "Él es un enamorado del fútbol en la amplitud más grande de la palabra que pueda haber, como futbolista, pero también como amante y seguidor del fútbol», afirmó Salvo sobre Lara, que está desempeñando ahora su primer trabajo en los despachos en un destino que no es ni mucho menos cómodo. El Ibiza anda desnortado desde que cayó de Segunda y los dos predecesores del cordobés -Soriano y Giménez- fueron asaeteados sin piedad por la afición. Lara y Paco, que fue su último entrenador en el Ibiza, van ahora de la mano, vestidos de azul, con el fútbol por bandera y el discurso valiente y deslenguado de quienes son adictos a las emociones al límite. Suscríbete para seguir leyendo
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