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  • El pueblo de Córdoba que llegó a estar rodeado de 40 torres

    » Diario Cordoba

    Fecha: 17/05/2025 18:05

    La semilla de un pueblo de Córdoba germinó entre murallas y creció hasta dar lugar al municipio que es actualmente. Las que serían las raíces de la actual localidad, las calles tras los muros, conforman hoy uno de los barrios medievales más pintorescos de Andalucía: un laberinto de callejas estrechas que se abre entre la cal de las casas viejas, alrededor de las plazuelas, junto a los arcos, entre iglesias antiguas... El fuerte recinto fortificado que sobrevive hasta nuestros días hace de esta la localidad más amurallada de la provincia. Dicen que llegó a contar con 40 torres para su defensa. En plena campiña, en la cima de una colina a 227 metros de altura, los almohades levantaron una férrea muralla que supuso el origen de una nueva población. Lo que se conoce como un pueblo fortaleza. La esencia del municipio, por tanto, no es otra que la arquitectura militar. Aunque los hallazgos arqueológicos indican que ya en época íbera habría tenido aquel lugar una población que se valió de un recinto amurallado para defenderse, fue en el siglo XII cuando la localidad experimentó su esplendor. El castillo, la corona del recinto amurallado Los almohades transformaron el promontorio en un baluarte defensivo. En uno de los extremos de la muralla, alzaron un castillo con cuatro torres como centinelas en cada una de las esquinas del patio de armas. Sobre los torreones, aposentos de bóveda para los guardias. Y, de un lado a otro de la fortaleza, la muralla. Esas cuarenta torres que pudo llegar a tener medirían unos dos metros y medio o tres metros. Solo a través de un ancho adarve podía bordearse. Vista de parte del barrio antigua. / Andalucia.org Aunque el origen del castillo es almohade, la configuración que ha sobrevivido tiene la marca cristiana. Cuando Fernando III conquistó la población en 1240, el reino se valió de la fortificación. A lo largo de la historia experimentaría otras reformas, pero no tan profunda como la que aplicaron los cristianos. Este cordón defensivo se extiende alrededor del conocido como barrio de la Villa, adaptándose a las irregularidades del terreno sobre el que se levantó la parte alta de Castro del Río. Vista aérea del castillo de Castro del Río. / Córdoba El alma de la localidad Al laberinto de calles que conforman el barrio antiguo de este pueblo cordobés, se accede por tres puertas. Tres entradas a un mundo totalmente diferenciado del resto del municipio, donde reina el silencio, se respira el aire de los siglos y aparece el alma de esta localidad de la campiña cordobesa, al sudeste de la provincia. La importancia estratégica de Castro del Río en la Edad Media no fue poca. Su situación y su fortificación permitió controlar un territorio ferozmente disputado. Siglos después, durante la invasión francesa, revivieron esos episodios de pugnas. Y la localidad tuvo un papel importante en ellos. Hoy en día, aunque alejada de aquella función defensiva, su esencia sigue manteniéndose, precisamente, guardada entre las murallas.

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