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  • Del laboratorio al sector productivo: claves para emprender con base científica

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 17/05/2025 04:52

    Una joven profesional y bióloga se concentra en su investigación utilizando un microscopio (Imagen ilustrativa Infobae) En un país con tanto talento investigador como Argentina, la transformación del conocimiento en soluciones concretas sigue siendo un desafío. Muchas investigaciones de alto valor quedan confinadas en papers, patentes dormidas o proyectos inconclusos por falta de herramientas y condiciones favorables para avanzar en su transferencia al sector productivo. Pero cada vez más científicos deciden dar un paso más allá del laboratorio: se animan a emprender. Convertir una investigación en un desarrollo tecnológico aplicable al mercado no es simple. Requiere nuevas habilidades, aliados estratégicos y una visión que combine rigor científico con propósito social y mirada empresarial. En ese camino, hay algunos aprendizajes que pueden orientar a quienes están empezando: Identificar el potencial de aplicación de la investigación: es fundamental reconocer cómo los hallazgos científicos pueden traducirse en soluciones prácticas para problemas reales. Buscar colaboración interdisciplinaria: la combinación de conocimientos de diferentes disciplinas puede enriquecer un proyecto. Aprovechar el apoyo institucional: instituciones como el CONICET ofrecen programas que facilitan la transferencia de tecnología y la creación de empresas de base tecnológica. Navegar el marco regulatorio: es esencial comprender y cumplir con las normativas vigentes. Estar en sintonía con los organismos regulatorios correspondientes en cada actividad —como ANMAT y SENASA, entre otros, en el sector de la industria farmacéutica, alimenticia y agroindustrial— desde las primeras etapas del desarrollo puede evitar retrocesos y asegurar que los productos cumplan con los estándares requeridos. Valorar el bienestar animal y la sostenibilidad: incorporar prácticas éticas y sostenibles no solo es responsable, sino que también puede ser un diferenciador en el mercado. Buscar financiamiento y alianzas estratégicas: la obtención de recursos y la formación de alianzas con el sector público y privado pueden ser cruciales para el desarrollo y escalamiento de un proyecto. Participar en redes y comunidades emprendedoras: integrarse en ecosistemas de innovación permite compartir experiencias, obtener mentoría y acceder a nuevas oportunidades. Estas redes también ayudan a visibilizar los desarrollos y conectar con inversores, mentores y pares que ya recorrieron ese camino. Aprender a comunicar el proyecto con claridad: transformar una investigación en una solución de impacto requiere también traducir el lenguaje científico a uno comprensible para inversores, aliados estratégicos, reguladores y potenciales usuarios. Saber comunicar la ciencia con claridad y propósito permite abrir puertas, generar confianza y construir puentes entre el laboratorio y la sociedad. El conocimiento tiene valor cuando transforma realidades. Por eso, quienes hacen ciencia con vocación de servicio y compromiso social tienen hoy una oportunidad histórica: convertir sus investigaciones en respuestas concretas para los grandes desafíos de salud, ambiente, producción y bienestar. Emprender no significa dejar de ser científicos, sino una forma complementaria de ejercer la ciencia.

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