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» El Ciudadano
Fecha: 15/05/2025 21:46
Incluir una banana en la cena podría parecer un simple antojo, pero diversos estudios científicos respaldan esta costumbre como una estrategia saludable para mejorar el descanso nocturno y el bienestar general. Investigadores de la Universidad de Extremadura analizaron el impacto de esta fruta en el organismo y confirman que sus propiedades van mucho más allá de su sabor dulce y su practicidad. La banana es rica en triptófano, un aminoácido esencial que el cuerpo convierte en melatonina y serotonina. Estas sustancias naturales son fundamentales para regular el sueño y el estado de ánimo. La melatonina actúa como la hormona del sueño, mientras que la serotonina ayuda a combatir el estrés y mejora el bienestar emocional. Estudios como los publicados en Enfermería Global y liderados por el investigador R. J. Wyatt demostraron que el L-triptófano contribuye a lograr un sueño más profundo y reparador, especialmente en la fase non-REM, clave para la recuperación del cuerpo. Este efecto se observa tanto en personas con insomnio como en quienes no presentan trastornos del sueño. Además, a medida que envejecemos, la producción natural de melatonina disminuye, por lo que incluir alimentos que estimulen su generación puede ser de gran ayuda para mejorar la calidad del descanso. Beneficios clave de la banana en la cena Sumar una banana a la cena o consumirla como postre tiene un impacto positivo en varios aspectos de la salud: Mejora la calidad del sueño. Gracias a su contenido de triptófano, ayuda a conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche. Cuida la salud cardiovascular. Su alto nivel de potasio colabora en el buen funcionamiento del corazón y regula la presión arterial. Favorece la salud muscular y nerviosa. El potasio y el magnesio presentes en la banana son fundamentales para los músculos y el sistema nervioso. Promueve una digestión saludable. Su fibra dietética ayuda a evitar el estreñimiento y mejora el tránsito intestinal. Regula el estado de ánimo. Al estimular la producción de serotonina, reduce el estrés y mejora el bienestar emocional. Contribuye al control del peso. Genera sensación de saciedad, lo que puede ayudar a evitar el consumo de snacks nocturnos. ¿Cómo incorporar la banana a la rutina nocturna? Consumir una banana madura entre 30 y 60 minutos antes de acostarse es una manera sencilla de potenciar el descanso. Se puede comer sola, en rodajas sobre una tostada integral con manteca de maní, o incluso incorporarla a un yogur natural con avena, lo que también suma proteínas y fibra. Comer banana después de cenar es mucho más que una costumbre dulce. Es un hábito respaldado por la ciencia que ayuda a dormir mejor, cuidar la salud cardiovascular, mejorar la digestión y mantener el ánimo equilibrado. Una sola fruta por noche puede marcar una gran diferencia en el bienestar diario.
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