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» Misionesopina
Fecha: 15/05/2025 01:10
Por Facundo López Sartori* Hay algo que une a Pepe Mujica, al Papa Francisco y a la yerba mate. No es sólo su origen en el sur del mundo. Es algo más profundo, más cultural, más político si se quiere: representan otra forma de entender la vida. Más humana, más austera, más solidaria. Y también más molesta para quienes ven al mundo como un gran mercado donde todo se compra y se vende. No es casualidad que muchos de los que votaron a Javier Milei con entusiasmo, hoy desprecien al Papa, ridiculicen a Mujica y desprecien las políticas públicas que protegen a la yerba y a sus productores. Todo lo que no encaje en la lógica del éxito individual, de la “libertad” sin Estado, es para ellos populismo, atraso o comunismo. Pero Francisco no predica el comunismo, predica el Evangelio. Mujica no fundó una dictadura, gobernó con la Constitución. Y la yerba no es un “curro” estatal: es trabajo, es historia, es identidad nacional. Es una planta que no crece en la city porteña, sino en la tierra roja del Litoral, donde miles de familias la cultivan con esfuerzo y dignidad. Hay que animarse a decirlo: cuesta mucho defender al Papa Francisco y a Pepe Mujica si uno cree que el éxito se mide en dólares y que el Estado debe desaparecer. Cuesta entender la lógica del mate si uno cree que la vida es una competencia de lobos. Por eso defender a la yerba es también defender una forma de ser. Más comunitaria, más arraigada, más latinoamericana. Como el Papa. Como Pepe. Como los productores que no piden privilegios, sino un precio justo. *Ministro Del Agro y la Producción
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