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» Diario Cordoba
Fecha: 13/05/2025 20:29
Son las doce del mediodía y las campanas repican en la iglesia de San Lorenzo. En el interior, decenas de fieles se acercan con devoción a besar la imagen de la Virgen de los Remedios y a pedirle tres deseos. A las puertas del templo, una mujer vende claveles; junto a la salida, otros ofrecen estampas y velas. Es el único martes 13 del año, y centenares de cordobeses se acercan con un deseo común: salud para los suyos y esperanza. El calor comienza a apretar en Córdoba y, junto al pórtico de una de sus iglesias más emblemáticas, varios vecinos charlan tras haber cumplido con la tradición. “No podemos decir qué le hemos pedido a la Virgen, es secreto”, comenta Ramón entre risas. Cerca de ellos, Rafaela León vende claveles rojos y blancos para quienes quieran dejarlos a los pies de la imagen. “He entrado a primera hora, nada más abrir. Es importante pedir, pero también dar”, afirma con los ojos vidriosos. Para ella, esta fecha está marcada en rojo en el calendario: "Es el único martes 13 del año" y durante la jornada "vendo cientos de flores". Lleva yendo a San Lorenzo desde hace décadas: “Desde antes de tener hijos, y ahora tengo hasta bisnietos, imagínese”, dice con una sonrisa irónica. Besamanos en San Lorenzo a primera de hora de la tarde. / Víctor Castro Dentro del templo, la escena refleja un llamativo simbolismo. La misa ya ha comenzado y unas cincuenta personas escuchan en silencio desde los bancos. Mientras tanto, una larga fila recorre la nave central: los fieles esperan su turno para besar a la Virgen y confiarle sus deseos. Son como mundos paralelos conectados por un hilo fino pero resistente: la fe. Mientras tanto, algunos turistas que han llegado para ver los patios colindantes se asoman con curiosidad. “¿Qué pasa hoy?”, pregunta en voz baja uno de ellos. Transmitir la tradición Al fondo, un niño corretea en silencio bajo la atenta mirada de sus abuelos. “Tiene 18 meses y es la primera vez que viene. Queremos que se mantengan tradiciones como esta”, explica Benito del Río, quien lleva años acudiendo a San Lorenzo en esta fecha. Su esposa, María Díaz, asegura que para ella es apenas el segundo martes 13 que participa, pero lo vive con intensidad: “Pedimos por salud, pero más que por la nuestra por la de la familia”, dice, mientras busca con la mirada al pequeño. Inma Jiménez, una joven universitaria, visita la iglesia por primera vez en esta fecha. “Ayer me lo comentó mi madre y hemos decidido venir antes de clase para pedir suerte en los exámenes. No vamos mal, pero por si acaso...”, dice entre risas, junto a su amiga. Otro joven, José Toledano, también se ha acercado antes de entrar a clase. Aunque no revela su petición, deja entrever: “Voy con una mochila, así que te lo puedes imaginar”, comenta con una sonrisa nerviosa. Fe, deseo y esperanza en San Lorenzo este martes 13. / Víctor Castro Los más jóvenes piden por el futuro inmediato; los mayores, en cambio, por la salud de sus familias. Araceli Pineda, de unos 70 años, lo resume con claridad: “Pido salud para todos y trabajo para los jóvenes, porque sin trabajo no hay futuro en este país”, afirma con firmeza. Ella acude cada martes 13 desde que era joven, y la Virgen de los Remedios tiene un lugar especial en su vida: “Mira qué bonita es”, dice, mientras muestra orgullosa una imagen de la Virgen en el fondo de pantalla de su móvil. Para otros, como Antonia Pineda, el significado es más íntimo: “Más que pedir, vengo a recordar a mi madre. Siempre veníamos juntas”, comenta con la emoción contenida. Una conexión familiar En un banco apartado, un hombre de edad avanzada reza en silencio. Lo hace con la cabeza apoyada sobre las manos y estas sobre el banco, en un estado casi de trance. Tras unos minutos, levanta la vista y observa a su alrededor con unos ojos verdes que revelan su pasado. “Mi madre murió un martes 13, hace once años. No pido nada. Solo que ella esté bien arriba”, dice Antonio, mientras una sonrisa suave intenta disimular su emoción. Hasta las 20.30 horas, la iglesia de San Lorenzo seguirá recibiendo fieles. Unos pedirán suerte en los estudios, otros salud o trabajo, y algunos simplemente buscarán consuelo. Pero todos, al mirar a la Virgen de los Remedios, compartirán un mismo deseo: que, a partir de este martes 13, todo vaya a mejor. Suscríbete para seguir leyendo
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