13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
13/05/2025 18:40
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/05/2025 12:39
Falerii Novi fue una ciudad romana fundada en el 241 a.C., situada a unos 50 kilómetros de Roma. REUTERS/Yara Nardi Un grupo de arqueólogos de las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Gante (Bélgica) logró hacer un mapa detallado de una ciudad romana que estuvo enterrada durante siglos, sin tener que hacer ninguna excavación. Los investigadores usaron un radar especial que permite ver lo que hay bajo tierra, una herramienta que puede cambiar la forma en que se estudian las antiguas ciudades del mundo. La ciudad se llama Falerii Novi. Fue construida por los romanos en el año 241 antes de Cristo, a unos 50 kilómetros al norte de lo que hoy es Roma y se encuentra en una zona del valle del río Tíber. El estudio reveló que algunos edificios tenían diseños más complejos que lo habitual en ciudades similares. REUTERS/Yara Nardi A diferencia de otros sitios arqueológicos, Falerii Novi no tiene construcciones modernas encima, por lo que no se consideraba posible estudiarla sin romper nada. Aunque se sabía que el lugar existía y ya había sido analizado desde hace años, nunca se había excavado por completo. La ciudad tenía aproximadamente la mitad del tamaño de Pompeya y se cree que fue abandonada cuando empezó a decaer el poder romano, posiblemente en los primeros siglos de la Edad Media. Qué tecnología usaron para “ver” la ciudad enterrada La herramienta que usaron los investigadores se llama radar de penetración de tierra o GPR. Funciona de forma parecida a un radar común: emite señales de radio hacia el suelo, esas señales rebotan cuando encuentran algo y luego regresan al aparato. Al analizar esos rebotes, se puede saber qué hay enterrado y a qué profundidad se encuentra. En este caso, los científicos colocaron el radar en un vehículo tipo quad, que recorrió el terreno arrastrando el equipo. En total cubrieron más de 30 hectáreas, tomando una medición cada 12.5 centímetros. El estudio se realizó remolcando un radar de penetración de tierra con un vehículo ligero, que recorrió el sitio tomando miles de mediciones del subsuelo. Frank Vermeulen/Handout via REUTERS Según Martin Millett, investigador de la Universidad de Cambridge, la ventaja de esta versión avanzada del radar es que “puede tomar muchas lecturas muy seguidas, lo que da imágenes con una resolución muy alta de lo que está bajo el suelo”. Qué encontraron bajo tierra Gracias a esas mediciones, pudieron reconstruir con precisión el trazado de toda la ciudad. Detectaron: Unas termas (baños públicos) con una piscina conectada a una red de tuberías. Un mercado. Un templo. Un monumento conmemorativo cerca de una de las puertas de la ciudad, formado por dos grandes estructuras enfrentadas y un pasillo cubierto con columnas, llamado porticus duplex. Varios estratos (capas de tierra) que muestran cómo fue cambiando la ciudad a lo largo del tiempo. Edificios que no siguen un diseño uniforme, algo diferente a lo que suele verse en otras ciudades romanas como Pompeya. El trazado de termas, un templo y un mercado pudo reconstruirse sin intervención directa sobre el terreno. L. Verdonck/Handout via REUTERS También descubrieron que algunos materiales usados en las construcciones de la ciudad romana fueron reciclados en épocas posteriores, posiblemente cuando ya había sido abandonada. Por qué esto podría cambiar la arqueología Este tipo de radar no es nuevo, pero hasta ahora no se había usado a este nivel de detalle para mapear una ciudad entera. Para Martin Millett, esto podría impactar la forma en que los arqueólogos trabajan por el nivel de detalle que se obtuvo a través de la herramienta. Hasta ahora, para estudiar una ciudad enterrada era necesario excavar, lo cual lleva mucho tiempo, cuesta dinero y, en algunos casos, no se puede hacer si hay construcciones modernas encima. Con esta tecnología, se podrían investigar muchos más sitios sin tener que mover tierra. Los mismos investigadores ya habían usado el GPR en otras ciudades romanas más pequeñas, como Interamna Lirenas, en Italia, y Aldborough, en Reino Unido. Ahora creen que podrían aplicarlo en ciudades más grandes, como Mileto, en Turquía, o Nicópolis, en Grecia. El sistema GPR emite señales de radio que rebotan en objetos bajo tierra, revelando su forma y profundidad. Frank Vermeulen/Handout via REUTERS El siguiente paso Aunque el GPR ha dado buenos resultados, todavía hay desafíos. Procesar todos los datos lleva mucho tiempo: se necesitan unas 20 horas de trabajo por cada hectárea de terreno. Por eso, uno de los objetivos a futuro es automatizar ese análisis para que se puedan estudiar más ciudades en menos tiempo. El estudio fue publicado en la revista científica Antiquity. Sus autores creen que esto solo es el comienzo de una nueva etapa en la arqueología, en la que será posible conocer muchas ciudades antiguas sin necesidad de excavar.
Ver noticia original