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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 13/05/2025 09:41
La organización Greenpeace informó que los más recientes incendios forestales en la Patagonia, que arrasaron entre octubre de 2024 y marzo de 2025 más de 30.000 hectáreas de bosque, fueron los peores en la región en tres décadas. De acuerdo al informe, las provincias de Neuquén (11.782 hectáreas), Río Negro (10.218) y Chubut (9.722) fueron las más afectadas en la zona, que suele sufrir incendios forestales en los meses de más calor del año. Los incendios del último verano superaron ampliamente en impacto los de un año atrás, cuando entre octubre de 2023 y marzo de 2024 se habían quemado unas 8.000 hectáreas de bosques patagónicos. “Estamos hablando de bosques que con suerte pueden tardar 200 años en recuperarse, en los casos en los que se pueda recuperar”, advirtió el coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace Argentina, Hernán Giardini, en una rueda de prensa. Un informe difundido este lunes por la organización remarcó que, a diferencia de otros ecosistemas en Argentina, donde la principal causa de pérdida de bosques es la actividad agropecuaria, los bosques patagónicos se pierden a causa de incendios y, en menor medida, a desmontes por urbanizaciones y la introducción de especies arbóreas exóticas. “Algo que hay que abordar de manera urgente es la erradicación de los pinos exóticos, que conviven con viviendas cercanas y son mucho más proclives a expandir el fuego rápidamente. También en la recuperación del bosque, porque es una especie que coloniza rápido, ya que el pino le gana al bosque nativo en el posincendio”, explicó Giardini. La superficie aproximada total de bosque patagónico es de tres millones de hectáreas y las pérdidas por fuego son un golpe a las últimas reservas mundiales de bosques templados con poca alteración antrópica, siendo uno de los biomas argentinos mejor conservados, según Greenpeace. Datos oficiales contabilizaron que entre 2001 y 2023 la pérdida fue de 115.140 hectáreas, el equivalente a la superficie de la Ciudad de Buenos Aires. El 95% fue producto de causas humanas, pero Giardini matizó que “muchos (incendios) tienen que ver con accidentes o negligencias” como fogatas en zonas prohibidas o colillas de cigarrillo mal apagadas. “Y cuando se suman condiciones climáticas particulares como los periodos de sequías, temperaturas muy elevadas y baja humedad, junto al viento se pueden generar incendios de grandes magnitudes”, agregó. El último verano, el Gobierno de Javier Milei denunció que los incendios fueron intencionales y desestimó factores vinculados al cambio climático. “El consenso científico viene alertando sobre la emergencia climática y de biodiversidad en la que nos encontramos. En ese sentido, continuar con la destrucción de bosques significa más cambio climático, desaparición de especies, inundaciones, desertificación, desalojos de comunidades campesinas e indígenas, enfermedades y pérdida de alimentos, maderas y medicinas”, indicó la ONG en su informe. Greenpeace instó además a incluir penas judiciales por la destrucción forestal y la creación de fiscalías especializadas en medio ambiente que puedan investigar las causas y el origen de los incendios, ya que en la actualidad solo existen multas económicas que no resultan efectivas. Javier Grosfeld, biólogo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) explicó durante la rueda de prensa de este lunes que los grandes incendios forestales de al menos 500 hectáreas se están volviendo cada vez más frecuentes y superan la capacidad de contención. “Los incendios forestales de nueva generación superan la capacidad de respuesta de los equipos del manejo del fuego”, mencionó y advirtió que es posible que los incendios en la Patagonia lleguen incluso a las principales ciudades de la zona, aunque por el momento solo han afectado a asentamientos y pequeñas localidades.
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