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Parana » Inventario22
Fecha: 13/05/2025 09:03
Crece la bronca en los trabajadores petroleros por la ausencia de convocatoria a paritarias en yacimientos. En contrapartida, los directores de YFP perciben un aumento de casi un 400% en sus salarios. Los gremios ya pusieron el grito en el cielo y podrían activar medidas en caso de haber respuestas a la brevedad. Ni la Secretaría de Trabajo ni las cámaras empresarias dieron señales y la situación de complejiza. Los empresarios mantienen una deuda con los trabajadores petroleros en relación al cierre del período paritario 2024 / 2025 que culminó en marzo y que los sindicatos exigen resolver previo al comienzo de las negociaciones del nuevo período iniciado en abril. En paralelo, crece la preocupación por las pérdidas de puertos de trabajo en la actividad. En Vaca Muerta se registraron 700 cesantías, atrasos en el pago de sueldos y salarios fraccionados, en un contexto de actividad récord. Mientras los trabajadores pelean por la convocatoria a paritarias, los directivos de YPF transitan los días con salarios que superan los $70 millones, tras aprobarse un alza de honorario de casi 400%. Yendo a los números, en 2024 la asamblea de accionistas de YPF aprobó por mayoría absoluta que los directores de la petrolera cobren un total de honorarios por $10.189 millones, es decir, casi cinco veces más que el año previo. En términos porcentuales, se trata de un 388% de aumento. Ese monto se distribuyó entre los 12 directores titulares, determinando que cada uno percibiría $70 millones mensuales, informó Mundo Gremial. Entre tanto revuelo y pedidos de los gremios, resultó llamativo el silencio de uno de los actores del sector sindical: el secretario general de los petroleros de Chubut y actual diputado nacional, Jorge «Loma» Avila, que aún no se ha expresado sobre el complejo panorama paritario de los trabajadores. El tesorero de Ávila es el actual director de YPF por el sector obrero. Comercio El caso testigo de la intervención de las paritarias para que no haya aumentos superiores al 1% es la de comercio, la mesa salarial más grande de la actividad privada. Hay 1,2 millones de trabajadores afectados que hoy no pueden cobrar su aumento en una actividad de salarios muy bajos por decisión exclusiva del gobierno libertario. Una intervención que, además, intenta domesticar no sólo a esa actividad, sino al resto de los gremios y, sobre todo, a los empresarios, en medio de la evidencia de que la plata cada vez alcanza para menos, expuso Página 12. En las últimas horas, con un acuerdo ya cerrado hace más de dos semanas y una suba superior al 5,4 por ciento, el Gobierno convocó por segunda vez a la Federación de Empleados de Comercio (Faecys) y a la Cámara de Comercio (CAC) para que tumben ese porcentaje y acuerden un aumento menor. Eso, que ya había sido rechazado por las partes la semana pasada, detonó el nexo entre el gremio y los privados y dejó al Gobierno expuesto interveniendo de manera directa en un acuerdo entre privados. Justo cuando, en campaña, el Presidente había garantizado paritarias libres. Este lunes, en medio de una confusión pocas veces vista, la Faecys, con Armando Cavallieri al frente, aseguró que las empresas van a pagar los aumentos. Por medio de un comunicado precisaron que "gracias a su diálogo responsable con las cámaras empresarias del sector (CAC, CAME y UDECA), y en reconocimiento a la validez del acuerdo firmado paritario firmado, correspondiente al trimestre abril-junio, los supermercados y comercios se comprometieron a abonar durante la corriente semana los incrementos salariales previstos". El problema es que esas cámaras son una parte. Fuentes del sector supermercadista, la otra parte clave, dijeron que "a fin de tomar en consideración a nuestros trabajadores se pagará un adelanto de sueldo que no implica reconocer la paritaria que el gobierno ha llamado a renegociar". Es decir, el sector que tiene -sumando a los mayoristas y los hipermercados- a un tercio de los trabajadores totales, se niega a pagar no porque el acuerdo no esté firmado, sino porque el Gobierno de Milei no lo homologa, es decir, no lo aprueba. (APFDigital)
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