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» Amanecer
Fecha: 12/05/2025 17:22
Un nuevo hecho de inseguridad golpeó a la comunidad educativa de la Escuela Nº848 “Domingo Faustino Sarmiento” de Reconquista, donde delincuentes ingresaron durante el fin de semana causando destrozos y robos en distintas áreas del establecimiento. La situación generó profunda angustia e indignación entre los docentes y autoridades del colegio. Gabriela Cuaranta, maestra de primer grado, expresó con gran pesar lo sucedido: «Ingresaron rompiendo la ventana de vidrio, revisaron todos los armarios, tocaron las herramientas, materiales, elementos escolares con los cuales trabajamos con los chicos. Duele, porque es el trabajo de uno, ponemos de nuestro dinero para educar con amor, paciencia, contención, y que vengan a dañar a la escuela duele muchísimo». La docente remarcó la inversión constante que realizan los maestros con recursos propios para mejorar el entorno educativo de los niños, y lamentó la falta de colaboración oficial: «Este año pintamos las aulas con ayuda de los padres. Del gobierno no vino nada. Nadie nos regala nada. Siempre atacan las escuelas, y eso genera impotencia. Nosotros enseñamos que esto no se hace, que no se roba, que no se daña, y sin embargo, los lugares que deberían ser sagrados para la comunidad, como las escuelas, son vulnerados una y otra vez». Por su parte, la vicedirectora Sonia Ramírez informó a Radio Amanecer que este no es un hecho aislado: «No es la primera vez que ingresan, siempre nos causan gran daño. Todo el tiempo estamos invirtiendo con plata de los docentes y de la cooperadora. Duele que entren y destruyan un espacio donde se brinda educación, cariño y contención». Los intrusos forzaron ventanas y puertas, dañaron aberturas de sectores como la secretaría y el comedor, aunque no lograron ingresar a todos ellos. También provocaron destrozos en los baños. El ingreso fue por el único salón sin rejas, situación que la escuela ya planea remediar. «Parece más una cárcel que una escuela», comentaron con tristeza desde el equipo directivo, ante la necesidad de reforzar medidas de seguridad que nunca deberían ser necesarias en un espacio de enseñanza. La denuncia fue realizada y la policía ya intervino para relevar huellas y avanzar en la investigación. Sin embargo, el daño ya está hecho. Más allá de los elementos robados, el ataque a una institución educativa representa una herida profunda a una comunidad que, pese a las adversidades, sigue apostando por la educación como herramienta de transformación.
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