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  • 'The Sleeper', el documental sobre el Caravaggio perdido que apareció en una casa de subastas de Madrid

    » Diario Cordoba

    Fecha: 12/05/2025 11:33

    A mediados de marzo de 2021, la imagen de una pintura de un Ecce Homo recién aparecido en Madrid empezó a circular por whatsapp. El cuadro figuraba en el catálogo online de la casa de subastas madrileña Ansorena, y quienes lo reenviaban eran marchantes de arte, coleccionistas o expertos que sospechaban que se pudiese tratar de una obra de Caravaggio que llevaba mucho tiempo perdida. En unas horas, la imagen ya había dado la vuelta al mundo, y el proceso que desencadenó aquella súbita aparición de un sleeper, una de esas joyas de la historia del arte que permanecen ocultas, 'durmientes' a la espera de que alguien las identifique y las saque a la luz, y de paso al mercado, se convirtió en una historia de película que ahora llega a las pantallas en un documental que se llama precisamente así, The Sleeper. El Caravaggio Perdido, y que ha dirigido un veterano del género como Álvaro Longoria. "No se sabe quien mandó ese primer mensaje. Hay mucha gente me ha dicho 'Yo fui el primero'. Cuando estrenamos la película en Roma, hubo un tipo que vino y me echó una bronca monumental. '¿Cómo es que yo no he salido? Soy quien descubrió el cuadro'. Yo no tenía ni idea de quién era... " cuenta Longoria divertido a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en una librería madrileña. Él cree que quien dio la voz de alarma debió ser un experto revisando el catálogo de la casa de subastas. Si hubiese sido un marchante no lo habría mandado, para poder hacerse directamente con la preciada pieza. Álvaro Longoria, en la librería Ocho y medio de Madrid. / ALBA VIGARAY Hacía tiempo que el director, que tiene un Goya por su primer documental, Hijos de las nubes. La última colonia (2012), y que como productor es uno de los fundadores de Morena Films, quería hacer una película sobre los entresijos del mercado del arte. Conoce desde hace años a Jorge Coll, anticuario catalán que está al frente de Colnaghi, una importante galería de arte especializada en obras de los grandes maestros con sedes en diferentes ciudades del mundo. Él era su puerta de entrada a ese mundo de marchantes y obras de arte que dan la vuelta al mundo. Longoria tiene además un antepasado pintor, el valenciano Ignacio Pinazo. Todo ese universo siempre le ha fascinado, confiesa. De la noticia de la aparición del supuesto Caravaggio en Ansorena se enteró por el escritor Javier Moro, emparentado en el pasado con la familia Pérez de Castro, quienes lo tenían desde hacía generaciones creyendo que podía ser obra de un discípulo de la escuela de Ribera, y que ahora lo querían vender. El precio de salida, apenas 1.500 euros. Longoria llamó a Coll, le preguntó si se había enterado y éste le contó no solo que lo sabía, sino que el asunto lo estaba llevando él. A partir de ese momento, el director y su equipo se 'empotraron' con el personal de la galería y eso les permitió incorporarse a la historia desde el principio, con un acceso mucho mejor que el que conseguía la prensa, donde ya se estaba hablando bastante del asunto. Jorge Coll es el personaje con el que seguimos la epopeya del Caravaggio perdido y reaparecido. Cuando el gobierno español y el de la Comunidad de Madrid, enterados de la aparición del cuadro, lo convierten en Bien de Interés Cultural (BIC) y con ello se prohibe que salga de España, retirándolo de la subasta, Coll es quien primero negocia con Ansorena hablar directamente con la familia. Se convertirá en su representante y se ocupará de gestionar todo ese proceso que consiste en la atribución (confirmar con expertos que realmente se trata de un Caravaggi, la restauración y finalmente la venta. Jorge Coll (izda.) y Jaime Mato, responsables respectivamente de Colonaghi y Ansorena. / Cedida Pero a lo largo de todo ese recorrido van apareciendo situaciones y personajes que dan cuenta de lo complejos que son procedimientos como este y que acaban convirtiendo el documental en un thriller. La primera es la pugna por hacerse con el cuadro en cuanto la noticia sale a la luz. Marchantes de diferentes países, algunos de los cuales han aceptado salir en la película, aterrizan enseguida en Madrid ("como hienas", lo describirá uno de los participantes en el documental) proponiendo cifras astronómicas: uno de los primeros, italiano, ofrece directamente 20 millones de euros, lo que después no será tanto si se compara con los 300 que podría haber alcanzado. También protagonistas son quienes deben decir si esta es o no es una obra del maestro renacentista, y si se trata del Ecce Homo que llevaba tanto tiempo desaparecido. En un museo de Génova hay uno expuesto que se identifica como tal, pero siempre ha despertado muchas dudas. Varios expertos italianos y uno estadounidense, máximas autoridades en Caravaggio, viajan a España para ver el cuadro en directo y hacer su valoración. Concluyen que sí, pero no todos están 100% seguros. Surge el debate de si esos expertos, académicos con salarios 'normales', no podrían estar tentados de hacer un diagnóstico determinado a cambio de dinero. "El experto cobra 3.000 euros y el cuadro puede valer 300 millones, así que hay bastante espacio para la corrupción o para la manipulación", dice Longoria, aunque parece bastante conforme con lo que decidieron. "El cuadro es tan importante que si no fuese verdadero habría mucha gente que se ocuparía de decir que no es". Otro acceso privilegiado que ha tenido el equipo de la película ha sido el de la restauración. Vemos cómo dos restauradores llegan de Florencia para ocuparse de ese proceso en Madrid y las cámaras se cuelan en esos talleres que normalmente son atmósferas controladas en las que es dificil entrar. Que el trabajo lo hiceran esos expertos italianos y no el equipo de un museo español abrió otro debate que todavía colea. "¿Por qué no lo hizo el Museo de Prado, que era el comprador natural?", se pregunta Longoria. La venta del cuadro en 2023 pilló al gobierno en funciones, con los presupuestos prorrogados y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, de salida. Aún así, cree que el hecho de que "este cuadro no haya acabado en manos del Prado, es algo que no se entiende. O yo al menos no lo entiendo. ¿Cómo es posible que se nos haya escapado?". Trabajo de restauración del Caravaggio. / Cedida Al final, el Caravaggio termina expuesto en el museo madrileño, pero solamente porque su comprador, al parecer un ciudadano británico con residencia en España cuyo nombre se desconoce (Longoria sí lo sabe, pero no lo puede desvelar), lo cede temporalmente para que así sea. Tampoco se sabe exactamente cuánto pagó por él, aunque se ha hablado de entre 35 y 40 millones de euros. Con la salida bloqueada a otros países por su declaración como BIC, la cifra baja respecto a las expectativas iniciales, y en la película vemos cómo a la familia que vende el cuadro eso no le sienta nada bien. A día de hoy, España e Italia son de los pocos países europeos que mantienen esta política, que otros como Francia o Alemania han eliminado. "Es una cosa que va contra la naturaleza de la Unión Europea", dice Álvaro Longoria, que no encuentra sentido a que siga siendo así. Después de haber rodado este documental, el director tiene claro que el del arte de este nivel es un mercado lleno de claroscuros. "Hay mucha opacidad. Nadie te cuenta de verdad lo que está pasando, se gana tanto dinero que a nadie le interesa que se conozca más. Cuanto más opaco sea más dinero se gana". Es además un mercado elitista en extremo, como se puede ver cuando en la película Coll dice que "la mejor forma de vender este cuadro es no ofrecerlo". "Para alguien que está dispuesto a invertir tantísimo dinero tiene que ser muy exclusivo", apunta Longoria. ¿Quedan muchos sleepers sueltos por el mundo? "Hay muchísimos. Lo que pasa es que en el 90% de los casos no son claros. El problema es la atribución", dice el director. Pone el ejemplo del Salvator Mundi de Da Vinci, el más caro que se ha vendido nunca, por 450 millones, y del que dicen que es falso. Pero cree que internet y las redes sociales han cambiado bastante las cosas. "Antes había mucha diferencia entre alguien que sabía mucho y alguien que no sabía nada. Un anticuario iba a casa de una abuela que no sabía ni lo que tenía veía y se llevaba un cuadro muy valioso por 10.000 pesetas. Eso ha pasado mucho. Con zurbaranes incluso. Ahora es más difícil, porque hay más más movilidad en la información". La de aquel célebre whatsapp que dio la vuelta al mundo lo demuestra. Después de su paso por cines, a donde llega el 13 de mayo, The Sleeper. El Caravaggio Perdido podrá verse en las plataformas RTVE Play y CaixaForum+, que han participado en la producción de la película.

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