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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 11/05/2025 17:27
Existen sobradas razones para considerar a Juan Balsechi el principal dirigente sindical y cooperativista de la historia de Concepción del Uruguay. Sin embargo, lamentablemente no existe en esta ciudad ninguna calle ni espacio público que recuerde su nombre. Elisa Balsechi señala que “a partir del fracaso de una huelga de panaderos, se creó en 1918, en Concepción del Uruguay, la primera cooperativa de autoconsumo para beneficio de los hogares de trabajadores. Dicha entidad surgió con el nombre de El Despertar del Obrero. El accionar concreto de la misma perduró hasta la década de los ’80. Fue el pilar inicial donde dos años más tarde se asentaría la Unión Obrera Departamental de Concepción del Uruguay”. Juan Balsechi estuvo entre los fundadores de aquella organización pionera, que llegó a contar con 35 sucursales en la ciudad y más de 20 en la región. El Despertar del Obrero actuó como el germen a partir del cual nacieron otras entidades dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores: la biblioteca Sembrando flores, la Cooperativa Gráfica La Impresora, el periódico El Despertar, la Cooperativa de Crédito La Obrera, una escuela para obreros, grupos de teatro, una comparsa, equipos deportivos, etc. El poeta Jorge Enrique Martí hace una cálida semblanza de Balsechi, recordando que fue socio activo y generoso benefactor de la Asociación Educacionista La Fraternidad: “La primera visión se refiere a la acogida solidaria y comprensiva que siempre brindó a los confraternos suspendidos transitoriamente del internado por aplicación de normas disciplinarias que todos conocíamos. En esas instancias se abrían generosas las puertas de El Despertar del Obrero, que brindaba techo y manutención. ¿Cuántos recuerdos quedaron en tantos fraternales que vivieron aquella experiencia? La otra también valiosísima actitud de don Juan Balsechi ocurrió en años económicamente muy difíciles para La Frater, que debió hacer grandes esfuerzos para cumplir su filantrópica misión de asistir a los jóvenes “ricos de inteligencia e indigentes de fortuna”, cuando se habían cortado las becas nacionales y provinciales, como había sucedido en 1877. Entonces éramos alrededor de 160 internos, a los que se sumaba el personal, al que se brindaban también desayuno, colación y las dos comidas diarias de almuerzo y cena. Entre los abastecedores figuraba El Despertar del Obrero, con sus clásicos canastos de pan fresquito y tibio como una caricia materna. Que nunca nos faltó. Se acumulaban las facturas impagas hasta sumar un par de años, sin que jamás se hiciera un reclamo ni dejara de faltar para los fraternales la provisión de ese alimento fundamental”. Si bien Balsechi no se afilió nunca a ningún partido, no por ello dejó de comprometerse en causas políticas, y no vaciló en compartir ámbitos de participación con otros sectores con los que seguramente tenía diferencias, pero también algunas coincidencias, de esas que suelen definir las contradicciones fundamentales. Alejandro Bernasconi nos recuerda que “en 1935 se registra una intensa actividad política de grupos antifascistas, de la que participan sectores del radicalismo, del socialismo, la Unión Obrera Departamental, el centro de estudiantes del Colegio del Uruguay y referentes de la comunidad judía. También en la ciudad se forman grupos de apoyo a los republicanos españoles”. Celomar Argachá y Orlando Busiello, al referirse a las reacciones frente al fascismo, señalan que en 1935, “para fines de mayo, se constituyó el Comité Antifascista de Concepción del Uruguay. El 31 de mayo de 1935, el diario Los Principios daba cuenta de la enorme concurrencia que el miércoles 29 se había dado cita en las instalaciones de la Asociación de Trabajadores del Estado para dar vida a la citada entidad antifascista”. El periódico informaba que, en la ocasión, “se dio comienzo a un amplio debate para aunar ideas a los efectos de la mejor forma de combatir al enemigo común. Intervinieron con frecuencia en la discusión los señores: doctor Héctor Sauret, Juan Balsechi, A. Pereyra, doctor Juan Lacava… etc.” La solidaridad con la República Española tampoco estuvo ausente en el accionar de Balsechi y sus compañeros. Los autores citados señalan que “en febrero de 1937 un grupo de españoles, vecinos de Concepción del Uruguay, junto a otros simpatizantes de la República, decidieron conformar una comisión de apoyo, sumándose a la ya existente en Paraná, siendo pioneras en la provincia de Entre Ríos en esta cruzada solidaria”. El 22 de febrero de 1937 Los Principios informó que “gran cantidad de simpatizantes se reunió ayer en el restaurant Comas para designar la comisión directiva de la filial local de Amigos de la República”. Balsechi integró dicha comisión. Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, la actividad de estos grupos antifascistas no cesó. El 14 de junio de 1940, Juan Balsechi estuvo entre los oradores en un acto en el cine Rex, junto a Isidoro Neyra y Delio Panizza, entre otros. El diario La Juventud informó que en esa ocasión quedaría constituida una organización denominada Acción Democrática Argentina. Rodolfo Leyes narra el episodio de la detención y posterior liberación de Balsechi por parte del gobierno nacional en 1943, en el contexto de la campaña previa a las elecciones que ganaría el radicalismo con la candidatura a gobernador de Eduardo Laurencena, con el poco conocido apoyo de sectores del sindicalismo: “Finalmente, el día 18 de marzo fue liberado por pedido del ministro del Interior. Sin embargo, Balsechi no terminaría su día sin más: se dirigió al acto de cierre de campaña de los radicales, compartiendo el escenario con los popes del radicalismo presentes, como era el caso del senador Isidoro Neyra, el diputado de la provincia Fermín Garay (candidato a vicegobernador), y los militantes radicales doctor Juan José Bruno, doctor José Tamborini…” En marzo de 1943, tras décadas de política anti-partidaria, aparece una propaganda electoral en el órgano de la Unión Obrera de la Provincia de Entre Ríos: “Por el libre desenvolvimiento de los derechos sindicales, todos los hombres libres y los trabajadores conscientes cumplan con el deber de votar la fórmula de la libertad y la democracia: LAURENCENA-GARAY”. Leyes evalúa que “se había cerrado definitivamente una época de negarse al posicionamiento político-electoral, y los sindicalistas puros se volcaron sin demasiado pudor a favor de los radicales”. A pocos días del golpe de 1943, Balsechi fue detenido y liberado tras 24 días; Argachá y Busiello narran que en 1944 “es apresado en Villaguay el exdiputado radical Isidoro Neyra… También fueron arrestados los dirigentes obreros Juan Balsechi, Alberto Gargano y Eduardo Pereyra, y dejados en libertad después de 15 días de estar encarcelados”. Pero a Balsechi lo esperaba el destierro en Paysandú. Volvió a Concepción del Uruguay en 1951. Murió en 1968. Había nacido el 26 de julio de 1897 en Rosario del Tala. Fuentes: Argachá, Celomar José, y Orlando Busiello. Nazismo y otros extremismos en Entre Ríos. Concepción del Uruguay, 2013. Balsechi, Elisa Dolores. «El Despertar del Obrero, refugio de desamparados.» Acta Académica. 2005. https://cdsa.aacademica.org/000-006/575.pdf Leyes, Rodolfo. «Sindicatos de izquierda: obreros radicales. Reformismo y convivencia en una alianza de beneficios mutuos, 1926-1946.» Acta Académica. 2017. https://cdsa.aacademica.org/000-019/392.pdf Martí, Jorge Enrique. «Recuerdo fraternal de don Juan Balsechi.» Fraternales. 2007. https://centromaxit.blogspot.com/2007/12/recuerdo-fraternal-de-don-juan-balsechi.html
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