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» Diario Cordoba
Fecha: 10/05/2025 07:54
Sereno, pragmático y contundente. Josep Borrell (Puebla de Segur, Lérida, 24 de abril de 1947), recogió este viernes en el Monasterio de Yuste (Cáceres) de manos del Rey Felipe el premio europeo Carlos V por su trayectoria al frente de instituciones europeas, pero, sobre todo, por su vocación, inalterada, de europeísta convencido. Una Europa nacida para la paz, cuya supervivencia se ve amenazada por el nuevo orden internacional. -Sin duda la concesión del Premio Europeo Carlos V es un buen colofón para su trayectoria europea al frente del parlamento y, sobre todo, como jefe de la diplomacia de la UE, pero ¿tiene algún significado especial añadido? -Pocas cosas podrían haber tenido mayor trascendencia para mí. En primer lugar, porque Carlos V es una figura históricamente muy relevante; siempre me he sentido fascinado por la historia de este hombre que fue emperador y ermitaño, las dos cosas. Por el sitio donde se hace entrega, el monasterio de Yuste, extraordinariamente hermoso y cargado de significado. Hay que tener en cuenta que la fundación Yuste no es solo europea, lo es también latinoamericana y yo tengo muchas muchos vínculos con América Latina. Y para entender bien quién fue y lo que representó Carlos V, hay que leer las cartas que le mandaba Pedro de Valdivia desde Chile. En la frontera austral, a decenas de miles de kilómetros de España, había un extremeño que mandaba cartas al emperador, que milagrosamente llegaban y volvían de América, lo que da una idea de lo que significó ese momento histórico para el país. -¿Cree capaz a la Unión Europea de recuperar un papel de protagonismo a nivel internacional, con un discurso único en medio de un mundo absolutamente polarizado y dominado por los movimientos populistas de extrema derecha? - Es obvio que el mundo de hoy no es aquel en el que estábamos acostumbrados a vivir: un mundo caracterizado por la paz, la democracia, las relaciones comerciales... El de hoy es un mundo dominado más bien por lo contrario: por el populismo, el proteccionismo, la guerra...Europa no estaba acostumbrada a esto y nos toca enfrentarnos a la nueva realidad. Hasta ahora nosotros hacíamos al mundo y ahora es el mundo el que nos hace a nosotros. -El año pasado, en Yuste se premió a Mario Draghi, muy poco antes de que presentara su informe sobre el futuro económico de Europa, con conclusiones duras y contundentes. ¿Estamos a tiempo de revertir el proceso? - Debemos tener conciencia de que el mundo se ha desoccidentalizado. Somos una potencia económica, pero no lo somos desde el punto de vista tecnológico, ni militar, ni siquiera demográfico. El resto nos mira como lo que somos: una población que disminuye y envejece, que ha perdido la iniciativa en el frente tecnológico. El mundo hoy está hecho por la rivalidad tecnológica chino-americana, por la invasión rusa en Ucrania y por el factor disruptivo que representa el presidente Trump. Debemos afrontar esos retos y ser conscientes, a la vez, de nuestro potencial, que es muy grande, porque somos la mejor combinación que en el mundo de libertad política, prosperidad económica y cohesión social. Sin querer dar lecciones a nadie, somos la mejor combinación de esas tres cosas. Pero, al mismo tiempo, tenemos grandes debilidades. La defensiva es una de ellas. Hoy en día, desgraciadamente, no hay paz sin capacidades defensivas. Y las hemos hecho construir porque no las tenemos. Europa es un proyecto de paz, lo fue desde el principio, la paz entre nosotros, los europeos, por supuesto, que es un milagro. De lo que ahora se trata es de ver de qué manera podemos contribuir a la paz y a la estabilidad en el mundo. Eso no se hace solo con buenas palabras. La globalización ha dejado muchos perdedores. Existe un resentimiento de aquellos que se han quedado sin empleo o que han visto disminuidos sus salarios, empeorar sus condiciones de trabajo. La inmigración asusta porque se percibe como un fenómeno desordenado. Y esos miedos se explotan ofreciendo falsas soluciones a problemas que sí existen de verdad -¿Cómo explica que millones de personas voten a personajes como Milei o Trump y lo que representan sus mensajes? -Porque la globalización ha dejado muchos perdedores. Millones de personas han salido de la pobreza. En los países desarrollados algunos han ganado mucho, pero otros muchos han perdido. Existe un resentimiento de aquellos que se han quedado sin empleo o que han visto disminuidos sus salarios, empeorar sus condiciones de trabajo debido a la competencia internacional. La inmigración asusta porque se percibe como un fenómeno desordenado. Y esos miedos se explotan ofreciendo falsas soluciones a problemas que sí existen de verdad. En Europa el problema no es tan grande porque hemos compensado a los perdedores, de alguna manera, a través de la redistribución fiscal y del Estado del Bienestar. En Estados Unidos, a los perdedores nadie les ha compensado. Y el fenómeno Trump es un fenómeno reactivo de los que sienten que sus condiciones de vida no mejoran y que la emigración desordenada pone en peligro su identidad. -Pero también arraigan los populismos en los países europeos, en España, países cuyos jóvenes, que han tenido acceso a la formación que se han formado en esa sociedad igualitaria, del bienestar, abrazan discursos de extrema derecha que recuerdan demasiado a períodos que desembocaron en terribles guerras en suelo europeo. -En Europa existen ahora tres miedos: a la guerra, a la desindustrialización, a la pérdida de capacidad competitiva de la que nos ha alertado Draghi y el miedo a la vuelta a la extrema derecha. Los tres miedos están presentes hoy en toda Europa. Y la vuelta a la extrema derecha responde, una vez más, a la agitación de los temores identitarios por parte de gente que no tiene escrúpulos en presentar las cosas como no son. Desgraciadamente, hoy existen sistemas para distribuir la desinformación. La democracia es un sistema que funciona en base a la información. Con mala información, la democracia es de mala calidad, se asemeja a un motor al que le pones un mal combustible. En Estados Unidos se están poniendo en peligro los pilares de del sistema democrático y empieza a haber miedo a expresarse libremente -¿Teme una regresión en derechos fundamentales, en libertades, en el espíritu mismo de la democracia? -En Estados Unidos ya lo hay, claramente. Se están poniendo en peligro los pilares de del sistema democrático como son la escuela, las universidades, los jueces, los medios de información. Todos están siendo cuestionados y en Estados Unidos empieza a haber miedo a expresarse libremente. -¿Qué opinión le merece la elección del nuevo papa, León XIV, norteamericano que ha realizado labor pastoral en Latinoamérica y próximo a su antecesor? -Es una buena noticia. El mundo necesita que la Iglesia Católica, que sigue siendo una gran fuerza espiritual, esté activa en la defensa de los más débiles. Y en los Estados Unidos de Trump, a quien más se está atacando, es a los más débiles. Lo que peor que ha hecho Trump es suprimir la ayuda al desarrollo. Porque eso es una condena a muerte a centenares de miles de personas. Así de dramático. Es una condena a muerte a los enfermos del sida en África que no tendrán tratamiento, a la gente que no tendrá que comer. Que alguien levante la voz, como hizo el anterior papa (Francisco) con fuerza suficiente para a hacerse oír, resulta muy necesario. La elección de León XIV es una buena noticia. El mundo necesita que la Iglesia Católica, que sigue siendo una gran fuerza espiritual, esté activa en la defensa de los más débiles. Y en los Estados Unidos de Trump, a quien más se está atacando, es a los más débiles -La guerra de Ucrania, el martirio interminable en Gaza, ¿dónde buscar optimismo para encarar el futuro? -El pesimismo y el optimismo no dejan de ser estados de ánimo. Lo importante es el activismo. Lo importante es actuar, hacer, enfrentarse a los problemas, buscarle soluciones. Lo que no podemos es inhibir la acción. En el caso de Gaza, por ejemplo, no basta con condenar lo que ocurre, habría que sancionar a quien hace. No comprendo todavía como Europa es incapaz de tomar una medida contra Israel. Nos limitamos a decir que lo que hace está muy mal, pero no extraemos ninguna consecuencia práctica. Tengo que decir que ahí el gobierno español ha estado muy acertado, ha sido la voz que se ha levantado en Europa y sigue haciéndolo. Y ahora va a llevar el tema a la Asamblea General de Naciones Unidas. Allí todos deberían apoyar al gobierno de España en su posición de defensa del derecho internacional, que está siendo violado por Israel de una manera inaceptable. No comprendo todavía como Europa es incapaz de tomar una medida contra Israel. Nos limitamos a decir que lo que hace está muy mal, pero no extraemos ninguna consecuencia práctica - ¿Y Ucrania? Los europeos, hemos estado unidos hasta ahora frente a la guerra en Ucrania, hemos ayudado a los ucranianos, seguramente tanto o más que los Estados Unidos. Probablemente, gracias a eso, Ucrania ha podido resistir. Pero veremos a ver si, en el caso de que Trump decida abandonar a Ucrania, los europeos seremos capaces de mantener la ayuda en un nivel suficiente. Yo soy un europeísta convencido, pero no soy un ‘eurobeato’ de los que mencionan Europa y hacen cuatro genuflexiones. Porque sé que lo que hemos hecho, aún siendo extraordinariamente importante, no es suficiente - ¿Cómo se imagina la Europa del futuro? - Hasta ahora hemos hecho muchas cosas, pero no las suficientes. Yo soy un europeísta convencido, pero no soy un ‘eurobeato’ de los que mencionan Europa y hacen cuatro genuflexiones. Porque sé que lo que hemos hecho, aún siendo extraordinariamente importante, no es suficiente. Si no avanzamos en la Unión Federal, si no compartimos capacidades defensivas, sino compartimos capacidades fiscales, como hacen los estados federales, Europa no sobrevivirá en el mundo actual.
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