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» Diario Cordoba
Fecha: 09/05/2025 01:25
Debo de ser una de esas personas antiguas, rancias que dice ahora la juventud, que cree que es mejor tener un banco cerquita que no tenerlo. Uno de esos raritos de la vida que afirma que estas cuestiones de las finanzas es mejor tenerlas a tiro que lejos, por la cosa de que el roce hace, ‘glups’, el cariño. Un poner. Que no es que nos vayamos a morir del berrinche, que ya el Gobierno se las compone para hacernos la vida complicada. Pero tanto como decir que hay que ver la decisión de la desaparición de la marca Cajasur «como algo positivo», que es lo que ha declarado el alcalde Bellido, pues como que tampoco. Que la Cajasur que conocimos está muerta y enterrada desde hace quince años, no es necesario que nadie nos lo explique. Nos hacemos una ligera idea, que estábamos allí cuando todo hizo catapún. El centro de poder se encuentra en sus legítimos propietarios, que son las fundaciones de las antiguas cajas vascas, ligadas a las diputaciones forales, ergo territorio PNV para negra. Y estos tienen derecho a ordenar su negocio como mejor le parezca una vez liberados de las cuantiosas ayudas recibidas para reflotar el negocio bancario que se hundió en la etapa de la Iglesia. Porque la marca, convengamos, es lo de menos. Lo importante son los mil y pico empleados largos que quedan en la sociedad que será absorbida por la matriz tras el último recorte pactado con los sindicatos. Lo importante es si va a seguir habiendo fuerza de trabajo de Kutxabank en Córdoba o no. Lo relevante es saber si habrá interlocutores para la economía real que necesita crédito, financiación para los agricultores y cooperativas, capacidad para la concesión de hipotecas a promotores y compradores. Si la planta de oficinas de atención al cliente, que es la que presta el servicio en el territorio, será la misma o no. Teniendo en cuenta que, de Kutxabank sigue dependiendo el Palacio de Viana, lo importante es saber qué planes existen, en el caso de que existan, para los proyectos socioculturales en curso tras decisiones como la venta de la antigua sede de Reyes Católicos, para las iniciativas del tercer sector o para la iglesia de la Magdalena, pongamos por caso. Las preguntas lógicas, obvias, para una marca que es algo más que una marca. Son 23.000 millones de euros en volumen de negocio, cuatro de cada diez euros en depósitos en Córdoba, un tercio largo de las nóminas que se cobran y casi la mitad de las pensiones. Las cuestiones que se harían, pongamos por caso, en el mismo Bilbao de forma legítima esas personas antiguas, rancias, que no entienden de marketing ni de la vida moderna. *Periodista Suscríbete para seguir leyendo
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