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Federal » El Federaense
Fecha: 08/05/2025 17:05
En un momento que quedará grabado en la historia de la Iglesia Católica, el cardenal Dominique Mamberti, un reconocido y discreto diplomático, anunció la elección de Robert Prevost como el nuevo Papa, quien llevará el nombre de León XIV. Este conmovedor anuncio se realizó desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, resonando la famosa frase: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!” (“Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos papa!”). La Tradición del Cónclave El cónclave que eligió a León XIV fue una experiencia cargada de simbolismo y tradición, evocando rituales que se remontan al siglo XV. Este evento atrajo la atención de millones de fieles en todo el mundo, quienes esperaban ansiosos conocer al nuevo líder religioso. Dominique Mamberti: El Mensajero del Vaticano Mamberti, nacido el 7 de marzo de 1952 en Marrakech, Marruecos, ha tenido una larga carrera en el servicio diplomático de la Santa Sede. Ordenado sacerdote en Francia en 1981, Mamberti ha dedicado más de tres décadas a manejar las relaciones internacionales del Vaticano, siendo un experto en temas multilaterales y contribuyendo a la diplomacia global de la Iglesia. Desde su llegada a Roma en 2000, Mamberti ha ocupado diversos roles significativos, incluyendo su nombramiento como nuncio apostólico en diferentes países, y su reciente trabajo como prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica. Se destaca por su relación cercana con el papa Francisco, lo que le ha permitido un papel influyente dentro del clero. Un Cónclave Bajo Estrictas Medidas de Seguridad El inicio del cónclave el 7 de mayo reunió a 133 cardenales electores menores de 80 años en la residencia de Santa Marta. Bajo un riguroso protocolo de aislamiento, las votaciones se llevaron a cabo en la emblemática Capilla Sixtina. Durante este tiempo, los cardenales no pudieron tener contacto con el exterior ni acceder a medios de comunicación, asegurando así la confidencialidad del proceso. Este cónclave tuvo lugar en un ambiente de estricta seguridad, donde incluso el personal auxiliar debía jurar secreto, advirtiendo que cualquier divulgación podría derivar en excomunión. En el transcurso de la jornada, se realizaron varias votaciones hasta que, finalmente, la tarde trajo la esperada fumata blanca, marcando el inicio del papado de León XIV. La elección de Robert Prevost trae consigo la promesa de un liderazgo renovado en la Iglesia Católica, en momentos que demandan un enfoque moderno hacia los variados desafíos globales que enfrenta la comunidad de fieles. Con su vasta experiencia y profundo conocimiento del ámbito religioso y diplomático, el nuevo papa se prepara para asumir un papel crucial en la orientación futura de la Santa Sede.
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