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  • «Yo creo que ahora tenemos una patronal más politizada»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/05/2025 12:06

    -No todo el mundo deja paso a la renovación sin que haya conflicto en la organización. -Estoy de acuerdo, pero, mira, yo soy una persona que siempre ha huido del conflicto. Es la segunda vez que me voy. Cuando estaba de secretario general del MCA (Metal, Construcción, Madera y Afines) también lo dejé, y lo dejé con total tranquilidad. Si piensas que la organización está por encima de las personas y cuando llegas a un punto en el que controlas tanto los espacios que a veces eso te lleva a tener cierta pereza o a acomodarte demasiado y ves que las cosas no avanzan, tienes que dejar paso. Cuesta mucho tomar esa decisión pero creo que es lo más inteligente y lo que mejor se puede hacer por una organización. -¿Cómo calificaría ese tiempo en el que ha estado al frente del sindicato en Córdoba? -Ha sido ilusionante y muy fructífero. Yo creo que UGT ha crecido mucho. Todo eso tengo que agradecerlo, y mucho, a quien me antecedió, Isabel Araque, porque consiguió unir a la casa perfectamente, a las distintas federaciones. Ya no existía conflicto entre ellas, porque esa conflictividad llevaba a que el sindicato no avanzara, como en todas las organizaciones suele pasar, pero aquí eso se corrigió y propició que yo pudiese lanzarme a la calle para hacer el trabajo que tenía que hacer, es decir, ganar peso institucional, peso mediático. Y creo que ha dado su fruto, hemos conseguido que UGT ahora mismo sea un actor imprescindible en la ciudad y eso se ha demostrado. -¿No cree que tanto la ciudad como la provincia han cambiado mucho en este tiempo y muy rápidamente? -Sí, sí. Ha habido avances. Es verdad que a lo mejor no todo lo que se tendría que haber crecido, pero sí se ha visto una evolución positiva y creo que hoy a Córdoba se le abre una ventana enorme. -A eso me refería, a las expectativas que hay puestas en la Base Logística del Ejército de Tierra y en algunos otros proyectos que responden a una demanda sindical de siempre, como era el cambio del sistema productivo de la provincia. -A ver, sé que se van haciendo avances pero no sé si todo lo que se debería hacer. El futuro juzgará, pero sí es cierto que tenemos una oportunidad. No vamos a tener dos y la Base Logística por sí misma, lo he dicho 100 veces y no me cansaré de decirlo, no va a generar empleo. La Base Logística es un elemento tractor para que vengan otras empresas. Las infraestructuras se tienen que mejorar y se hará realidad el eje central ferroviario, porque el Ejército no se va a quedar sin comunicación, eso está claro. Es decir, se van a crear unas condiciones que pueden ser muy atractivas para muchas empresas. Pero, claro, si a esas empresas no vamos a venderles todas las virtudes que va a tener Córdoba, por sí mismas a lo mejor no toman la decisión de venirse. Hay que marcar, bajo mi punto de vista, una estrategia muy decidida, muy clara. Hagamos un poco de comercial y vayamos a esas empresas a contar las ventajas de Córdoba. -Esta semana han salido los datos del paro y los sindicatos indican que hay cosas que mejorar, como la precariedad, la temporalidad, la desigualdad entre sexos... ¿Eso es igual en todas las provincias o es algo exclusivo de Córdoba? -Eso es igual en todas las provincias. Además, es como el día de la marmota, se repite cíclicamente. No salimos de ese ciclo, pero vamos a dar una lectura positiva y es que hay crecimiento. Porque si no hay crecimiento, no aumenta el empleo. Y hay 400 empleos de primera incorporación. La familia, la ciudadanía en general, está teniendo la percepción de contar con un poquito más de poder económico. Y eso lleva a tener confianza en el consumo. Sobre todo, porque lo que primero que se percibe es una sensación de confianza. Y creo que ese es el camino, si continuamos así, seguiremos creciendo. Para eso tendremos que dotar de más solvencia a las familias, porque la carestía de la vida sigue aumentando, esa sí que no para; tenemos que ir por delante de eso, porque lo hemos dicho mil veces, si damos poder adquisitivo, habrá empleo; si no tenemos a quien venderle cosas, difícilmente vamos a generar empleo. -En la última manifestación de los sindicatos, la del día 1 de mayo, insistieron en la subida de la ultraderecha y el neoliberalismo y en el riesgo que supone la posible pérdida de los derechos conquistados. ¿Ve cerca la llegada al poder de esta manera de hacer política? -Espero que no, pero es verdad que hay gente que está jugando con fuego porque está votando opciones que van muy en contra de sus intereses. ¿Que no lo quieren ver? Bueno, piensa que no lo vean. Yo sé que muchas veces es una actitud de rebeldía, sobre todo, en la juventud, porque las cosas no funcionan bien. Yo, a veces, prefiero una situación de catarsis, a ver si las cosas cambian, pero, cuidado, que eso tiene muchos peligros porque esta gente no amaga y cuando llega al poder, hace lo que hace y si no, podemos ver a Trump, o como está pasando en Argentina, con multitud de funcionarios en la calle, trabajadores en peor situación, enriqueciendo a los ricos y empobreciendo a los pobres. Hay que tener cuidado con esto y, sobre todo, con la pérdida de derechos enmascarados en un populismo que puede convencer a corto plazo pero a largo hace un daño tremendo. -Hablaban también estos días de la necesidad de defender la negociación colectiva, ¿ha perdido fuerza esa herramienta de consecución de mejoras? -No, no vemos que se está perdiendo, todo lo contrario. Está mejorando, pero no queremos que haya acomodo. Llegar al acomodo es bastante fácil, se llega rápido. Salir es muy complicado. Hay que estar siempre en tensión, no digo beligerante, digo en tensión, haciendo reivindicaciones lógicas y que no pongan en riesgo la propia empresa. No vamos por ese camino. Pero lo que no podemos llegar es a que la gente tenga la percepción de que se han conseguido cosas y se está funcionando medianamente bien y que podemos bajar el pistón. Eso no se puede hacer. Como hagamos eso, vamos a una trayectoria que no va a ser positiva. -¿Se cumplen los convenios firmados? Porque en algunas actividades no lo parece tanto. -Eso que dices tú es clave. Yo siempre he dicho que a veces negociamos convenios para mejorar cosas cuando resulta que el convenio que se firmó en su día ya las mejoró, pero no se cumplen. No podemos ir sobre algo ficticio, hemos firmado algo que es maravilloso, pero ahora no hay cumplimiento y con eso nos estamos encontrando mucho. - ¿Y está pasando también con el salario mínimo o puede ocurrir con la reducción de la jornada a las 37 horas y media? -No, las 37 horas y media es una cuestión más política que otra cosa, porque prácticamente está implantada ya en este país. Simplemente hay sectores que les va a costar más la implantación. Que, digámoslo claro, empezamos por 38 horas y media el primer año y 37 horas y media el segundo. ¿Qué pasa? Que dicen, oye, es que hay puestos de trabajo que llevarlos a 37 horas y media es muy complicado. Vamos a ver, es que se dan fórmulas. Tenemos el cómputo horario anual. Se puede hacer así, pero que al final hay dos cuestiones aquí. Una de ellas, un reparto de los beneficios, porque es verdad que llevan 40 años con el mismo horario en las empresas y los beneficios sí han ido aumentando. Una forma de hacer un reparto de beneficios es no hacerlo en una cuestión económica, sino en tiempo. Y, luego, hay estudios que avalan que cuando se reduce el horario en el puesto de trabajo, el trabajo es más efectivo. -Hay un tema del que siempre se habla, la siniestralidad laboral, y que es una asignatura pendiente, ¿no? -Es una asignatura pendiente a nivel nacional. No estamos hablando de que Córdoba sea más o menos que otros lugares. Lo que sí está claro es que en un país que se da de que es moderno y avanzado no puede tener la siniestralidad que tiene. -¿No cree que la culpa es un poco de las tres patas que lo sustentan? -Bueno, muchas veces el empresario tiene los medios y nos los aporta; muchas veces el trabajador tiene los medios y no los coge; y muchas veces la administración pudiera tener fórmulas y no las aplica. Yo creo que es un trabajo de esas tres patas. Hay una ley que no es mala. Si la ley tiene deficiencias, vamos a profundizar en ellas. Lo que sí está claro es que la siniestralidad está ahí y no debería ser así. Yo siempre he dicho que en materia de prevención de riesgos laborales tenemos que ser imaginativos y tenemos que ir más allá del texto. Esa es otra de las cosas de las que nos quejamos, pero vamos a hacer autocrítica todos. -La patronal dice que tanto la reducción de la jornada como la subida del SMI van a generar pérdidas y van a provocar más gastos. ¿Piensa que tenemos ahora una patronal más dura que en otros momentos? -Yo creo que tenemos una patronal más politizada. Porque yo decía, de verdad, con la subida del salario mínimo interprofesional lo que os vamos a hacer es un favor porque va a aumentar el consumo, la gente va a tener una percepción de mayores ingresos y eso propicia el aumento del consumo, y, por tanto, las empresas crecen, como se está demostrando. Yo creo que aquí hay que poner un poco las luces más largas. -En Córdoba hay buena relación entre los sindicatos y la patronal, ¿no? -Sí, hay buena relación, lo que pasa es que estamos hablando de una relación institucional. En los centros de trabajo ya hay un poco de todo, pero la relación institucional sí, porque tenemos más encuentros que desencuentros y tenemos más intereses comunes que contrapuestos y eso creo yo que hemos sabido leerlo bien en Córdoba. Los trabajadores no quieren ruido, quieren que los problemas se les solucionen, que mejore su calidad de vida, pero no a base de ruido y no a base de estar en situaciones a veces indeseables o duras. Entonces, si damos tranquilidad a las dos partes, pues mejor. -Y entre los sindicatos, ¿hay buena relación? -Sí. Vuelvo a decir que una cosa es a nivel institucional, ya que, con Comisiones Obreras, en este caso, incluso con los otros sindicados también, aunque quizás menos, porque la relación es bastante menor, pero con CCOO, que es el otro sindicato mayoritario en Córdoba, las relaciones son muy buenas a nivel institucional. -Pero siempre están rivalizando sobre quién es más representativo. -Claro, es que otra cosa es la relación en el tajo. En el tajo sí hay confrontación, porque yo quiero llevarme al delegado o al comité de empresa y ellos también lo quieren, evidentemente. Y ahí, a veces, se llega a situaciones más tensas, más duras. Pero bueno. Yo siempre he pensado que el modelo que hay ahora mismo de representatividad tendría que cambiar. -¿En qué sentido? -En el sentido de que nosotros tenemos un desgaste grandísimo de recursos, enfocado solo a elecciones sindicales. Si no tuviéramos ese desgaste, podríamos dedicar muchos recursos a ayudar mucho más a los trabajadores. La representatividad se puede medir de mil formas. En la patronal, por ejemplo, no se mide por unas elecciones, sino por su afiliación. -Lo que pasa es que hay sectores, como en el campo, en el que medir ese tipo de representatividad es complicado por la eventualidad que tiene, ¿no? -El tema es si se quiere o no buscar otro modelo. Eso es lo más complejo. Si se quiere buscar, seguro que lo encontramos. Lo que pasa es que yo creo que a mucha gente le interesa que estemos metidos en ese jaleo y nos quita de conseguir otros objetivos en los que podríamos estar focalizados. -Pero en eso serían los sindicatos los que tendrían que poner pie en pared, ¿o no depende de vosotros? -Bueno, depende un poco de todo. Al final no deja de ser una cuestión política. Yo tengo claro que este debate se ha abierto más de una vez dentro del seno de la propia UGT. La cosa es que no ves que haya ni siquiera un oído puesto en el otro lado cada vez que se habla de esto. -La ministra de Trabajo dijo hace unos días que la jornada laboral de las 37,5 horas se va a conseguir antes del próximo Primero de Mayo. -No lo sé. Lo que sí me gustaría es que a nivel parlamentario se dejasen de tacticismos e intentásemos que los partidos lleguen a un consenso. Yo sé que hay algunos que tienen intereses contrapuestos a otros. Está quien es progresista y quien no lo es. Pero no hay que tener miedo, creo que es algo positivo. -Para terminar, con la experiencia que tiene, ¿cuáles cree que son los retos del sindicalismo en Córdoba para la próxima década? -Los retos de futuro son muchos, pero, como digo, el cambio del modelo productivo es uno de ellos. El que vaya creciendo económicamente la familia y tenemos una juventud a la que hay que ayudar, porque ahora mismo está sin futuro. Está la mujer y la siniestralidad laboral, que es un absoluto problema, una lacra importantísima. Hay mucho trabajo por delante. Suscríbete para seguir leyendo

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