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» SL24
Fecha: 05/05/2025 14:20
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp La gestión del gobernador Maximiliano Pullaro marca un antes y un después en la relación de San Lorenzo con el gobierno provincial. Luego de cuatro años de abandono, discriminación política y crecimiento de la violencia, hoy la ciudad recibe obras, recursos y atención como nunca antes. Uno de los puntos más visibles de este cambio es el plan de seguridad activa más importante de la historia de San Lorenzo: la instalación de 400 cámaras de videovigilancia con inteligencia artificial para el reconocimiento de patrones delictivos. Este sistema, coordinado con el 911, permite actuar de manera preventiva y efectiva ante situaciones de riesgo. A eso se suma la llegada de nuevos móviles policiales y el refuerzo de la dotación de agentes, algo que contrasta brutalmente con la herencia de la gestión de Omar Perotti, que dejó a San Lorenzo sin un solo patrullero nuevo durante cuatro años y con un 15% menos de efectivos. Una ciudad que fue dejada a su suerte Durante el gobierno de Perotti, la situación en San Lorenzo llegó a un punto límite. Los hechos de inseguridad violenta se triplicaron, con episodios como el intento de asesinato de Brenda Giles, un ataque mafioso cuya investigación quedó estancada por parte del Ministerio Público de la Acusación. Jamás se indagó sobre los autores intelectuales del hecho. Detrás del abandono hubo también una decisión política: la pelea con el senador Armando Traferri se tradujo en un castigo directo a los sanlorencinos. En lugar de acompañar el crecimiento de una ciudad clave para la región, el perotismo optó por usarla como refugio de cuadros desplazados, entre ellos el actual concejal Esteban Arico, aliado directo del exgobernador. Hospital fortalecido y sin SAMCO Otra de las decisiones estructurales de Pullaro fue la eliminación del sistema SAMCO en el Hospital Granaderos a Caballo, que pasó a depender directamente de la red de salud provincial. Esto no es solo un cambio de gestión: implica garantizar fondos, insumos y personal con mayor agilidad y transparencia. A esto se suma una inversión de $260 millones en infraestructura hospitalaria, destinada a modernizar el único hospital de mediana complejidad del departamento. La mejora en la calidad de atención ya comienza a notarse con más servicios, turnos y capacidad operativa. El regreso del Estado donde antes no estaba San Lorenzo había quedado relegada de los grandes planes de inversión vial. Hoy eso empieza a cambiar con proyectos que conectan la ciudad al desarrollo regional. La construcción del tercer carril en la Autopista Rosario – Santa Fe no solo mejora el tránsito, sino que posiciona a la región como zona de inversión inmobiliaria y logística. En paralelo, la bulevarización de calle San Juan hasta la autopista permitirá un nuevo ingreso a la ciudad, moderno y funcional, que mejora la conectividad urbana y potencia el valor de la zona. Estas obras se complementan con nuevos pavimentos, trabajos de mantenimiento urbano y proyectos de ampliación de servicios, algo que durante años pareció un imposible para una ciudad olvidada por el poder provincial. Una gestión que responde con hechos “Es muy difícil llegar al delito cero”, admiten en el propio gobierno. Pero la diferencia entre tener un plan y vivir en el desgobierno es abismal. En solo unos meses, Pullaro demostró que con decisión política y trabajo se puede recuperar San Lorenzo del abandono. Hoy hay presencia policial, inversión en salud, infraestructura y planificación. Hay voluntad de integrar a la ciudad a un modelo de provincia que funcione. Esa es la verdadera diferencia con el pasado. Pullaro no vino a administrar el caos heredado. Vino a poner orden, invertir y proyectar. Y en San Lorenzo, los vecinos ya lo están notando.
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