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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/05/2025 16:34
En varias regiones del mundo, festivales junto al mar fusionan tradición, comunidad y naturaleza con una energía que marca el pulso local Los festivales son una de las formas más intensas y colectivas de expresión cultural. Comunidades enteras se movilizan para celebrar creencias, ritmos y costumbres, muchas veces arraigadas en tradiciones centenarias. Cuando estos festejos tienen lugar junto al mar, el entorno suma una dimensión sensorial que potencia la experiencia: el aire salino, el vaivén de las mareas y el horizonte abierto generan una atmósfera única que vincula a las personas con la naturaleza y con su territorio. En este contexto, National Geographic seleccionó algunas de las celebraciones costeras más singulares del mundo, donde el paisaje marítimo no solo es escenario, sino también protagonista. La lista reúne acontecimientos que combinan espiritualidad, arte, gastronomía, música y conservación. 1. Fête du Citron, Menton, Francia En Menton, más de 150 toneladas de limones y naranjas se convierten en esculturas monumentales que transforman la ciudad cada febrero (REUTERS/Eric Gaillard) Cada febrero, la ciudad de Menton, ubicada junto a la Riviera francesa, rinde homenaje a sus cítricos con una celebración que transforma por completo su paisaje urbano. Desde el siglo XVI, los habitantes de esta región cultivan limoneros, y esa tradición agrícola es el núcleo de la Fête du Citron. Durante dos semanas, carrozas cubiertas de limones y naranjas recorren las calles, acompañadas por comparsas y espectáculos al aire libre. Las esculturas monumentales, hechas con más de 150 toneladas de fruta, representan animales marinos, personajes históricos o referencias mitológicas. Los restaurantes locales ofrecen platos especiales centrados en el limón, mientras que los excedentes se reutilizan para la elaboración de mermeladas artesanales. 2. Fiesta de la Candelaria, Puno, Perú En Puno, la Fiesta de la Candelaria mezcla raíces andinas y devoción católica con danzas, música en vivo y trajes bordados La ciudad de Puno se convierte cada febrero en un epicentro de devoción, danza y unión cultural. La Fiesta de la Candelaria dura dos semanas y convoca a miles de personas, entre locales y visitantes, que participan en una expresión colectiva donde se entrelazan las raíces andinas y la herencia católica. Los festejos incluyen coloridos pasacalles, música folclórica en vivo y trajes elaborados con bordados brillantes, plumas y máscaras. Uno de los momentos más representativos es la diablada, danza emblemática que mezcla el imaginario cristiano del bien y el mal con rituales ancestrales dedicados a la Pachamama. Reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, esta celebración trasciende lo religioso y se afirma como una manifestación de identidad regional. 3. Tremor, Azores, Portugal Tremor invita a vivir música y arte experimental en iglesias, canteras y lagos, promoviendo una conexión íntima con el entorno natural (@tremorpdl) Tremor se celebra cada abril en la isla volcánica de São Miguel, en el corazón del archipiélago de las Azores, y propone una experiencia sensorial que va más allá del formato convencional de festival. Aislado en medio del Atlántico, este evento convoca a músicos experimentales y artistas multidisciplinarios que actúan en escenarios poco habituales: iglesias abandonadas, canteras, bosques húmedos, orillas de lagos y termas naturales. El festival involucra activamente a la comunidad local y promueve una relación íntima con el entorno natural, lo que convierte a Tremor en una propuesta inmersiva que combina arte contemporáneo, patrimonio insular y exploración. 4. Songkran Festival, Tailandia Songkran celebra el Año Nuevo budista con rituales de purificación, respeto a los mayores y una masiva batalla de agua en las calles (REUTERS/Chalinee Thirasupa) Con la llegada de abril, Tailandia celebra el Año Nuevo budista mediante el Songkran, una festividad que articula tradición religiosa, vínculos familiares y alegría popular. En sus formas más solemnes, se limpian templos, se ofrece agua perfumada a imágenes sagradas y se rinde respeto a sus mayores al verter agua sobre sus manos como símbolo de purificación. Paralelamente, en las calles de ciudades costeras como Phuket o Pattaya, estas prácticas devienen en una explosiva batalla de agua. Cubos, mangueras y pistolas de plástico transforman los espacios públicos en escenarios de juego colectivo donde nadie queda seco. La festividad incluye también desfiles, música en vivo y actos ceremoniales. De esta manera logra fusionar espiritualidad y entretenimiento en una experiencia profundamente arraigada en la cultura tailandesa. 5. Trænafestivalen, Noruega Trænafestivalen se realiza en el círculo polar ártico con conciertos en cuevas y plataformas, combinando arte, mar y luz perpetua (@trenafestivalen) En julio, cuando el sol casi no se oculta sobre el círculo polar ártico, el archipiélago noruego de Træna alberga un festival que destaca tanto por su propuesta artística como por su geografía extrema. De acceso limitado, ya que solo se puede llegar en ferry, Trænafestivalen reúne durante varios días a músicos internacionales, DJs, cocineros, artistas visuales y público en busca de una vivencia singular. Los conciertos se realizan en lugares como la cueva Kirkehelleren, con acústica natural, o sobre plataformas frente al mar, donde el paisaje funciona como escenografía viva. Además de música, incluye comidas basadas en pescado local, talleres culturales y actividades al aire libre. 6. Ocean Scilly Festival, Islas de Scilly, Reino Unido El Ocean Scilly Festival rinde homenaje a la vida marítima con observación de focas, kayak, arte local y caminatas entre flores (REUTERS/Tom Nicholson) A unos 45 kilómetros de la costa de Cornualles, las Islas de Scilly (Islas Sorlingas) ofrecen un entorno marino prístino que es celebrado cada agosto en el Ocean Scilly Festival. Esta festividad se despliega en las cinco islas habitadas del archipiélago y rinde homenaje a la relación histórica y cotidiana entre los isleños y el océano Atlántico. El programa incluye excursiones para observar focas, travesías en kayak, recorridos por naufragios, competencias en botes de remo tradicionales, nado al atardecer y caminatas guiadas entre flores silvestres. También hay espacios dedicados al arte local, talleres ambientales y degustaciones de productos marinos. 7. Hermanus Whale Festival, Sudáfrica Cada septiembre en Sudáfrica, el regreso de las ballenas se celebra con avistajes, charlas sobre conservación y ferias culturales (Morgan Mulholland) En la localidad de Hermanus, a unos 120 kilómetros de Ciudad del Cabo, septiembre marca el regreso de las ballenas francas australes tras su migración desde las frías aguas antárticas. Con motivo de este fenómeno natural, la comunidad organiza el Hermanus Whale Festival, un evento de tres días que reúne ciencia, naturaleza y cultura. Desde acantilados y embarcaciones, los asistentes observan a estos cetáceos a pocos metros de la costa. Paralelamente, se realizan charlas sobre conservación marina, exposiciones artísticas, ferias de artesanías, conciertos y ofertas culinarias centradas en productos del mar.
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