04/05/2025 00:03
04/05/2025 00:03
04/05/2025 00:02
04/05/2025 00:02
04/05/2025 00:00
04/05/2025 00:00
04/05/2025 00:00
04/05/2025 00:00
04/05/2025 00:00
» Diario Cordoba
Fecha: 03/05/2025 11:16
Los compuestos que forman parte de la gran familia de ‘tóxicos eternos’ (por su alta persistencia en el tiempo) están cada vez más extendidos en los artículos de consumo y alimentación. Ahora, un estudio ha desvelado el alarmante aumento del tóxico perfluorado TFA (ácido trifluoroacético) en el vino europeo, que ha pasado de no detectarse antes de 1988, a una media de 122 µg/L en los vinos de 2021 a 2024. La Red de Acción contra los Plaguicidas (PAN Europe) y Ecologistas en Acción, junto con otras organizaciones europeas, han publicado el informe titulado ‘Mensaje en una botella – El rápido aumento de la contaminación con TFA en el vino de toda Europa’, que revela el aumento del nivel de (un tóxico perfluorado o ‘químico eterno’) en el vino europeo. El estudio analiza 49 vinos de 10 países europeos. Mientras que el TFA no se había detectado en vinos anteriores a 1988, ahora se detecta en todos los caldos recientes, con una concentración media de 110 microgramos por litro (µg/l), que sube a 122 µg/L entre los años 2021 y 2024, y niveles máximos de hasta 320 µg/l. Las muestras han sido analizadas por el Institut Dr. Wagner de Austria. Niveles de TFA en el vino europeo / Ecologistas en Acción Paralelamente al análisis de TFA se ha comprobado la presencia de otros plaguicidas en las muestras de esta bebida. Los resultados muestran que el 94% de los vinos convencionales están contaminados por hasta 8 plaguicidas y metabolitos de plaguicidas. La comparación con los datos oficiales de la UE del 2017, encargados por la Comisión Europea, confirma el pronunciado aumento de los niveles de TFA. En 2017, 27 vinos europeos mostraron una concentración media de 50 µg/l, con un valor máximo de 120 µg/l, frente a los actuales con una media de 110 µg/l y niveles máximos de 320 µg/l. Hay TFA en el vino español, pero menos Los dos vinos españoles analizados estaban contaminados por TFA, aunque con concentraciones (73 y 89 µg/l) inferiores a la media europea. En cuanto a la contaminación por otros plaguicidas, ninguna de las dos muestras de vino español contenían residuos de los 18 plaguicidas analizados. Cabe destacar que se han analizado plaguicidas de uso habitual en el centro de la UE, que no suelen ser los más habituales en España. Los viñedos son objeto de fumigación con plagucidas que les afectan / Agencias En conclusión, los resultados de este informe apuntan a una bioacumulación de TFA en las plantas que hace probable que la ingesta de TFA a través de la dieta sea mayor de lo que se suponía hasta ahora, algo alarmante por el fuerte aumento de la contaminación a partir de 2010. “Dada la naturaleza irreversible del TFA y la ausencia de tecnologías viables para su eliminación, es necesaria la prohibición inmediata de todos los pesticidas PFAS y los gases fluorados”, afirma Ecologistas en Acción en un comunicado. TFA en el vino y en el agua El ácido trifluoroacético (TFA) es un metabolito o producto de degradación de los plaguicidas per y polifluorados o PFAS que contamina extensamente las aguas superficiales y subterráneas europeas, como demostró el informe ‘Ácido trifluoroacético: el sucio legado de los PFAS que amenaza nuestras aguas’ de Ecologistas en Acción y PAN Europe. Los vinos españoles analizados también tenían TFA, aunque en menos cantidad / Agencias Los plaguicidas PFAS procedentes de la agricultura son los principales responsables. Según un estudio de la Agencia Alemana de Medio Ambiente, los plaguicidas son el origen del 76% de TFA que contamina las aguas subterráneas, seguidos de las emisiones de TFA procedentes de la lluvia (originadas principalmente por los gases fluorados utilizados en los sistemas de refrigeración) con un 17%, y las plantas de tratamiento de aguas residuales y el estiércol, con un 3% cada una. Como no se depura, también se detecta en el agua potable, incluso en el agua embotellada. Desde el punto de vista toxicológico, un estudio de 2021 sobre el TFA encargado por los fabricantes de pesticidas en el marco del reglamento REACH sobre sustancias químicas reveló que causa graves malformaciones en los fetos de conejo. Desde entonces, se sospecha que el TFA supone un riesgo para la salud reproductiva humana.
Ver noticia original