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Parana » Radio La Voz
Fecha: 03/05/2025 11:13
La Justicia Federal de Rosario imputó este viernes a los 21 tripulantes filipinos del buque. El modo completamente casual en que fue descubierto el cargamento de 470 kilos de cocaína en el buque de tripulación filipina amarrado en San Lorenzo, en el puerto de la cerealera Vicentin, hace pensar a los investigadores por puro sentido común que los despachos de droga desde la zona tienen una habitualidad que contrasta con los escasos episodios en que son detectados. La partida descubierta y decomisada tiene un valor de comercialización que supera los seis millones de dólares. Los veintiún embarcados del buque MV Ceci, todos de la misma nacionalidad, fueron sometidos este viernes a una larga audiencia imputativa en inglés, lengua que según dijeron fuentes judiciales a LPO hablan todos los filipinos implicados. El buque con bandera de las islas Marshall llegó de Emiratos Árabes Unidos. Embarcaba pellets de girasol a 18 kilómetros de Rosario. Tenía prevista una parada más en San Lorenzo, una posterior en Montevideo para cargar arroz a granel y finalmente Ámsterdam como destino final. La detección de la cocaína el miércoles pasado fue por absoluto azar. Ocurrió cuando el capitán del buque decidió dar un vistazo a la carga de tres enormes congeladores que almacenan las provisiones para una travesía de veinte días. Uno es para carne, otro para pescado y el tercero para verduras y frutas. Acababan de reponer las existencias. Al mirar la cámara de la carne el jefe de la tripulación advirtió un polvo blanco que se desprendía de un paquete. Presumió que podía ser cocaína. Le dio aviso al armador del navío, que es el funcionario argentino que dispone de la utilización y es responsable de su funcionamiento y riesgos asociados. Habló de una cosa extraña en un refrigerador. Cuando el armador subió a la cubierta del MV Ceci dio rápido aviso al responsable de la UIF Rosario, Juan Lafontana, quien a la vez reportó al fiscal federal Claudio Kishimoto, quien tiene funciones en San Lorenzo. Abordaron el navío con Personal de Aduana y de la División Inteligencia de Prefectura. Confirmaron que había sustancia estupefaciente con el aporte de "Cuero", un perro adiestrado de Prefectura. Era muy sorprendente lo que encontraron. Eran 16 bultos grandes con una envoltura en cartones reforzados en cintas que volvieran impermeable el contenido. Los bultos estaban vinculados unos con otros con sogas para conformar una unidad. En 15 de los bultos, que pesaban por unidad algo más de treinta kilos, había cocaína en paquetes más chicos enfundados en nailon. Pero uno llamó especialmente la atención. Tenía balizas de luces intermitentes para ser vistos y un dispositivo Garmin de geoposicionamiento satelital para advertir su ubicación. Todos tenían aferrados chalecos salvavidas de manera de mantener la carga a flote. Cada bulto venía con un logo con la inscripción "your name" y el isotipo de una corona. "Esto no es de ninguna manera una improvisación. Hay actores que son profesionales, que tienen conocimiento del manejo de cargas y contactos con el comercio internacional de drogas. La droga como en otros casos es transportada desde esta zona a destinos de ultramar y arrojada al agua antes de el amarre en puerto de destino. Por eso tanta pericia en la impermeabilización de la carga y en el sistema de balizas activadas por GPS para señalar a los destinatarios el lugar de llegada", dijo un referente de los investigadores del caso a LPO. El fiscal Kishimoto ordenó la detención de los 21 tripulantes y ordenó la incautación de los teléfonos de todos. Los marinos entregaron sin excepción las claves de acceso. Algunos de ellos tenían más de un celular: había en total 39 teléfonos. Uno por su contenido, que aún se está analizando, generó más interés que los demás. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich estuvo el miércoles en Rosario. Declaró a la prensa que hay sospechas que sugieren que el cargamento se ingresó al buque en el momento que se acercó la lancha del proveedor de alimentos. La empresa de suministro, deslizó la ministra, está bajo la mirilla de los investigadores. "El narcotráfico tiene cada vez más problemas en Argentina y este año ya se secuestraron 3.600 kilos de cocaína", dijo Bullrich a Radio Dos de Rosario este viernes. Su impresión contrasta con la idea de investigadores de este mismo caso que marcan que si no fuera por la vigilancia personal del capitán del buque la droga habría pasado, como en tantos otros casos donde se encontró cocaína en ultramar, luego de haber pasado por puertos de la Hidrovía en jurisdicción del litoral portuario de 60 kilómetros que va de Puerto San Martín a Villa Constitución en Santa Fe. Los casos en donde se advierte droga son esporádicos y no indican que es porque la droga no pase. En julio de 2022 se detectó que en el puerto frente al Monumento a la Bandera fueron metidos 1300 kilos de cocaína en una carga de maní llegada de Córdoba. En mayo de 2022 en un barco puerto frente a Australia con 40 mil toneladas de harina de soja encontraron 50 kilos de cocaína junto a un buzo de nacionalidad brasileña sin vida. El barco había sido cargado en Renova, en Timbúes, y pasado por el puerto de Santos en Brasil. Las imputaciones de esta tarde serán ante el juez de garantías Carlos Vera Barros. Dos defensores oficiales de la Justicia Federal de Rosario actuarán en la representación del personal del buque.
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