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  • Un empresario en el psiquiátrico: la despiadada guerra interna de una familia del negocio de la nafta

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 03/05/2025 04:45

    Carlos y Elba Penna, acusados en la Justicia por su hijo Emiliano El 13 de abril de 2021, Emiliano Nahuel Penna celebró su cumpleaños número 35 encerrado en la clínica psiquiátrica San Gabriel de Adrogué. Los pacientes y los médicos formaron una ronda y aplaudieron por él. Hasta hubo una torta aquella tarde, de la que Penna tomó una porción y comió, con el sabor de una ironía horrible en la boca. Penna no estaba en la clínica por su propia voluntad. El Juzgado Civil N°10 de CABA había ordenado que lo encerraran allí. No era un paciente autodestructivo, mucho menos agresivo o peligroso para los demás. Nunca había tenido episodios de violencia, tampoco de adicción a las drogas. Era un deportista, practicaba montañismo, un joven paradigma de vida sana. Ni siquiera le gustaba salir de noche. Entonces, ¿por qué estaba en un psiquiátrico? El joven empresario tenía una explicación al respecto. La repetía a los especialistas que lo medicaban y a su compañero de habitación, un abogado con un problema de consumo de cocaína. A pesar de la situación, el letrado no perdía su capacidad de análisis. Escuchó a su compañero, noche tras noche, atento, hasta que concluyó: -Emiliano, para mí que te están cagando. Dos meses más tarde, Emiliano salió. No fue sencillo recuperarse del shock; la experiencia casi lo quiebra. Su paso por la clínica lo llevó a buscar atención psicológica y psiquiátrica, bajo la que sigue hasta hoy. El 26 de diciembre de 2023, un día después de Navidad, un año y medio más tarde, asistido por el abogado Jorge Monastersky, Penna se presentó en los tribunales de Florencio Varela, la zona de la que es oriundo. Lo hizo en busca de retribución, de algo de justicia. Y fue allí dónde denunció las circunstancias de su encierro. Los acusados fueron Carlos y Elba, sus padres. El delito: estafa. Emiliano Penna, la víctima, en sus días como montañista Durante las últimas dos décadas, desde el fin de su adolescencia, Penna creó una serie de empresas dedicadas al negocio de la nafta junto a su hermano mayor, Clemente. Entre ellas, firmas como Rodent, Petrocom, Natcom, y Comcam SRL. Esta última fundada en 2007 en Florencio Varela y dedicada, según declaró Penna mismo, al transporte de combustible para la firma YPF. El padre de los Penna había comenzado con una estación de servicio y luego con un mayorista de nafta, sin demasiado éxito. Sin embargo, una serie de lucrativos negocios con YPF durante la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner le permitieron al clan crecer de una pequeña oficina en la zona sur a un reconocido holding. Todo gracias, en parte, a la pericia de Emiliano, un cerebro administrativo. Poco a poco, las sociedades cambiaron. Con el tiempo, de acuerdo al Boletín Oficial, Elba ingresó como gerente al directorio de Comcam. Hasta aquí, todo normal, una familia próspera, por lo visto. En la causa iniciada en la UFI N.º 2 de Florencio Varela, Emiliano Nahuel declaró que había visto algo un poco alarmante en los libros de Comcam en 2019. Denunció que pagaba “importes por combustible para sus camiones que en realidad no recibía”, asegura la transcripción de su declaración judicial. Sospechaba que “la estación de servicio de su padre y madre y la distribuidora de combustibles les facturaba diesel a la empresa que no recibía, pero por el que pagaban montos altísimos”. “Las empresas de sus padres, al vender combustible en negro, luego lo tenían que blanquear”, sigue el documento. El instrumento para blanquearlo, precisamente, habría sido Comcam SRL. El presunto desfalco, según Emiliano mismo, superaba en 2022 los seis millones de litros de diesel. Hoy, en Argentina, un litro de diesel cuesta 1400 pesos. Solo hace falta multiplicar. La clínica San Gabriel de Adrogué, donde Emiliano fue internado en 2021 Emiliano, de acuerdo a su relato, los confrontó al advertir esta presunta maniobra sucia y sus familiares lo enviaron a un psicólogo. En consecuencia, decidió abandonar Comcam, para quedarse con Petrocom. Poco después, las cosas comenzaron a ponerse extrañas: se presentaron psiquiatras, ambulancias incluso. En un día lunes de marzo de 2019, Penna se encontraba en las oficinas familiares en la calle Bocuzi, Florencio Varela, cuando un hombre se presentó allí, con una ambulancia y una supuesta orden judicial, para llevárselo. La internación en la clínica San Gabriel no fue la primera, sino la segunda. Así, fue internado en la clínica Santa Rosa, un psiquiátrico de la zona de Caballito. Pasó otros dos meses allí, para luego salir, dopado, según él mismo, con dosajes altísimos. Una psiquiatra ambulatoria lo marcó de cerca tiempo después. El nivel de medicación en la sangre, decía él mismo, le impedía funcionar de manera normal. En un momento dado, sigue la transcripción, “sus padres le dijeron que tenía que firmar unos papeles para denunciar el extravío de los libros contables de la empresa y que, si no lo hacía, lo volvían a internar”. En 2021, lo internaron otra vez. En síntesis, su propia familia, según sostiene, lo hizo pasar por loco para tomar el control de la empresa que fundó. Archivo/desarchivo: la decisión de la fiscalía general de Quilmes que revirtió el caso El caso, sin embargo, fue archivado el 9 de octubre de 2024 por la fiscalía, por una supuesta falta de pruebas: Carlos y Elba Penna nunca fueron citados ni se presentaron en el expediente. Pero el 28 de marzo último, hubo un cambio en el viento. La querella liderada por Monastersky apeló con éxito. La Fiscalía General de Quilmes, con la firma de Carina Gil, decidió revocar el archivo de la causa y enviarla de vuelta a la UFI N°2 de Florencio Varela, hoy bajo un nuevo fiscal. “A mi juicio, es necesario tratar de comprobar mediante el empleo de diligencias conducentes, la posible existencia de un hecho delictivo”, aseveró Gil. Así, se sugirieron medidas de prueba, como “previo levantamiento del secreto fiscal”, analizar la “evolución patrimonial de cada una de las sociedades, del denunciante y de los denunciados” así como los contenidos del expediente por internación. Esta semana, a un año y medio de su inicio, el fiscal Federico Paduglia motorizó de vuelta el expediente: ordenó el comienzo de las nuevas medidas de prueba y, finalmente, envió las notificaciones a los padres de Penna de sus respectivas imputaciones. La pericia de parte El abogado Monastersky asegura: “El caso de Emiliano Penna me conmocionó. Hace más de dos años que lo acompaño en la búsqueda de justicia. Pero no solo se trata de justicia, sino de que también pueda sanar una persona que denuncia haber sido defraudado económicamente y apartado de sus empresas por su propia familia. Más aún, que con posible complicidad judicial fuera internado en un psiquiátrico en dos oportunidades de manera posiblemente fraudulenta. Sin dudas nos queda una pelea larga, pero vale la pena darla. Las estafas rompen al ser humano”. Entre las pruebas presentadas por la querella, se encuentra una pericia de parte, un psicodiagnóstico elaborado por una especialista, tras administrar una batería de tests. En todo caso, Penna podrá reiterar la evaluación al ser citado por el fiscal Pagliuca, pero lo que afirmó la especialista fue revelador. Jorge Monastersky, abogado de Emiliano “En referencia a su personalidad, cuenta con un yo adecuadamente estructurado. Se ha expresado con un vocabulario adecuado, no denotando fallas lógicas ni contradicciones, su discurso es ordenado y coherente, presenta signos de verosimilitud y no se han detectado indicadores de simulación de patología psíquica”, aseveró. El trauma que le provocó las ordalías era evidente. Su principal mecanismo de defensa era la represión. Infobae contactó al abogado de Carlos y Elba Penna para esta nota, sin recibir respuesta.

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